Indígenas buscan presidencia de México para frenar rapiña de gobierno y transnacionales

En la Marcha de las Mujeres en la ciudad de Nueva York a izquierda sosteniendo el estandarte del CNI con dos serpientes (Quetzalcóatl) circulares, Betina Cruz Velázquez y en el otro extremo Francisco Grado Villa, como parte de la delegación del CIG que se fundió con la referida marcha. Con el megáfono, Daisy Pugarín. Arriba, la foto de Marichuy. Foto: Francisco Ramírez.

En la Marcha de las Mujeres en la ciudad de Nueva York, a izquierda sosteniendo el estandarte del CNI con dos serpientes (Quetzalcóatl) circulares, Betina Cruz Velázquez ; en el otro extremo de la manta, Francisco Grado Villa, como parte de la delegación del CIG . Con el megáfono, Daisy Bugarín. Arriba, la foto de Marichuy. Foto: Francisco Ramírez.

Por Marco Vinicio González

Por coincidencias del destino Bettina Cruz Velázquez y Francisco Grado Villa se hallaron de pronto marchando el sábado 20 de enero de 2018 por céntricas avenidas de Nueva York en la Marcha de las Mujeres. Viajaron desde México a esta ciudad invitados por redes de apoyo para cubrir una gira de trabajo por la Costa Este de Estados Unidos en calidad de delegados del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), promoviendo la candidatura de su vocera Marichuy, como se conoce también a María de Jesús Patricio Martínez, la primera mujer indígena –nahua, de Jalisco- que aspira a la presidencia de México en las elecciones que se avecinan en México en julio.

La marchar comenzó a la altura del monumento a Cristóbal Colón en el Parque Central de Nueva York, y envueltos literalmente por un río humano de más de 200 mil personas -mayormente mujeres- que marcharon entusiastas por la avenida Broadway alzando el puño y la voz,  transcurrió con la consigna de llevar en noviembre a las urnas a un nuevo millón de votantes en Estados Unidos: ¡Power to the Polls!

Delegado del Congreso Nacional Indígena (CNI) Francisco Grado Villa, indígena cochimí del desierto central de baja California Sur (Mx), levanta el puño de la lucha que el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) persigue con la candidatura presidencial de Marichuy, quien aparece en la foto que sostiene con la otra mano. Foto: MVG.

Delegado del Congreso Nacional Indígena (CNI) Francisco Grado Villa, indígena cochimí del desierto central de baja California Sur (Mx), en la Marcha de las Mujeres en Nueva York levanta el puño de la lucha que el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) persigue con la candidatura presidencial de Marichuy, quien aparece en la imagen que sostiene . Foto: MVG.

Era el primer aniversario de la gran Marcha de las Mujeres, que en enero 21 de 2017 cimbró calles y plazas públicas del país, y de algunas otras ciudades del mundo donde hizo eco esta explosión social que estalló en Washington, DC justo al día siguiente que Trump asumió la presidencia. Ha sido la mayor manifestación antigubernamental -dicen- desde la guerra de Vietnam en los años 70.

Allí iban ambos delegados del CIG marchando por la Avenida Broadway con la foto en alto de la primera mujer indígena –nahua de Jalisco- en buscar la presidencia representando a los pueblos indios de México.

María de Jesús Patricio Martínez, conocida también como Marichuy, era en esa marcha la cara de una mujer que representa a ese gran movimiento histórico de resistencia indígena mexicana y que hoy intenta frenar la debacle hacia donde este gobierno dirige a México, precisamente en la Marcha de las Mujeres por un cambio en Estados Unidos.

Los delegados del CIG vinieron a Nueva York, entre otras cosas, impulsando la campaña de las  casi un  millón de firmas de apoyo que pide el Instituto Federal Electoral (IFE), para otorgar el registro oficial a las y los candidatos independientes, a más tardar el 19 de febrero de este año.

Y viajaron a esta ciudad también para denunciar el despojo de los recursos naturales, de la biodiversidad, el agua y el aire que le roban las corporaciones nacionales y trasnacionales a los pueblos indios de México, causando por ende masivos desplazamientos en ocasiones sumamente violentos de comunidades indígenas enteras, despojadas de sus territorios ancestrales.

En la imagen la delegada del Concejo Indígena de Gobierno, Bettina Cruz Velázquez, zapoteca de Juchitán, Oaxaca, en la Marcha de las Mujeres que se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York, en gira de trabajo por EEUU promoviendo la candidatura de la primera mujer indígena a la presidencia de México, Marichuy. Foto: The New Yorker.

En la imagen la delegada del Concejo Indígena de Gobierno, Bettina Cruz Velázquez, zapoteca de Juchitán, Oaxaca en la Marcha de las Mujeres que se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York, durante una  gira de trabajo por EEUU promoviendo la candidatura de la primera mujer indígena a la presidencia de México, Marichuy. Foto: New Yorker.

“Este gobierno que se piensa consolidar en 2018, lo que va a hacer es acabar con la vida de mucha gente. Acabar con nuestros territorios, despojarnos. Y por eso decidimos que en 2018 vamos a iniciar una campaña por la vida, por la articulación y organización de los pueblos originarios de México, y también para otros pueblos y sectores explotados del país”, dijo Bettina Cruz a Noticiero Latino, en un remanso de su apretada agenda de trabajo en Nueva York.

Bettina Cruz es una mujer indígena zapoteca, de Juchitán, Oaxaca, luchadora social que en el curso de su vida y de su trabajo de activista ha sido amenazada, perseguida, encarcelada y torturada. Y tras haber sido puesta libertad en una ocasión reciente, tuvo luego que enfrentar un proceso judicial que se extendió por cuatro años, hasta ser absuelta en 2015. En algún momento de su vida se doctoró en la Universidad de Barcelona con una beca para estudiantes indígenas, en el área de ‘Planificación Territorial y Desarrollo Regional’, con la tesis, ‘Desarrollo regional en el Istmo de Tehuantepec: una perspectiva desde el territorio’.

Mientras platicaba con la mujer zapoteca en la iglesia penteconstal de La Santa Cruz, ubicada en el alto Manhattan y que forma parte de la red del Nuevo Movimiento Santuario, el CIG le reportaba a Bettina sobre el asalto de hombres armados a cinco reporteros que acompañaban la caravana de Marichuy entre Tepalcatepec y Buenavista, Michoacán. Y le decían que a varios de esos periodistas les habían confiscado cámaras y grabadoras, y otros equipos de trabajo.

¿Y no te da miedo, Bettina? –preguntamos a la veterana activista zapoteca.

-¡Todos lo tenemos!

-¿Pero, que te vaya a tocar a ti otra vez, a tu familia?

“Este trabajo que andamos haciendo no es un trabajo que lo reciba el gobierno con beneplácito, o con alegría… Es un trabajo que estamos haciendo precisamente para acabar con ese tipo de gobierno”, señaló.

Y aprovechó la ocasión para denunciar un ataque que precisamente el gobierno dirigió por esos días en que ella andaba de gira por este país:

“Estando yo en Denver (Co) recibí la información de que llegaron a mi casa dos personas armadas, tomando fotos de la casa, de las camionetas que usamos para lo del movimiento, y que también buscaban a mi esposo… Mi esposo es Rodrigo Flores”.

Proyecto eólico encabezado por las empresas españolas Unión Fenosa Gas Natural, Endesa e Iberdrola en el Istmo de Tehuantepec. Foto: www.desinformemonos.org.

Proyecto eólico encabezado por las empresas españolas Unión Fenosa Gas Natural, Endesa e Iberdrola en el Istmo de Tehuantepec. Foto: www.desinformemonos.org.

Y es que hace diez años Bettina con su esposo y otros compañeros de lucha en Juchitán de Zaragoza (Oaxaca), de donde ella es originaria, fundaron la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT), como una plataforma para demandar al proyecto eólico, ‘Eólica del Sur’, encabezado por las empresas españolas Unión Fenosa Gas Natural, Endesa e Iberdrola.

“Con capital japonés, australiano, danés y de otras partes, que va a generar una energía sin ningún tipo de beneficio para la gente de ahí, sino que más bien va a ser utilizada por Walmart, Mitsubishi, Heineken y otros”.

Hasta el momento hay unos 25 parques eólicos operando en el Istmo de Tehuantepec, señala Bettina, y acusa a la empresa de haber llegado al Istmo “sin consultar a la comunidad, y sin que nadie la hubiera invitado a venir a imponerse”.

Esta mujer juchiteca de mediana edad cuenta también que “tal vez este rebrote de persecución de las autoridades mexicanas se deba a que la Suprema Corte de Justicia acaba de atraer un amparo”, en un juicio interpuesto contra una empresa trasnacional.

En el Istmo lo mismo participan hombres que mujeres en las luchas y en las decisiones importantes de la familia y la comunidad. Bettina confirma que aquí las mujeres “se mueven, hablan y deciden”. Foto: www.desinformemonos.org

En el Istmo lo mismo participan hombres que mujeres en las luchas y en las decisiones importantes de la familia y la comunidad. Bettina confirma que aquí las mujeres “se mueven, hablan y deciden”. Foto: www.desinformemonos.org

En esos momentos todo indicaba, dijo, que “se trata de una orden de aprensión contra Rodrigo Flores, acusado de la quema de maquinaria” de una empresa que intentaba dragar el mar sin consultar y mucho menos sin la autorización de la comunidad indígena de San Dionisio del Mar, Oaxaca.

“Donde se ha vivido todo un proceso de lucha… y la gente se organizó y pues quemó la maquinaria… Esto demuestra cómo el gobierno lo que está haciendo es proteger siempre a las empresas”.

Pero la afrenta no es sin embargo contra todo el pueblo de San Dionisio, sino contra las y los cabecillas del movimiento, señaló la mujer, en una suerte de operación quirúrgica, de guerra de guerrillas.

“Porque Rodrigo Flores es uno de los que ha denunciado toda la cuestión del despojo del territorio que están haciendo las empresas trasnacionales en el Istmo de Tehuantepec; y bueno, horita estamos viviendo la criminalización de nuestra lucha”.

Para Bettina México vive un estado de emergencia, y como representantes del CIG, nombrados en asambleas de los diferentes pueblos indígenas de México, impulsan varias tareas, señala:

“Instar a la organización; que nos organicemos, nos articulemos, porque de no hacerlo nos van a matar… No hay otro momento para organizarnos. Si ahorita no nos organizamos, nos van a agarrar, nos van a matar por separado”.

Francisco Grado Villa, delgado del Congreso Nacional Indígenas (CNI), cuyo órgano representativo en las elecciones federales mexicanos es el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) denuncia la rapacidad de las empresas que en su estado acaparan tierras y aguas. Foto: MVG.

Francisco Grado Villa, delgado del Congreso Nacional Indígenas (CNI), cuyo órgano representativo en las elecciones federales mexicanos es el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) denuncia la rapacidad de las empresas que en su estado acaparan tierras y aguas. Foto: MVG.

El otro concejal del Congreso Indígena de Gobierno (CNI) por esta gira es Francisco Grado Villa, “orgullosamente cochimí» del desierto central de Baja California Sur:

«Venimos a promover la agenda del CIG, para impulsar a quien nos representa, a Marichuy, porque ella es nuestra vocera”.

Y la propuesta que trajaron a Nueva York es “llevar el mensaje a los hermanos migrantes, a los hermanos latinoamericanos, y a todo el mundo; de que es tiempo ya de empezar a cambiar toda esta estructura de gobierno capitalista que está llevando al despojo, al deterioro del medio ambiente…, a despojar a los pueblos indígenas de sus territorios porque ahí están los recursos que siempre hemos cuidado, de los que hemos sido custodios por muchos, muchos años, y esta vorágine capitalista pues está acabando con esos recursos”.

Francisco Grado señala que el proceso electoral es de todas maneras una simulación, y que ya todo el escenario, todo el teatro político está predispuesto para favorecer al gobierno.

“Claramente se ve que el gobierno no quiere dejar fácilmente el poder y de esta manera nos pone obstáculos para poder registrar a la candidata”.

Uno de estos obstáculos es la imposición de las autoridades electorales, el IFE, de una nueva modalidad para capturar las firmas electrónicamente, a través de un teléfono celular que cuesta como mil 500 pesos mexicanos y que además necesita descargar una aplicación complicada.

“Porque ahora, para registrar las firmas hay que hacerlo por medio del teléfono, con una aplicación. Pero pues hay lugares donde los compañeros en las comunidades indígenas no tiene para comer, mucho menos van a tener electricidad o para un teléfono; no tienen Internet, no tienen wi fi”.

En el convivio con otros movimientos populares del área de Nueva York – Nueva Jersey, Bettina Cruz hace gala de sus tradiciones bailando música tica del Istmo de Tehuantepec. Foto: MVG.

En el convivio con otros movimientos populares del área de Nueva York – Nueva Jersey, Bettina Cruz hace gala de sus tradiciones bailando música tica del Istmo de Tehuantepec. Foto: MVG.

De esta suerte, las poblaciones indígenas a las que principalmente va dirigido el mensaje de Marichuy efectivamente no tienen señal satelital o Internet, y cuando la tienen las bandas no son muy anchas y la velocidad para descargar y transferir datos es muy lenta.

Otra de las denuncias que compartieron estos delegados en Nueva York fue la intención del gobierno de México para modificar leyes federales.

“La de Seguridad Interior, por ejemplo. Y pues esto ya está pasando, están sofocando las manifestaciones, están interfiriendo teléfonos, y todo esto claramente indica que tienen preparado ya el escenario para seguir manteniéndose donde están, en el poder, en el gobierno», dijo el delegado cochimí.

Respecto al tema de las  firmas por teléfono y los obstáculos inherentes a conseguir el registro del IFE, Bettina Cruz opinó:

“Hay un racismo histórico e ideológico en México… Así que no es sólo un asunto de raza, sino de exclusión, de clase ¿no?… Pero nosotros no estamos quejándonos de que los celulares, de que esto o lo otro… estamos demostrando que nadie que quiera deconstruir este estado de explotación va a poder llegar por la vía de las elecciones”.

La luchadora juchiteca sostuvo que el régimen está actualmente en control de la situación y no va a dar oportunidad para competir por el poder en un proceso electoral pacífico y transparente.

“¡¿Así nada más?! ¿Sin organización y sin nada…, que se pueda cambiar un gobierno como el que tenemos?, que forma parte de ese estado corporativo, o sea de que ya las empresas son las que deciden. ¡No! No es posible”.

En la reunión con los líderes populares en la Iglesia de La Santa Cruz un grupo de ‘danzantes aztecas’ inicia una ceremonia de origen prehispánico como parte de las actividades de ese día. Foto: MVG.

En la reunión con los líderes populares en la Iglesia de La Santa Cruz un grupo de ‘danzantes aztecas’ inicia una ceremonia de origen prehispánico como parte de las actividades de ese día. Foto: MVG.

Francisco Grado Villa dice por su parte que ha llegado el momento de un cambio radical; que “el pueblo de México está hastiado de las falsas promesas del gobierno”, y cree que el país está listo para un impulsar un cambio de paradigma.

«Mucha gente en México está buscando la manera de apoyar el llamado» del CIG, sostiene Francisco Grado.

“Y ahorita lo más urgente son las firmas; para que la compañera pueda registrarse y pueda ser candidata independiente”.

Y afirma que hay un despertar no solamente de los pueblos indios de México, sino también de la sociedad en general:

“De los trabajadores de las fábricas, de la gente de los barrios, de las colonias de las ciudades, porque también les está pasando lo mismo. Están desplazando a la gente que vive en el centro de las ciudad hacia las orillas… por eso de la gentrificación”.

México es un país rico, tan rico que todas las empresas están sobre nosotros, dice Bettina. “Con mucha agua, zonas de biodiversidad, riqueza natural muy grande, la riqueza cultural, mares… pero todo eso desgraciadamente se utiliza para engrosar el bolsillo de unas cien familias en México. Y de multinacionales… entonces imagínate si eso pudiera aplicarse a la generación de espacios que pudieran engrandecer a la gente de este país. Solamente con eso. Con que no haya una explotación de los territorios, con que no se lleven todo lo que se llevan”.

Pero, ¿cómo lograrlo?

La campaña de los indígenas mexicanos hace un llamado a que la gente se organice, continúa Betina:

“Hay mucha gente del pueblo de México que ha respondido. Y hay mucha gente que todavía cree en esa falsa democracia. Hay gente que también nos está molestando, ¿no?”.

Y sin embargo, afirma,«es así como se han hecho los grandes cambios».

Uno de los problemas más groseros y crueles es sin duda el feminicidio en México. La plataforma de Marichuy, es decir de los indios de México, sostiene Bettina, contempla entre sus nueve temas de trabajo (mujeres, tierra y territorio, autonomía, trabajo y explotación, diversidad sexual, migrantes, personas con capacidades diferentes, niños, jóvenes…), esta violencia de género.

“Estamos pidiendo a la gente que se reconozca en cada uno de estos temas, para encontrarnos; para poder generar esos puentes, esos acercamientos y saber qué es lo que está pensando la gente que se deba hacer. Cuál es la solución”.

Guadalupe Campanur Tapia, 32 años de edad, activista de Cherán, Michoacán asesinada presuntamente por el crimen organizado.  Foto: La Jornada.

Guadalupe Campanur Tapia, 32 años de edad, activista de Cherán, Michoacán asesinada presuntamente por el crimen organizado. Foto: La Jornada.

Bettina añadió que “esta violencia no puede seguir más”, y se refirió al artero asesinato de Guadalupe Campanur Tapia, una activista social de Cherán, Michoacán, que acaba de ser asesinada, estrangulada, de acuerdo con la necropsia del Servicio Médico Forense de Morelia; crimen que reportamos oportunamente en este espacio. Se acusa al crimen organizado, pero sin aportar pruebas.

La indígena michoacana tenía apenas  32 años de edad y fue fundadora del cuerpo de guardabosques de Cherán. Todo esto se ventilaba con Bettina mientras languidecía la tade ese día de la Marcha de las Mujeres.

Bettina sostuvo también que dicho crimen es un nuevo mensaje a las comunidades indígenas, “para amedrentarlos, para que nos pongamos en alerta”.

Pero advirtió que ha llegado el momento:

“Es el momento que nos emancipemos de todo; de la explotación de este sistema capitalista patriarcal que inventó el capitalismo para explotarnos a las mujeres. Entonces, este es nuestro momento de decir: ¡Basta! No queremos seguir siendo explotadas, minimizadas. Tenemos nuestros derechos, al trabajo, a la salud, a que nos respeten. A que vean que no somos una cosa que puedan usar, tocar, matar nuestro cuerpo para darnos lecciones a los movimientos indígenas, o a los movimientos sociales”.

Y el mensaje del CNI, para los compañeros de Cherán, dijo en ese momento, «es que ¡tienen que seguir luchando! No podemos permitir que esto siga pasando con las mujeres. No es momento de bajar la guardia”.

Bettina aprecia la ropa típica de su cultura con que se viste. En lo imagen platica con una vendedora de telas juchiteca. Foto: www.desinformemonos.com.

Bettina aprecia la ropa típica de su cultura con que se viste. En lo imagen platica con una vendedora de telas juchiteca. Foto: www.desinformemonos.com.

Porque para la luchadora social zapoteca lo que hacen las fuerzas policiales y militares en México –y esto podría extenderse a casi todo el mundo-, «cuando quieren castigar a un movimiento social precisamente castigan a las mujeres. Violándonos. Hiriéndonos en lo más profundo de nuestra dignidad”.

Esta reflexión, acotó Bettina, “es importante en estos momentos, para todas las mujeres”.

(Comunicado del Concejo Indígena de Gobierno sobre El Feminicidio de Guadalupe Campanur Tapia -Cherán- Enero de 2018).

Se sabe por otra parte que los pueblos indígenas han rechazado siempre el proceso electoral como forma de organizar al pueblo de México y, entonces, elegir el camino electoral parece una contradicción de los pueblos indios de México en esta elección presidencial.

“Como que la propuesta del CIG no se entiende mucho…, es un poquito complicada. Como decir: ‘bueno, están bien las elecciones, pero ustedes dicen que no…’. Y sí, decimos que ese no es el camino; que el camino es la organización, la articulación de la defensa del territorio, de nuestros derechos; la denuncia de lo que pasa con las mujeres, con los migrantes, con los niños, los jóvenes, los adultos; con los ancianos, con los trabajadores del campo y de la ciudad”.

Eso de haber acudido a las elecciones, agrega la juchiteca, “es sólo un mecanismo para poder ganar mayor visibilidad y con esto llamar la atención. Y claro que se está logrando. Estamos participando en este juego que hace el gobierno, porque es un juego, un circo. Porque realmente los que deciden quiénes va a ser los próximos gobernantes no son la gran masa de los mexicanos, sino unos cuantos que detentan el poder político allá arriba”.

Agregó: “Y es algo que también tenemos que señalar. O sea, no es el poder del voto. Son los que están allá arriba los que deciden quién va a seguir. Y ese juego es el que queremos eliminar… No queremos el poder de los de allá arriba sino construir un gobierno desde abajo”.

Pero en esta ocasión, apuntó Bettina, todo parece indicar una contradicción. “Porque escogimos el camino electoral. Pero si tú escuchas bien la propuesta, no estamos pensando que las elecciones van a cambiar a México. Es más, nosotros no estamos llamando a votar. Estamos llamando a que se firme, para que nuestra compañera María de Jesús Patricio Martínez aparezca en la boleta; como un espacio donde nosotros podamos seguir denunciando que las elecciones no son la forma de cambiar al país”.

Esta joven mujer rapera, Audry Bustos Díaz, recién llegada de Puebla a la ciudad de Nueva York, ameniza en el encuentro de los delegados del GIG con una de sus creaciones musicales. Foto: Francisco Ramírez.

Esta joven rapera, Audry Bustos Díaz, recién llegada de Puebla a la ciudad de Nueva York, ameniza el encuentro de los delegados del GIG con una de sus creaciones musicales. Foto: Francisco Ramírez.

Marichuy enarbola estos principios en su trayectoria histórica personal, pero sobre todo en la plataforma política que representa como representatnte del CNI y vocera del CIG, de los pueblos indios de México. Sin embargo el plazo para poder conseguir las 866 mil 593 firmas para el registro oficial de esta candidata independiente es hasta el 19 de febrero. Y aunque no obstante ya se han reunido varios cientos de miles de ellas en México, la meta se mira un tanto incierta, cuesta arriba.

Ante esto y los otros obstáculos mencionados, Bettina sostiene sin embargo que el CIG va a reunir las firmas necesarias a tiempo. Y que de no lograrlo, “bueno pues, ni modo; tampoco es el fin del mundo para notros… Nuestra lucha no termina con las elecciones”, ni el camino es electoral», reiteró. “Pero si no conseguimos las firmas, tampoco vamos a apoyar a ningún otro candidato”, López Obrador incluido.

“Nosotros estamos en una lucha anticapitalista… no nos vamos a sumar a ningún partido político. Nuestra tarea sigue, no para. Estamos planteando que si no nos salvamos juntos, articulados y organizados, la verdad es que nos van a partir en toda… tú ya sabes qué”

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