«No quieren aceptar que una comunidad de trabajadores, pobre, fue capaz de construir una fórmula que está revolucionando la manera de producir la comida en este país».

Como una serpiente humana la marcha comenzó desde la Park Avenue en Manhattan, pasó frente a Grand Central, y luego regresó al punto de partida.

“Es fundamental la genuina participación de los trabajadores, para crear e implementar los mecanismos de responsabilidad social que garanticen el respeto a su dignidad y a sus vidas».

La enjundiosa labor de esta coalición ha hecho que Wendy’s cediera a la presión del boicot consistente de los trabajadores, y que en su más reciente junta de accionistas anunciara la intención de regresar de México sus compras de tomate.

Concluido el ayuno inició la marcha, que incluyó a trabajadores, estudiantes, religiosos, deportistas y una banda de metales y tambores.

“Creo que es algo que no se debe aceptar, y estoy muy orgullosa de ser parte de esta comunidad de mujeres que también estoy levantando mi voz para denunciar el acoso sexual».