Marco Vinicio González
Noticiero Latino, Nueva York
Tras dos años desencuentros que han sumido al país en una crisis político-financiera, el Senado y la Cámara llegaban a un acuerdo tentativo el domingo, el primero desde 2011, cuando el país se paralizó temporalmente por desacuerdos en torno a la deuda y el gasto público, reporta The Washington Post.
Este acuerdo, que asciende a poco más de un alto el fuego y al que republicanos y demócratas en el Congreso daban ayer los últimos toques, no reduciría significativamente la deuda, actualmente de 17 mil 300 mil millones de dólares y en ascenso. No cerraría las lagunas fiscales corporativas ni reformará los más caros programas de atención médica y de jubilación. Así como tampoco reemplazaría totalmente los draconianos recortes del gasto conocidos como el secuestro, que es el objetivo principal de los negociadores.
Al parecer, tanto republicanos como demócratas están abandonando sus objetivos, de reducir la deuda pública y ‘deponer las armas’. Por el momento, tratan de evitar otro enfrentamiento económico que vuelva a dañar el país.
La disputa por el control de la deuda está por terminar «con un gemido, no con una explosión», declaró a The Washington Post Robert Bixby, director ejecutivo de la Coalición bipartidista Concord, que aboga por la reducción de la deuda.