Mientras un 57 por ciento de votantesrechaza la venta de armas de asalto, contra un 43% que la apoya, según encuestanacional revelada por MSNBC, el líder de la mayoría demócrata en el Senado,Harry Reid retira la propuesta para prohibir la venta de armas semiautomáticas,como la usada en la masacre de diciembre en Connecticut, porque dice que notiene chance de pasar en esa cámara.

La propuesta, que buscaba reviviruna similar a la introducida en 1994 por la senadora Dianne Feinstein, queexpiró hace una década y enfrenta hoy una feroz oposición de la AsociaciónNacional del Rifle, hubiera tenido menos de 40 votos de demócratas y algunos pocosrepublicanos que pareen querer apoyarla últimamente en el Senado, son insuficientespara evitar el filibusterismo de los legisladores republicanos, deploró Reid.

Feinstein, demócrata porCalifornia, propuso en cambio introducir dicha propuesta como una enmienda a laley sobre armas de fuego, y negó la muerte que le pronosticara Reid, calificándolacomo un voto simbólico de llegar al  pisodel Senado, lo que la senadora rechazó enérgicamente en una entrevista con CNN,aduciendo que si se trataba de una enmienda no era un voto simbólico:

«Yo introduje la ley en 1994 enel piso (del Senado), como enmienda. Entró en vigor como una ley que estuvovigente», dijo.  

Agregó: «Lo que me dijo el senadorReid es que yo tendría una oportunidad de someterla a votación, y yo le tomé supalabra».

Feinsten dijo además que lecomunicó a Reid que su intención era dejar fuera la prohibición para futura dela manufactura, transferencia, venta y posesión de los cargadores de altacapacidad o de más de 10 balas:

«Le pregunté si esto podría serparte del paquete y él dijo: ¡No!…».

En tanto, trascendió que unreporte de Amnistía Internacional (AI) reveló que «en todo el mundo se producenunas 500 mil muertes al año provocadas por el uso de armas de fuego, muchas deellas ocurridas en el marco de violaciones a los derechos humanos».

El reporte de AI sostiene que elflujo de armasproveniente de Estados Unidos es ilegal y contribuye de manera significativa al incremento de la violencia, por lo que las autoridades de Washington estánobligadas a controlarlo».

El presidente Obama apoya por suparte la propuesta de Feinstein.