Un asesino se abre paso en el ambiente: el calor en los centros urbanos

Una ola temprana de calor se registró a partir de junio de este año en Nevada, Arizona y California.

El número de muertos por el calor ascendió de los mil 60 decesos en 1999, a 2 mil 325 en 2023, dice el más reciente estudio de JAMA, la revista de la Asociación Médica Estadunidense que divulga los hallazgos científicos sobre los efectos del cambio climático en la salud.

“Los fenómenos meteorológicos extremos atribuibles al cambio climático ahora afectan regularmente a las comunidades, causando un exceso de morbilidad y mortalidad… El cambio climático también puede contribuir al desplazamiento y la migración de la población, con efectos negativos sobre la salud y el bienestar”.

El hallazgo del estudio de JAMA se produce cuando una ola de calor de finales de agosto afecta a una parte significativa del país, que en esta semana se cierne de manera incisiva y peligrosa en el centro y el este de Estados Unidos, así como en el sur y suroeste también.

Si bien 2023 fue el año más caluroso registrado en este país, “Más de 21 mil 518 personas han muerto por el calor desde 1999”, según el referido estudio publicado el lunes.

Jeffrey Howard, profesor asociado de salud pública de la Universidad de Texas en San Antonio y autor principal del estudio, opinó que «Es muy probable que sigamos enfrentándonos a este tipo de problemas de calor extremo. No es algo que vaya a desaparecer».

Y es que el calor mata a más personas en Estados Unidos que cualquier otro tipo de clima extremo, según los investigadores. “El estudio señaló un aumento del 117 por ciento en las muertes relacionadas con el calor en los últimos 24 años, con un aumento significativo desde 2016”.

De acuerdo con el Observatorio de la NASA, una ola temprana de calor se registró a partir de junio de este año en Nevada, Arizona y California.

Grandes partes de Phoenix, por ejemplo, registraron 120 grados Fahrenheit (o más). O sea, 49 grados Celsius. “Y en los márgenes del desierto de la ciudad, en territorio gobernado por naciones nativo americanas, la tierra era aún más cálida: 150 grados o más, dice un registro llevado puntualmente por The New York Times.

De acuerdo con el Dr. Kevin Foster, director del Centro de Quemaduras de Arizona, que sirve a Phoenix y de manera más amplia al suroeste, en lo que va del verano “se ha admitido a 65 personas por quemaduras graves relacionadas con el calor, y seis de estas personas murieron a causa de sus heridas”. El verano pasado, afirma, el centro registró 14 muertes de este tipo

Hoy sabe qué comunidades viven en los lugares menos protegidos contra el calor: las comunidades latina, negra y los pobres en general (en lugares menos o no arbolados, generalmente sin aire acondicionado y cerca de carreteras de pavimento, etcétera).

Al respecto, el Instituto Global de Sostenibilidad e Innovación de la Universidad Estatal de Arizona, ASU, en conjunción con Entornos Urbanos Saludables y el Centro de Investigación del Clima Urbano proponen una solución para mitigar el calor que se desprende del pavimento. Es para Phoenix, pero actualmente se está replicando en otras ciudades que padecen situaciones similares.

Por su pare California está considerando un plan para aumentar la cobertura de árboles en toda la ciudad, del 19% al 35% para 2045. Bajo la Ley de Reducción de la Inflación, o H.R.5376, el Servicio Forestal estadunidense recibió mil 500 millones de dólares para apoyar los programas de reforestación urbanos.

Cuando las asociaciones vecinales ven lo rápido que pueden cosechar los beneficios de plantar y mantener árboles, «ese es un cambio contagioso y positivo», concluyó Victoria Vásquez, gerente de subvenciones y políticas públicas de California ReLeaf.

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