A menos de un mes de la movilización planeada para el 10 de abril en la ciudad de Washington a favor de la reforma migratoria, más de 100 familias de indocumentados de todo el país llegaron a tocar las puertas del Congreso. Los legisladores escucharon una a una las historias personales del sufrimiento por la separación familiar y renovaron la expectativa de una reforma migratoria en 2013. José López Zamorano reporta desde el Capitolio.
Se escucha por el altoparlante:
«Muy buenas tardes, mi nombre es Georgina Sánchez»
Las palabras de la inmigrante mexicana Georgina Sánchez resonaron en el Salón Dirksen del Senado y rompieron el minuto de silencio en honor a cientos de inmigrantes muertos. Ella viajó dos mil 300 millas desde Phoenix, Arizona para hacer escuchar el dolor de una madre separada de sus dos hijas.
«Una de mis penas y sufrimientos más grandes es no poder ver a mis hijas durante casi década y media .No he podido verlas crecer,ni abrazarlas ni compartir con ellas sus alegrías»
Georgina fue una de las 100 familias de inmigrantes indocumentados, muchas de las cuales cumplieron un viaje de tres semanas por 19 estados y 100 ciudades del país, en un intento desesperado por exponer a los legisladores el drama humano que representa una política que provoca la separación de sus familias.
«Muchas de estas familias ya tienen la orden dedeportación.. Entonces si vamos a tener una reforma migratoria, esa reformamigratoria tiene que mantener a esas familias unidas»
Angélica Salas dirige CHIRLA, la Coalición de Derechos Humanos de los Inmigrantes, de Los Ángeles:
«Lo que tenemos que hacer es que esos legisladores queestán escribiendo la legislación escuchen directamente de las familias, porque muchas veces están hablando de una reforma migratoria que no va a ayudar a nuestra gente»
La iniciativa de ley de reforma migratoria está siendo escrita por el Grupo de los Ocho senadores demócratas y republicanos, con miras a tener un proyecto de ley en marzo. Pero laspropuestas de algunos de sus miembros, como el senador Marco Rubio, plantean un camino largo a la legalización de indocumentados.
Algunas de las familias que realizaron la caravana a Washington, DC tienen optimismo, pero carecen detiempo. Héctor Contreras explica que vino a abogar por su esposa Clarissa, queenfrenta una posible deportación el 23 de marzo y la separación de sus hijosnacidos en Estados Unidos.
«Más que nada pedir por una reforma migratoria.Queremos mantener a las familias unidas. Estoy optimista ciento por cientoporque somos mucha gente, muchas familias en todo el país», dijo Contreras.
La respuesta de los legisladores fue positiva, pero predecible. Todos apoyan una reforma migratoria. En la sala no había congresistas opuestos a los cambios. Juan Vargas, demócrata por California confió a Georgina Sánchez que su historia es crítica para conseguirlos votos:
«Apreciamos su valor por estar aquí. Usted va a sercapaz de cambiar corazones, y vamos a poder pasar la reforma migratoria por gente como usted. Dios la bendiga a usted, a su hijo y a su familia»
Es un optimismo compartido por lainmigrante de Maryland, Rosa María, que tuvo que dejar el recinto por el llanto de su pequeña Engie, de apenas tres meses de edad.
«Venimos porque nosotros necesitamos una reformamigratoria. Que se pase ya; que no separen más a las familias, y por eso estamos acá y vamos a seguir la lucha hasta que se logré la reforma migratoria», declaró Rosa María.
Para Georgina Sánchez y su hijo Brian, de 11 años, quien le sirvió de interprete, hay motivo de satisfacción luego del largo viaje:
«Sentí mucha motivación de que se oyeran nuestras historias, las historias que necesitamos aquí con los congresistas para que nos puedan ayudar con una reforma migratoria integral», explicó Sánchez.
Y se despide con el mensaje que daría al presidente Obama en caso de reunirse con él:
«Le diría que nos ayude, le contaría mi historia, el por qué estoy aquí en este país; le diría que hiciera lo que el pudiera para darnos la reforma migratoria«
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, reportó José López Zamorano.
Foto by Mundo Hispanico víaFlickr