De La Redacción
Mientras los agoreros del fracaso anuncian que la reforma migratoria no va más este año, tanto el Presidente como el vicepresidente, Joe Biden redoblan esfuerzos para impulsar esta reforma y una creciente movilización protagonizada en estos días por un ayuno nacional tendencialmente masivo, que parte de la capital estadunidense pero que se replica en varias ciudades del país y acapara la atención de propios y extraños, reporta Prensa Asociada.
En un acto sobre el Cambio Social No Violento llevado a cabo en el Centro Martin Luther King, de Atlanta y en el seno una ceremonia de naturalización para 100 nuevos ciudadanos el vicepresidente Biden aprovechó la ocasión para resaltar “la necesidad de realizar una reforma migratoria” que corrija los severos desperfectos del sistema de migración estadunidense, enfatizando como condición primordial “la naturalización de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados que radican actualmente en este país”.
La referida ceremonia donde compareció ante una nutrida audiencia el vicepresidente Biden forma parte de una serie de 120 eventos programados durante los primeros días de noviembre para naturalizar a unos ocho mil nuevos inmigrantes. En ella, Biden se valió de la ocasión para manifestar la necesidad de que haya una reforma de inmigración y criticó al presidente republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner.
