De La Redacción
En el Día de los Presidentes unas dos docenas de líderes religiosos, inmigrantes y simpatizantes fueron arrestados mientras rezaban frente a la Casa Blanca. Se habían reunido ahí para protestar con acto de desobediencia civil contra la política oficial de deportaciones, una práctica inhumana que podría convertirse en el legado histórico del presidente Obama, dice un comunicado de la Red Nacional de Jornaleros. Sostiene que esta administración está a punto de llegar a la cifra sin precedentes de dos millones de deportaciones bajo sus programas de cuotas de inmigración.
El acto de desobediencia pacífica contó con representantes de las huelgas de hambre en Norristown, Pennsylvania y Phoenix, Arizona, donde las familias y los detenidos se niegan a comer hasta que sus seres queridos sean liberados de la detención prolongada.
Sus casos individuales ponen de relieve la necesidad urgente del Presidente para tomar medidas inmediatas y detener las deportaciones récord. Si bien es indiscutible que el Presidente tiene la autoridad legal como para ampliar la acción diferida, o el programa de amparo para personas llegadas en la Infancia, el mandatario ha optado por no hacerlo hasta el momento para frenar las deportaciones de los inmigrantes sin antecedentes penales serios. Encuestas recientes muestran que la mayoría de los estadunidenses creen que el principal objetivo del gobierno debe incluir a los indocumentados , no deportarlos.
A principios de este año cerca de cinco mil personas de fe han firmado una petición al Presidente instándolo a tomar medidas: «En todas nuestras tradiciones religiosas nos enseñan a amar a nuestro prójimo. Por favor use su autoridad para suspender las deportaciones mientras el Congreso busca una reforma migratoria. Creemos que usted tiene la responsabilidad moral de hacer lo que esté en su poder para mantener unidas a las familias y reducir el sufrimiento causado por la deportación injusta», señala el documento de la red de jornaleros.