Las compañías mineras canadienses han incrementado su presencia en México en las últimas dos décadas. Algunos sectores de la sociedad acusan al gobierno de no consultar a los residentes antes de otorgar permisos de hasta por 50 años para la explotación minera. En el sureño estado de Oaxaca con este tipo de permisos podrían abrir minas que agrupaciones comunitarias lucharon durante mucho tiempo para que fueran clausuradas. Nuestro corresponsal Vladimir Flores tiene más detalles.
Capulalpam de Méndez es un pintoresco pueblo de las montañas del norte de Oaxaca. Es el único en todo el estado que tiene la designación de «pueblo mágico», un titulo que otorga el gobierno federal a las comunidades rurales para que promuevan el turismo.
Capulalpam tiene una historia de minería de oro y plata que se remonta a más de 200 años atrás. Pero actualmente sus habitantes están decididos a luchar contra las compañías mineras extranjeras.
“Antes usábamos cascos, guantes y lámparas, pero no teníamos equipo para respirar”
El señor Fernando Félix Méndez trabajó durante 14 años en la mina Natividad, ubicada cerca de Capulalpam.
“Usábamos máquinas de presión para romper la piedra; el gas se concentraba al interior y formaba una densa nube”
La mina Natividad pertenece hoy a la empresa Sundance Minerals, basada en Vancouver, Canadá. Desde el año 2006 esta mina se encuentra clausurada debido a la contaminación del medio ambiente, pero el gobierno federal podría reabrirla si es que la minera puede disminuir el impacto ambiental.
Vicente Aranda cree que la compañía podría cumplir:
“El gobierno de Canadá tiene una política de respeto al medio ambiente”
Vicente Aranda es el director de Industrias y Minas, de la Secretaria de Turismo y Desarrollo Económico de Oaxaca. Aranda asegura que las mineras canadienses tienen una visión de responsabilidad ambiental que podría contribuir al desarrollo comunitario:
“Aunque su política no aplica en México, contribuyen con proyectos de infraestructura. Para hacer buenos negocios tienen que seguir estas reglas para ser bien vistas”
La mayoría de la población de Capulalpam rechaza la reactivación de la minería porque temen que pueda afectar al medio ambiente.
“Nos dan dinero para tener permiso de venir y explotar el oro y la plata”
Salvador Aquino es integrante del Consejo de Ancianos de Capulalpam.
“Nos dan dinero para arreglar la iglesia, la escuela, el hospital; y para embellecer el pueblo. Cuando decimos que no queremos la mina, dicen que nos oponemos al progreso. Para nosotros el progreso es proteger los recursos naturales porque tiene valor ético y moral para nuestra comunidad”, dice Quino.
Aquino y otros residentes aseguran que harán todo lo posible para que esto no suceda, y es por eso que junto con las autoridades municipales informan frecuentemente a la población de las consecuencias de la minería. Además han organizado varios encuentros con activistas de toda América Latina, y no descartan bloquear nuevamente las carreteras.