Marco Vinicio González
Noticiero Latino, Nueva York
Los líderes demócrata y republicano del Comité de Presupuesto del Senado, Patty Murray y Paul Ryan respectivamente expusieron sus acuerdos y diferencias ante el simbólico acuerdo sobre el presupuesto alcanzado la semana pasada entre las partes para mantener funcionando el gobierno y al Congreso, que se retira de sus labores este año tras haber sido calificado como el menos productivo y con la peor popularidad de los últimos 40 años.
El referido acuerdo sirve como un primer escalón para romper el estancamiento y encono -dijeron-, restituir la confianza y el respeto entre ambos partidos, y como anunciamos oportunamente en este mismo espacio, no reducirá la deuda, de 17 mil 300 mil millones de dólares actualmente y en ascenso, ni cerrará las lagunas fiscales corporativas ni reformará los más caros programas de atención médica y de jubilación. Así como tampoco reemplazará totalmente los draconianos recortes del gasto conocidos como secuestro, que es el objetivo principal de los negociadores. “Pero sienta las bases para poder abordar en el futuro los verdaderos desafíos del país”, como los recortes a los grandes programas sociales, la reactivación del empleo y la economía, entre otros grandes temas, sostuvo Murray.
Queda afuera de este básico acuerdo la reforma al sistema fiscal o recaudación de impuestos como fuente para financiar el gasto del gobierno; tampoco tocará el techo de la deuda y por el momento suspenderá unilateralmente los ataques a la Ley de Salud Costeable, “un tema en el que no habrá acuerdo”, dijo Ryan en Meet The Press este domingo, cuyos ataques retomarán apenas salgan de estas negociaciones, “para poder enfocarnos y atacar bien el Obamacare”, puntualizó el excandidato presidencial.
En el mismo programa de NBC el exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson opinó que este acuerdo es un parte aguas en la parálisis que ha caracterizado al Congreso, que podría influir positivamente en el tema de la reforma migratoria, pues un acuerdo puede conducir a otros acuerdos bipartidistas, dijo Richardson, quien cuenta con una basta experiencia en negociaciones entre ambos lados del pasillo.