Las empresas respetarían las leyes laborales, que ‘tendrían dientes’, y también se prohíbe la importación de productos hechos bajo condiciones de trabajo forzado.

NYCLU dice que dicha ley, tanto federal como estatalmente, es una extensión de la inefable Jim Crow, que «realmente viola los principios básicos arraigados tanto en nuestra Constitución estatal como en la Constitución de Estados Unidos».

Este proyecto comienza una importante conversación sobre las necesidades de la fuerza de trabajo, y no sólo sobre la ejecución de la ley de inmigración, dijo en comunicado Ali Noorani, Director del Foro Nacional de Inmigración.