Cientos de dolientes y colegas juristas rindieron tributo a la fallecida jueza Ruth Ginsburg, reconocida como pionera de los derechos de la mujer en la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Agrupaciones latinas elogiaron a la jueza en distintos comunicados como un gigante de la legalidad, una constructora de puentes y una voz para los excluidos y oprimidos.
Al funeral asistió e hizo guardia ante el cuerpo presente el ex presidente Bill Clinton, quien nombró a la jueza al cargo en 1993. Cuando el presidente Trump se hizo presente en el capitolio fue recibido con abucheos y gritos de “Voten y sáquenlo!!” por una multitud de manifestantes que también le exigió respete el último deseo de Ginsburg, de designar sustituto sólo hasta después de las elecciones.
La muerte de Ginsburg y la vacante que se abre hizo estallar una guerra política sin tregua ni cuartel. El presidente Trump y sus a liados republicanos en el Senado han dado pasos inmediatos para celebrar el proceso de nominación e instalar un nuevo juez o jueza antes del día de las elecciones.
Trump dejó en claro que tenía un interés personal en acelerar el proceso de confirmación. Dijo que esperaba que el resultado de la elección fuera decidido por la Corte Suprema y quería asegurarse de que otro juez estaría allí para resolver la disputa legal sobre el conteo de votos.
Al morir Ginsburg, los conservadores gozaban de mayoría de cinco contra cuatro en el máximo tribunal. Si Trump logra llenar la vacante, el ala conservadurista afín a Trump pudiera tener un profundo impacto en asuntos como el acceso a la salud, inmigración y los derechos de la mujer.
El presidente planea anunciar su nominación este sábado, y entre las candidatas favoritas se maneja a la jueza Amy Coney Barrett, de la Corte Federal de Apelaciones para el Séptimo Circuito, favorecida ampliamente por los conservadores antiaborto.
Otra candidata de las que suenan es la cubanoamericana Bárbara Lagoa, de Miami. De claras credenciales conservaduristas, Lagoa es actualmente jueza federal de apelaciones y si es elegida se convertiría en la segunda latina en servir en el tribunal más alto del país. Fue nombrada para cargos judiciales por el ex gobernador de La Florida, Jeb Bush, el actual gobernador, Ron DeSantis y por Donald Trump.
Los republicanos del Comité Judicial del Senado tienen programadas audiencias de confirmación a partir del 12 de octubre, y votaciones la última semana del mes, en vísperas de la elección■