De La Redacción
La ola de movilizaciones para frenar las deportaciones en el país podría convertirse en un sunami para noviembre, al paso que lleva y con la intensidad que se da. Ayer tres inmigrantes mexicanos, indocumentados, iniciaron un ayuno frente la Casa Blanca para liberar a sus familiares detenidos en cárceles de Inmigración y Aduanas, ICE. Piden al presidente Obama que ejecute una política migratoria humanitaria.
Como se recordará, cientos de inmigrantes protestaron apenas el sábado pasado frente a la Casa Blanca, con varios de ellos arrestados, para frenar las deportaciones. “Sin embargo, Obama se encontraba jugando golf fuera de la residencia”, reporta Notimex.
Marchas y protestas de inmigrantes y sus defensores estallaron simultáneamente por todo el país también el sábado, como parte de una movilización nacional contra las deportaciones, por la reunificación familiar, y en fin por la reforma migratoria.
Al mismo tiempo, hasta prominentes republicanos han mostrado empatía con la causa de las familias separadas por la deportación, como el hermano del expresidente George W. Bush, Jeb Bush, quien en un arrebato de la emoción comparó el arrojo que reclama cruzar ilegalmente la frontera con un acto de amor, y no como una felonía, por venir a buscar una mejor vida para los suyos. O las acciones de la congresista, también republicana, Ros-Lehtinen, que votó para que se anexe al proyecto del presupuesto de la nación la propuesta HR 15 de reforma migratoria. Todo esto en año de campaña política, pero da muestra de que el tema de las deportaciones es sensiblemente electoral.
No obstante sigue contrastándose la retórica del Presidente con la realidad. De acuerdo con The New York Times, casi dos terceras partes de las dos millones de deportaciones llevadas a cabo por la Administración de Obama fueron de «personas que habían cometido infracciones menores, incluyendo violaciones de tránsito, o que no tenía antecedentes penales en absoluto”. El veinte por ciento -o aproximadamente 394 mil de los casos- se trataba de personas esas sí condenadas por delitos graves, incluidos delitos relacionados con drogas. Para el año fiscal 2013, por ejemplo, la fuente afirma que “42% de los deportados no había sido condenado bajo ningún tipo de felonía;27 por ciento había sido condenado por una infracción de tránsito o de inmigración, y sólo el 12% concentró la mayor prioridad en las preocupaciones del gobierno (crimen nivel 1)”.
Los inmigrantes que ayunan hoy frente a la Casa Blanca, “José Valdez, cuyo hijo nacido en Michoacán fue detenido; Naira Zapata, inmigrante de Puebla cuyo esposo fue arrestado, y Cynthia Díaz, quien busca la liberación de su madre, dijeron que consumirán sólo líquidos hasta que el cuerpo aguante”.
La movilización nacional contra las deportaciones ha reunido a sectores religiosos, políticos, sindicales, estudiantiles y que pertenecen a la sociedad en genera. Su eco es ya audible por todas partes.