Marco Vinicio González

Noticiero Latino, Nueva York

Un poderoso bloque de empresarios va asomando peligrosamente en contra de los republicanos más recalcitrantes en la medida que se acerca la fecha límite para elevar el techo de la deuda del gobierno, cuando los más influyentes dueños del dinero llegan a una conclusión impensable hace unos años: Que sus millones de dólares en donaciones de campaña no están teniendo la menor influencia para evitar que dichos republicanos empujen al país al abismo fiscal de la insolvencia, reporta The New York Times.

El lobby empresarial, tradicionalmente prudente y pragmático -dice la fuente-, va dando cada vez más muestras de intensa frustración, por lo está planeando invertir sus millones en campañas primarias en contra candidatos republicanos que trabajan para diseñar el estancamiento político en Washington, bajo el comando del Tea Party, crecido en influencia desde las elecciones de 2010 y triunfador de una serie de escaramuzas políticas con el establishment republicano en los últimos dos años.

El presidente Obama continúa sin embargo intentando negociar con los republicanos, cuyo representante del ala dura es el presidente de la Cámara de Representantes, el congresista por Ohio, John Boehner, al parecer si mucho éxito que digamos, pues esta facción insiste en derogar la reforma de salud, actualmente vigente, a cambio de aprobar un presupuesto para el corto plazo.

Desde la Casa Blanca, Obama dejó en claro que trabajará con cualquiera de las partes sobre la forma de hacer crecer la economía, crear nuevos puestos de trabajo y poner orden en la esfera fiscal para el largo plazo, pero no bajo la sombra de estas amenazas a la economía estadunidense, a punto de desbarrancarse y que se aproxima a una catástrofe de dimensiones colosales si no se extiende el tope del endeudamiento del gobierno, a decir de varios analistas de diversa inclinación política.

“Mi mensaje es muy simple: Aprueben el presupuesto, terminen con este cierre del gobierno, paguen nuestras deudas, y prevengan una catástrofe económica…”, concluyó el mandatario.