Opinión: Republicanos e inmigración: Quien no oye consejo… no gana la Casa Blanca

No hay nada más exasperante queen medio de la derrota o el dolor que provoca una mala decisión -o decisiones-,alguien diga: «Te lo dije». Pero tras el meaculpa del Partido Republicano sobre los errores cometidos, condenando alpartido a la derrota en la esfera nacional, incluyendo sus posturas antinmigranteso haciéndose de la vista larga cuando las voces más extremistas definían lacolectividad o la dirigían hacia un abismo demográfico y electoral, sólo restadecir: «Se lo dijimos».

El Comité Nacional Republicano(RNC) emitió un análisis introspectivo sobre sus posturas y errores, y lasconclusiones no son sorpresivas. Como lo expresó el propio presidente del RNC,Reince Priebus, no hubo una sola razón por la cual este partido perdió laselecciones del 2012, porque fueron muchas:

«Nuestro mensaje fue débil,nuestro esfuerzo sobre el terreno fue insuficiente y no fuimos incluyentes; nosquedamos rezagados en tecnología, y nuestro proceso en las primarias y en losdebates necesita mejoras».

La parte de no ser incluyenteresuena entre las minorías del país, sobre todo entre los hispanos; para superjuicio, el Partido Republicano se alejó en cada ciclo electoral con posturasantinmigrantes que llegaron a su máximo esplendor en 2012 con la candidatura deMitt Romney y su plataforma migratoria: Autodeportación, vetar el Dream Act y decir que las leyes antinmigrantesde Arizona habrían servido de modelo al país.

Los catastróficos resultados sonconocidos: Romney obtuvo un penoso 27 por ciento del voto latino, para el cualla inmigración no es sólo un asunto de política pública sino personal; y sinese voto, los republicanos no pueden ganar la Casa Blanca.

De nada valieron los consejos enel proceso de las primarias porque los estrategas pensaron que los triunfosestatales republicanos en los comicios de 2010, sin el apoyo amplio del votolatino suponían que la retórica y las propuestas antinmigrantes no losafectarían en el nivel federal.

Pero, ‘a lo hecho pecho’. AlPartido Republicano se le ha señalado cómo podría atraer el voto latino, y enlo que respecta al tema de la inmigración, la solución es apoyar una reformamigratoria amplia con una vía clara, directa y viable a la ciudadanía.

El análisis del RNC es unaaceptación de ese consejo al señalar que «debemos apoyar y defender una reformamigratoria amplia», y al agregar que «si los hispanos perciben que un nominadoo candidato republicano no los quiere en Estados Unidos, los latinos noprestarán atención a cualquier otra cosa que digamos», señaló Priebus. Agregó: «Noimporta si hablamos de educación, empleos o economía; si los hispanos creen queno los queremos aquí, no prestarán atención a ninguna de nuestras políticaspúblicas». Algo dicho en 2012 pero ignorado incluso por los emisarios hispanosde Romney, que pensaban que el alto índice de desempleo entre los latinos seríasuficiente para ignorar la plataforma antinmigrante del nominado republicano.

Ahora hasta figuras del Tea Party como el senador Rand Paul, unposible aspirante a la nominación republicana en 2016, hablan de la necesidadde ser incluyentes y de apoyar una reforma migratoria, y de cómo eso no atentacontra los valores conservadores sino que los resalta.

La autoevaluación del RNC enmateria migratoria es bienvenida, pero del dicho al hecho hay mucho trecho.Sería bueno que los republicanos se aplicaran las recomendaciones y losconsejos en el debate migratorio que el Congreso se apresta a conducir.

Irónicamente, la reformamigratoria que por años han tildado de amnistía y que han obstruido con fervorsería el arma efectiva para que el Partido Republicano compita efectivamenteante los demócratas por el voto latino. El momento es ahora y los sondeos asílo confirman.

Una nueva encuesta de Latino Decisions para America’s Voice, el Consejo Nacional dela Raza y el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), encontróque un 44% de los votantes latinos a nivel nacional dicen que se inclinarían avotar por los republicanos si este partido ejerce liderazgo y se esfuerza paraque se apruebe una reforma migratoria con vía a la ciudadanía. Estoincluye a un 43% de los  latinos que votaron por Obama en el 2012, y aun 49% de los que se identificaron como independientes.

Y hay campo para mejorar. Mirandoa las elecciones de 2014, un 70% de los votantes latinos reportó una fuertepreferencia por los demócratas (56%) sobre los republicanos (14%). Sin embargo,29% de los votantes latinos está indeciso.

El apoyo a la vía a laciudadanía, componente de las medidas migratorias que se negocian en elCongreso, es central para los votantes hispanos según la referida encuesta. Un70% de los votantes latinos apoya la vía directa a la ciudadanía, sobre el 25%que da su visto bueno al plan que condiciona esa vía a la ciudadanía a que secumplan requisitos de seguridad fronteriza. Y los tiempos de espera cuentan. Un79% de los electores hispanos dijo que deben pasar sólo cinco años para que losinmigrantes inicien su camino a la ciudadanía, comparado con apenas el 2% quefavoreció una espera de entre 10 y 15 años.

Otro dato del sondeo: 64% de losvotantes latinos culpa a los republicanos por el fracaso de la reformamigratoria en años recientes, y 60% anticipa que los republicanos tendrían lamayor parte de la culpa si la reforma fracasa en 2013.

Que los republicanos después nodigan que no se lo advirtieron.


Maribel Hastings esasesora ejecutiva de America’s Voice

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