Marco Vinicio González
Noticiero Latino, Nueva York
Foto: Oficina del representante Henry Cuellar
A pesar del escándalo internacional desatado por el éxodo de niños centroamericanos y mexicanos cruzando solos la frontera y detenidos por la Patrulla Fronteriza sigue destapando nuevas revelaciones, con las fotografías y videos provistos a la prensa por la oficina del congresista texano, Henrry Cuellar, quien visitó instalaciones de Inmigración en McAllen, el pasado fin de semana. Las imágenes siguen revelando las condiciones inhumanas en que mantienen hacinados a estos menores, dice un comunicado del propio congresista demócrata, revelado por The Huffington Post.
En esta suerte de gallineros, o en bases navales y sitios improvisados por FEMA, los menores, algunos desde los cinco años de edad viven en condiciones insalubres y negligentes, y hasta pierden la inocencia, dice Erica Piñero, abogada del Proyecto Esperanza para los Derechos de los Inmigrantes, en Texas.
“Entrevistamos a docenas de niños a la semana, en las facilidades de CBP (U.S. Customs and Border Protection), y lo que vemos es un alto número de violaciones a sus derechos, viviendo en condiciones insalubres y bajo abuso físicos y en ocasiones sexual”.
Una coalición que incluye al referido proyecto Esperanza y a la Unión Estadunidense de Libertades Civiles, Aclu, envió un reporte de 26 páginas al Departamento de Seguridad Nacional esta semana, sistematizando las deplorables violaciones legales -y humanas- cometidas contra estos niños.
En su gira reciente por Centroamérica y México el vicepresidente, Joe Biden reconoció que se trata de “una crisis inmensa”, pero advirtió que “por el momento no se puede confirmar si habrá reforma migratoria” en Estados Unidos, y que “el Programa de Acción Diferida no beneficiará a los niños que están llegando de forma indocumentada al país”, reporta La Jornada.
Como hemos dicho oportunamente en este espacio, el número de estos menores que vienen huyendo de la violencia y la muerte, y definitivamente escapando de la opresión económica, azuzados quizás por la propaganda presuntamente divulgada en El Salvador, Honduras, Guatemala y México sobre la posibilidad de obtener algún tipo de residencia con sólo cruzar la frontera, en los últimos meses el tamaño del dramático éxodo crece exponencialmente.
El embajador estadunidense en México, Anthony Wayne, quien participará en reunión con países de América Central para abordar el tema, expresó que el tamaño de la oleada de estos menores se duplicó en un año. Cifras van, cifras vienen, pero todas ellas giran alrededor de los 60 mil para el cierre del año en curso. A estas alturas, el pronóstico sobre el número exacto de estos menores viniendo a Estados Unidos y su futuro se antojan más bien inciertos.
