Marco Vinicio González
Noticiero Laitno
Un nuevo desafío tensa las relaciones del gobierno con los sindicatos de burócratas por la eventual entrada en vigor de un oneroso impuesto para los planes de salud costosos. Porque los gobiernos municipales y de los condados continúan elevando la presión hacia los sindicatos, para que estos acepten planes de salud más baratos en previsión de la entrada en vigor del llamado impuesto Cadillac, contenido en la Ley de Salud Asequible de la administración Obama, que penalizaría a las compañías que ofrezcan planes de salud caros a sus empleados, a partir de 2018, reporta The New York Times.
Ya desde mayo se había anunciado que los 500 dólares deducibles y el co-pago de 20 dólares por visita médica serían cosas del pasado, pues el trabajador tendría que inscribirse en un programa médico para controlar su diabetes, por ejemplo, o practicarse un examen de salud que determine sus probabilidades de desarrollar una enfermedad costosa, y tener una revisión médica en una clínica en su oficina, en lugar de con su médico privado.
La inclusión de este oneroso impuesto en la nueva ley de salud fue sugerida por asesores económicos bajo el argumento de que las negociaciones del gobierno con los grandes sindicatos han desarrollado una suerte de insensibilidad por parte de los trabajadores hacia los costos reales de la atención médica.
Mientras que el mayor esfuerzo de la administración Obama ha sido proporcionar cobertura médica a decenas de millones de estadunidenses sin seguro médico en 2014, los trabajadores con seguro de salud pagado por el empleador también están empezando a sentir los efectos. Pues las empresas con la esperanza de evitar el impuesto están empezando a reducir los beneficios de salud más generosos que han ofrecido tradicionalmente, y buscan maneras de reducir el costo total de la atención a sus empleados
Pero en el sector público, donde se obtuvieron buenos beneficios a través de la negociación con los sindicatos poderosos, el cambio hacia los planes de salud más baratos no va a ser fácil, anticipa la fuente. Sindicatos municipales se opusieron a la inclusión de los impuestos en la ley de salud, como parte de sus esfuerzos que lograron retrasar su entrada en vigor hasta el año 2018.