Chicago sufriría un “daño irreparable”, dijo el juez Leinenweber, en sus relaciones con la comunidad inmigrante “si cumpliera con los nuevos estándares del Departamento de Justicia”. De ahí la insistencia de Sessions en castigar a 600 ciudades y condados que dan refugio a los inmigrantes indocumentados.

Algunos activistas han estado presionando a los líderes demócratas para que no hagan concesiones a los republicanos. Ellos están instando a la aprobación de un proyecto de ley «limpia» que protegería a los jóvenes inmigrantes sin aceptar ninguna nueva aplicación de las leyes de inmigración.

En Nueva York hay 4.4 millones de inmigrantes y más del 29% de los dueños de negocios nacieron en el extranjero; generan más de 260 mil millones de dólares anuales a la economía, y el poder adquisitivo de los inmigrantes es más de $ 165 mil millones.

Envían carta abierta a la titular de DHS, Elaine Duke, para hacer ajustes a los plazos que se dan a los Dreamers en la orden para eliminar a DACA.

«Para mí, DACA representó la seguridad y la oportunidad de crecer en este país que amo. Llamo a Estados Unidos mi país, porque es el único país que he conocido», dijo Eduardo García, recipiente de DACA y estudiante de leyes en John Jay College.

Becerra y los otros abogados generales dijeron en su carta que DACA había transformado la vida de cientos de miles de jóvenes inmigrantes, «permitiéndoles obtener títulos universitarios, forjar carreras y aumentar su poder adquisitivo».

A pesar de la retórica oficial, la agencia de Inmigración y ciudadanía estadunidense, USCIS, bajo la actual administración Trump sigue aprobando casos de DACA al mismo ritmo que lo hacía bajo la administración de su predecesor Obama.