Marco Vinicio González
Noticiero Latino, Nueva York
La crisis de los niños centroamericanos en la frontera puso bajo fuego al titular del Departamento de Seguridad Nacional, Jeh Johnson este fin de semana, con los mayores medios de comunicación del país preguntándole agresivamente si va a deportar o no a estos menores en busca de asilo. Johnson fue ambiguo en su respuesta, pero defendió el derecho de los menores a un careo judicial, para el que sin embargo no hay la infraestructura legal suficiente todavía.
Haciendo eco a las palabras del presidente Obama en la Casa Blanca, su vocer, Josh Earnest declaró que «es poco probable que la mayoría de estos niños obtenga una exención humanitaria. Significa que no tendrán una base legal para permanecer en este país y serán devueltos».
Una manifestación ayer frente a la Casa Blanca pidió entre otras cosas a Obama eliminar el programa Comunidades Seguras y suspender las deportaciones de padres de ciudadanos estadunidenses, y familiares de los ‘soñadores bajo el programa de Acción Diferida o DACA.
Hace un mes el presidente Obama anunció que evaluaría la situación de los inmigrantes indocumentados y las [políticas oficiales de deportación, que durante su administración han expulsado a dos millones de inmigrantes. Los primeros anuncios relativamente serios apuntan hacia el reforzamiento de la frontera y los agentes de la Patrulla Fronteriza, y esto hace suponer que habrá más detenciones y deportaciones.
El presidente Obama ha vuelto a prometer que tomará medidas. Mientras esto pasa, más de mil inmigrantes, con antecedentes penales y sin ellos son expulsados, sumiendo en una situación de dolor y miseria a miles de niños ciudaddanos. Obama echa la culpa a la intransigencia de los republicanos en la Cámara de representantes.