La prohibición del clorpirifos fue aplaudida por el grupo de expertos que rechaza la ciencia establecida sobre el cambio climático. Angela Logomasini llamó incluso a los estudios que sustentaron las regulaciones del gobierno de Obama como «ciencia basura».

«En todo el mundo, en México va a haber más esos fuegos, lo que requiere tener una política de adaptación y preparación, no estar esperando a que lleguen los incendios para prevenir el impacto».

El clorpirifos se usa para controlar las plagas en una variedad de cultivos, como alfalfa, almendras, cítricos, algodón, uvas y nueces. Su uso ha disminuido en la última década debido a que los productores de California han optado por alternativas más seguras.

Después de un derrame de miles de millones de galones de una central eléctrica de Tennessee en 2008, “nos unimos a Earthjustice y otros grupos para presionar por las reglas federales de eliminación de cenizas de carbón para proteger la salud pública”.

Análisis de sangre en 235 residentes de Pensilvania, hechos por el Departamento de Salud encontraron que una gran mayoría tenía niveles de cuatro químicos PFAS que excedían el promedio nacional, y algunos de ellos tenían enfermedades como colesterol elevado, trastornos endócrinos y cáncer.