Rogelio Amaya Martínez fue obligado a declararse culpable de hacer explotar un auto en el centro de Ciudad Juárez, Chihuahua. Sin que hubiera orden de aprehensión, él y cuatro amigos suyos fueron presentados ante los medios como criminales. Luego de tres años y siete meses pudo comprobarse que la declaración les fue arrancada bajo tortura y hoy se encuentran libres. Amnistía Internacional documenta este y otros 24 casos en su informe anual sobre tortura, práctica a la que califica como prevalente y fuera de control.
Invitados: (Grabaciones) Rogelio Amaya Martínez, México, DF; Perseo Quiroz Rendón, Director Ejecutivo de Amnistía Internacional en México,
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