Miles de damnificados por las torrenciales lluvias de noviembre en el estado de Washington siguen sin recuperarse. Aunque el gobierno federal declaró en emergencia los condados fronterizos con Canadá y la agencia para el manejo de las emergencias, FEMA, ha movilizado a rescatistas, la ayuda no ha sido suficiente para sacar de la crisis a quienes sufrieron pérdidas en sus casas o empresas. Además, muchos inmigrantes latinos no son elegibles para la ayuda federal. Eso nos reporta desde Seattle, Washington, José Luis Buen Abad.
Julieta García compró su casa en julio del año pasado para vivir con su hija de 7 años. Pero en noviembre, la inundación del Río Nooksak se llevó el sueño de tener una casa propia. Llovió por muchos días:
“Pero el día de la inundación a las cinco de la mañana decidí salirme de la casa… cuando salimos de la casa, muchas carreteras ya estaban cerradas porque tenían mucha agua, con la corriente muy recio”
Más del 80 por ciento de las casas del pequeño poblado de Sumas, cerca de la frontera con Canadá, fueron dañadas por el agua del río. El 8% de la población ahí es latina.
García regreso tres días después cuando el nivel del agua bajó: encontró su casa destrozada:
“La verdad fue muy impactante entrar a mi casa. Mi casa estaba recién remodelada cuando yo la compré”
García no quiso que su hija viera el mal estado de la casa y la dejó con la abuela.
“El refrigerador estaba en el suelo, se cayó. Era un desastre. El trabajo y los esfuerzos que uno hace para poder lograr algo y que se vaya en un día es bien difícil”
García fue a vivir con su mamá. Dice que compañeros de la clínica donde trabaja como asistente médico le ayudaron a limpiar su casa, pero muchas de sus pertenencias se fueron a la basura; incluyendo la cama de su hija. Hasta la fecha su casa no puede ser habitada y la asistencia que da el condado o el estado no ha sido suficiente.
Finalmente el 6 de enero a petición del gobernador demócrata, Jay Inslee, el presidente Joe Biden hizo disponibles fondos de ayuda para los afectados. María Padrón, de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias conocida como FEMA, dice que la ayuda se puede solicitar por Internet:
“Esta ayuda consiste en ayuda para hacer reparaciones en la casa. También reemplazamos cosas personales como una computadora, un televisor, la cama, las cosas esenciales, medicinas”.
Padrón dice que los pagos son de 3 a 5 mil dólares. No se sabe cuántos hispanos han pedido ayuda a FEMA. Para recibir la ayuda, los damnificados deben cumplir con un número de requisitos:
“Su número de seguro social, una lista general de los daños y las pérdidas, le vamos a pedir la información bancaria y también le vamos a pedir el número de póliza o el agente con el que están asegurados”
Hay disponibles 2.5 millones de dólares y hasta la fecha hay casi 500 solicitudes, incluyendo la de Julieta García. Un inspector vino a su casa, pero su solicitud fue negada porque tiene aseguranza de inundaciones.
“FEMA está disponible, verdad, pero en realidad FEMA es para personas que no tienen aseguranza”.
García no sabe cuándo recibirá el pago de la aseguranza ni cuánto dinero.
“Uno escucha «Oh ya va a haber ayuda», pero en realidad hay muchas cosas que tienes que brincar para que puedas tener esa ayuda. También es muy cansado cuando sabes que la ayuda no es para ti”.
García dice que va a continuar buscando la forma de reparar su casa. Mientras tanto sigue pagando cada mes la hipoteca.
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, desde Seattle, Washington, José Luis Buen Abad.
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