Lágrimas presidenciales y alto al fuego en Gaza, el primer día de la CND

«Biden dijo cómo dio un paso al costado para dejar libre el camino a la candidata Harris».

La Convención Nacional Demócrata (CND/DNC) arrancó no sólo sin tropiezos en el interior del United Center de Chicago, donde tuvo lugar la fiesta demócrata, sino que transcurrió con una energía y alegría desbordadas, y un desfile de oradores que volcó el entusiasmo del recinto, para concluir con un prolongado discurso de despedida del presidente Joe Biden ante la convención.

Una de las primeras apariciones “sorpresa”, que comenzó el “incendio” anímico del público ahí reunido fue el reverendo Jesse Jackson, reconocido líder político, fundador de la Coalición Arcoíris, quien recibió una cariñosa recepción.

Otra figura recibida con una sostenida ovación fue la congresista del ala progresista del partido, Alexandria Ocasio-Cortez. En su breve por consistente discurso ante la CND, aprovechó la ocasión para criticar por primera vez esa noche el genocidio que están cometiendo los israelitas contra los palestinos en la franja de Gaza, y aunque mencionó los esfuerzos que la candidata presidencial, Kamala Harris por resolver el conflicto, la neoyorquina no fue más lejos en ese terreno pero criticó también el poder del gran capital en la vida de los estadunidenses.

La demanda de un cese al fuego en Israel provino de los 30 delegados no comprometidos, que aún no dan su voto para confirmar a Harris, pero sus voces apenas si se oyeron por el alto volumen del sonido y la algarabía general al interior del recinto.

Fue en las calles, separados del United Center por sólidas vallas metálicas y contingentes antimotines donde miles de manifestantes gritaron a la cúpula demócrata y a la vicepresidenta Harris para que pusieran fin al apoyo militar de Estados Unidos al Estado de Israel, al que calificaron de genocida.

Las demandas también se oyeron en español, donde un nutrido contingente de inmigrantes latinos se unió a la marcha de un kilómetro, de una 250 organizaciones, principalmente de jóvenes y una alianza entre musulmanes y judíos progresistas defensores de diversas causas sociales. Entre ellas destaca la defensa de los derechos de los inmigrantes, que condenaron el genocidio israelí y la tolerancia-complicidad del gobierno estadunidense con el asesinato de palestinos.

Ya al interior del United Center otra figura que también desbordó el ánimo de la asistencia fue Hillary Clinton, quien ocupó carteras de gabinete, fue senadora y la primera mujer candidata que casi gana la presidencia en 2016. Como todos los oradores, Clinton exaltó las históricas contribuciones del presidente Biden, y se refirió a Kamala Harris como “la primera mujer que ocupará la presidencia de Estados Unidos”.

Pero la noche fue marcada por un sentido adiós al presidente Biden, presentado al público con un emotivo discurso de su hija Ashley Biden, que arrancó las lágrimas del propio mandatario estadunidense. Y cuando la asistencia conmovida y entusiasta dejó hablar al mandatario, tras una prolongada e insistente ovación que duraría por lo menos unos 5 minutos, Biden enumeró en su muy largo discurso los muchos logros de su administración, sin olvidar compartir el crédito con Kamala Harris.

Entre esos muchos logros estuvo el tema económico, luego de recibir una economía deficitaria y enfrentar una de las peores pandemias, la del Covid 19, y generar “uno de los mayores presupuestos en el mundo” destinados al combate del cambio climático. El octogenario presidente señaló orgulloso haber reducido a la mitad el cruce fronterizo de migrantes, en comparación al de la administración Trump.

“No demonizaremos a los migrantes”, dijo Biden, y denunció enfático y enérgico que “Trump está envenenando la sangre de nuestro país”, en alusión a uno de los “socorridos” eslogan del exmandatario republicano, que ha sido relacionado al discurso del nazismo contra los judíos.

Biden también se refirió a cómo dio un paso al costado para dejar libre el camino a la candidata Harris, tras un ambiente político hostil en su contra y una ligera desventaja en las encuestas con respecto a Trump. Analistas políticos afirman que la CND fue diseñada para darle una salida elegante al mandatario, y preparar el camino para la campaña de Harris en los próximos 76 días faltantes para la elección. Pues un hipotético regreso de Trump a la Casa Blanca representa «un desafío existencial», según dice la gente y los expertos.

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