Marco Vinicio González
Noticiero Latino, Nueva York
Recurriendo a una vieja táctica que puede remontarse a los años 80, cuando el Movimiento Santuario amparó miles de centroamericanos que huían de la guerra, el inmigrante indocumentado Francisco Aguirre se refugió este fin de semana en la Iglesia Lutherana Agustana de Portland, Oregon para evitar su inminente deportación. Porque “a las iglesias no deben llegar las autoridades migratorias, y menos aun con el fin de arrestar o deportar”, dijo Aguirre a The Huffington Post.
El recurso, que ocurre por primera vez en Portland nos recuerda -entre otros- el caso de Elvira Arellano en 2006, por ser el más relevante, quien también se pertrechó en una iglesia de Chicago para evitar su expulsión a México, que terminó ocurriendo sin embargo casi un año más tarde.
Francisco Aguirre llegó hace 15 años a Estados Unidos, a los 20 años de edad, procedente de El Salvador. Es líder comunitario y coordina el proyecto Voz Worker’s Rihgt Education, un centro de orientación laboral no lucrativo en Portland, además de ser músico. Tiene dos hijos y fue deportado ya una vez, tras ser arrestado por conducir bajo la influencia del alcohol, por lo que se le considera una amenaza a la seguridad pública, sostuvo a la fuente Andrew Muñoz, vocero de Inmigración.