Rubén Tapia

Noticiero Latino, Los Ángeles, CA.

“Esto no es teatro, es un problema; no estoy interesado en tomarme la foto, estoy interesado en resolver el problema”. Así respondió el presidente Obama en conferencia de prensa ayer en Texas a sus críticos que le urgían visitar la zona el valle del Río Grande, o Río Bravo, cruce principal de niños inmigrantes centroamericanos sin compañía.

Obama afirmó que no tenía mayores diferencias filosóficas sobre cómo resolver el problema con el gobernador texano, Rick Perry, con quien se reunió en privado durante 15 minutos a bordo del helicóptero presidencial. Pero el mandatario preguntó si el Congreso estaba preparado para aprobar los tres mil 700 millones en fondos federales adicionales a otros dos mil previamente solicitados para enfrentar la crisis humanitaria, y aun más retó a los legisladores texanos: “Si la delegación texana esta preparada para actuar, podía resolverse el problema la próxima semana”.

Obama destacó que está de acuerdo en aumentar la vigilancia en la frontera, acortar los tiempos para procesar a los detenidos y atender sus necesidades de salud pública. En su propuesta, Obama asigna 300 millones de dólares para ayudar a los gobiernos centroamericanos a afrontar en esos países “la raíz de esta crisis”, que dijo no será resuelta a corto plazo; y negó que el Programa de Acción Diferida (DACA) haya desatado esta nueva ola migratoria. También destacó que la verdadera solución sería que el Congreso aprobara una reforma migratoria.