“Está dañando a los empleadores, a los comercios de La Florida, a los restauranteros, a los constructores, a los campos de La Florida”.
En un almuerzo celebrado por el tradicional Día de Acción de Gracias en la ciudad de Miami, decenas de menores pidieron al Presidente Joe Biden que otorgue a sus padres permisos de trabajo. Como millones de inmigrantes, no pararon de laborar y fueron esenciales durante la pandemia. Gerardo Guzmán platicó con la mamá de uno de los niños, dedicada al cultivo y cosecha de la papa dulce o camote, un alimento indispensable en muchas de las cenas de Acción de Gracias. Aquí nos presenta su reporte.
Cuando la mayoría de los estadunidenses celebran el Día de Acción de Gracias con reuniones familiares y cenas abundantes, familias de migrantes viven la angustia de la separación por la amenaza de ser deportados o detenidos.
“Yo como madre e hija, no sé si ser 100 por ciento madre. Hija no puedo ser 100 por ciento porque no puedo salir, ir a atender a mi madre que me necesita”
Ella es Jovita, mexicana que por más de 20 años se ha dedicado al cultivo y cosecha del camote en Homestead, Florida. Al igual que sus compañeros carece de papeles migratorios.
“Para ellos somos invisibles. Yo creo que tiene más privilegios un animalito que nosotros”
En vísperas de las celebraciones del Día de Acción de Gracias acudió con sus hijos pequeños a un convivio en Miami, organizado por la Fundación de Nora Sandigo, donde suplicaron por una protección migratoria para millones de trabajadores esenciales, explica Sandigo:
“Ellos se juntaron para dar gracias a Dios por la vida, por la salud, pero también para hacer una petición: que el Presidente firme una orden ejecutiva que otorgue permisos de trabajo para sus padres”
Decenas de niños, todos estadunidenses, todos hijos de migrantes alzaron la voz en oración con esa demanda que, para Jovita, es un derecho bien merecido:
“Porque yo creo que ya nos lo merecemos, tantos años trabajando aquí en la agricultura, en medio de pesticidas…, altas temperaturas”
Nora Sandigo describe que la fundación surgió hace ya varias décadas a raíz de la necesidad de la existencia de guardianes legales que se hicieran cargo de los hijos de indocumentados, en caso de que sus padres fueran repatriados.
“Me convertí en guardián legal de unos niños que estaban siendo separados y que los padres estaban detenidos, y entonces pues a partir de ese momento fuimos recibiendo más y más niños”
Esa necesidad sigue latente ante la falta de una reforma migratoria, y el peligro se incrementa por la promulgación de leyes locales contra los indocumentados. En Florida, hasta el momento, la ley del ramo ha llevado a la detención de cinco migrantes, todos acusados de tráfico humano. Pero como nos dice el cónsul de México en Orlando, Juan Sabines Guerrero, su impacto va más allá de los arrestos.
“Está dañando a los empleadores, a los comercios de Florida, a los restauranteros, a los constructores, a los campos de Florida”
El consulado no sólo brinda ayuda legal a los detenidos, también lucha para derribar la SB-1718.
“Vamos a combatir la ley. Ya buscamos al gobernador. El gobernador pues está muy ocupado en su campaña. Pero bueno, vamos a buscar a los legisladores para poder hacer conciencia”
Mientras, con cansancio y tristeza Jovita sólo pide una oportunidad para celebrar estas fiestas con tranquilidad y con la libertad de viajar, ya sea para ver a su madre en México o para cenar con su hija mayor.
“Que Dios nos ayude y se compadezca el Presidente en darnos unos documentos, que es lo que necesitamos para poder ir a ver a nuestras familias porque estamos como prisioneros en un solo lugar”
Ella no pierde la esperanza y en esta fecha de Acción de Gracias mantiene el anhelo de que llegue el día de agradecer por una tranquilidad migratoria para todos.
“El día que yo de gracias bien, al cien, al país, sería cuando nos conozcan un poquito, de todos nuestros mejores años que hemos dejado aquí”
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, Gerardo Guzmán.