Marco Vinicio González
Noticiero Latino, Nueva York
Como todos los 11 de septiembre desde hace 13 años la ciudad de Nueva York hace hoy una pausa en su febril actividad cotidiana para recordar a los caídos en el mayor ataque terrorista a Estados Unidos, ocurrido en 2001 con los ataques al Centro Mundial de Comercio en el Bajo Manhattan, El Pentágono en Washington, DC, y el avión caído en en Shanksville, Pensilvania. También se recuerda aquí a las víctimas del golpe de Estado en Santiago de Chile el 11 de septiembre de 1973.
A diferencia de otros años en esta ocasión se abre el Museo del 911, en la parte baja del monumento Memorial que ha permanecido abierto desde hace meses, pero al que hoy sólo tendrán acceso los sobrevivientes y familiares de las víctimas de esos atentados: bomberos, policías y primeros rescatistas, de las 6 de la tarde a la media noche. En otra fecha más adelante se abrirá al público en general.
Otra diferencia con años anteriores y con el alcalde pasado es que el actual alcalde Bill de Blasio se ha unido legisladores federales para exigir la extensión de la ley Zadroga, que da atención médica y dinero a quienes enfermaron o resultaron heridos tras los atentados, y que expira en 2016.
Como se recordará, tras una larga lucha en el Congreso federal, donde los republicanos se mostraron renuentes durante años a pasar una ley destinada a proteger a los afectados por esta tragedia, argumentando el alto costo de la legislación, se instauró entonces la Ley Zadroga, que lleva este nombre en memoria de un oficial muerto durante las tareas de rescate. La Ley Zadroga pasó por fin en el Congreso en 2010, pero el componente de salud destinado a tratar con los enfermos crónicos expira en octubre de 2016, mientras que dichos enfermos siguen empeorando su condición de salud y muriendo muchos de ellos, entre los que se hallan inmigrantes latinos con estatus migratorio y sin él, aunque estos últimos han venido luchando con muy poco éxito para que los tomen en cuenta a la hora de resarcir económicamente los daños, pues por ley no son elegibles para obtener fondos federales.
Hasta el momento 2 mil 53 personas murieron como consecuencia directa de los referidos ataques, pero la cuota de empleados municipales y civiles enfermos por dicho motivo –algunos en estado terminal-, asciende a por lo menos 70 bomberos y 60 agentes del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD). Hay también más de 30 mil civiles con problemas pulmonares, digestivos y psicológicos, y 2 mil 900 con diversos tipos de cáncer, por las toxinas del aire contaminado, dice un reporte. Entre ellos, muchos latinos todavía en busca de compensación.
Una serie de tratamientos para dichos enfermos que comprueben haber sido afectados a consecuencia del aire de esa zona bombardeada, ya sea durante el fatídico evento o en las tareas de limpieza de los escombros en las desaparecidas Torres Gemelas son ofrecidos a través de la Corporación de Salud y Hospitales de la ciudad de Nueva York, y del Centro de Salud Ambiental del World Trade Center.
Los centros de atención están localizados en el Hospital Bellevue, Elmhurst y el Gouvernor Health Services, entre otros. Los síntomas más comunes son dificultad respiratoria, tos, y congestión nasal. Estos centros también abordan enfermedades mentales. Pacientes que residieron, trabajaron o estudiaron en el Bajo Manhattan, o en el noroeste de Brooklyn son elegibles para este servicio. Así como quienes colaboraron en las tareas de limpieza en la zona del colapso.
La incitativa es financiada a través de la Ley de Salud y Compensación James Zadroga.
La senadora demócrata por Nueva York, Kirsten Gillibran llamó a no olvidar a estos enfermos y a extender la Ley Zadroga otros 25 años, para darles un trato similar al de los caídos en las interminables guerras de Estados Unidos.
Puede encontrar un horario de las actividades de hor en el Centro Mundial de comercio en este enlace del NYT (inglés).