De La Redacción
Se despeja el camino de la nominación hacia el juzgado de Columbia y el gabinete
Luego del golpe histórico asestado por los demócratas en el Senado, que acabó con una práctica dilatoria y obstruccionista vigente por casi seis décadas y que ha venido dificultando las nominaciones del presidente Obama a su gabinete y a las bacantes del sistema judicial, los republicanos dijeron que no eran necesarios los nominados del presidente Obama a tres escaños abiertos en un tribunal federal de apelaciones en Washington, debido a que el tribunal no tiene suficientes cosas que hacer.
Pero al tratar de cuantificar la carga de trabajo del tribunal, la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia y segunda más importantes en Estados Unidos, luego de la Suprema, “es una guerra estadística de apetitos polícos», dijo Russell Wheeler, experto en tribunales federales de la Brookings Institution. El verdadero problema, agregó, es «el equilibrio ideológico de la corte».
Y es que actualmente los bancos ocupados por jueces federales y estatales en las cortes de la nación se hallan repartidos exactamente por igual entre demócratas y republicanos.
Al poner fin al filibusterismo se despeja el camino para que el presidente Obama pueda llenar -si así quiere-, más de 300 puestos vacantes en el sistema de justicia y en su gabinete.