Ya de salida, anuncia Trump restricciones al asilo y promociona su muro fronterizo

Marco Vinicio González

 

En su gira de despedida a la ciudad del Álamo en Texas, para promocionar la construcción parcial del enorme muro fronterizo que prometió entregar a sus bases de nacionalistas blancos de la extrema derecha, Trump planea arrojar un nuevo «trozo de carne roja” a sus fanáticos seguidores aumentando nuevas regulaciones al programa de asilo. Una vez más el mandatario presumirá sus falsas “promesas cumplidas», aunque en realidad México por ejemplo no ha pagado ni pagará nada por el controvertido proyecto a pesar de las muchas garantías que dio a sus votantes el mandatario perdedor en las elecciones del 3 de noviembre.

En un nuevo impulso para intentar acabar con el longevo sistema de asilo estadunidense, que le había dado por siglos un fuerte atractivo a este país, Trump está aumentando tres restricciones para los inmigrantes que solicitan asilo. Una primera medida entrará en vigencia el 19 de enero, la víspera de que Joe Biden juramente como el nuevo presidente de Estados Unidos dentro 8 días. Ésta prohibiría que «los migrantes no mexicanos, incluidos los niños no acompañados, soliciten asilo en la frontera sur de Estados Unidos», dice un despacho del Foro Nacional de Inmigración

Ha de saberse que desde el comienzo de la pandemia de Covid-19 la administración Trump ha emitido al menos 48 cambios de política que afectan a casi todas las facetas del sistema de Inmigración, dice por su parte CBS News. Algunas de estas políticas han sido temporales. Pero “otras políticas son cambios que tienen una duración indefinida, lo que permite que las restricciones permanezcan potencialmente vigentes mucho después de que ya no sean necesarias”.

Para otro tipo de políticas el gobierno federal ha utilizado la pandemia como pretexto al implementar “dramáticas restricciones a la inmigración”, que han sido parte de los objetivos de Trump en este renglón desde mucho antes de la propagación del coronavirus. Debido al gran volumen de estas acciones y a la velocidad con la que se han implementado, “la diferencia entre la respuesta proporcional y la restricciones impulsadas por la agenda de Trump puede oscurecerse”, dice la fuente.

Poco más tarde, el 22 de enero otra regulación de la administración federal entrará en vigor y habilitará a los funcionarios fronterizos para bloquear a los solicitantes de asilo, “no sólo si muestran síntomas de una enfermedad contagiosa sino también si viajan desde o a través de países donde una enfermedad es ‘prevalente o epidémica’».

El conjunto de cambios al sistema de asilo estadunidense que estaba programado para entrar en vigor este lunes hasta que un tribunal federal lo bloqueó la semana pasada, “impondría restricciones durante todo el proceso de asilo y, en general, descalificaría del refugio estadunidense a las víctimas de persecución por motivos de género, abuso doméstico y violencia de pandillas”.

De lograr implementarse, estas reglas tendrán un efecto devastador en los solicitantes de asilo, que serán devueltos a los mismos países de los que vienen huyendo, dijo a la fuente Eleanor Acer, directora de protección de refugiados, del grupo Human Rights First.

Los asesores de Biden han dicho que planean deshacer gradualmente muchas de las políticas fronterizas de Trump, incluido un programa que regresó a unos 70 mil solicitantes de asilo no mexicanos a México. Y advirtieron que los cambios de política tomarán tiempo en medio de la pandemia. La prohibición de asilo por motivos de salud pública, que entrará en vigor el 22 de enero, “podría ser suspendida por un memorando que, según los asesores de Biden se emitirá el día de la inauguración para ‘detener o retrasar’ las reglas de la era Trump que aún no han entrado en vigencia.

Las otras reglas, tendrían sin embargo que ser revertidas a través del proceso regulatorio, de acuerdos en un tribunal federal, o por votación del Congreso. Biden tendría que dar su consentimiento para invocar la poco conocida Ley de Revisión del Congreso. También existe la orden de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) que la administración Trump ha estado utilizando para expulsar a los migrantes sin una entrevista de asilo o una audiencia judicial.

El mes pasado, los asesores de inmigración de Biden prometieron crear un sistema «justo y humano» en la frontera México-Estados Unidos, aceptando solicitudes de asilo en los puertos de entrada; enviando fondos a los refugios para migrantes, y trabajando con organizaciones sin fines de lucro para identificar a los más vulnerables.

Los funcionarios de la transición también dijeron que la administración entrante asignaría oficiales de asilo para revisar los casos de migrantes que solicitan protección a lo largo de la frontera, y para aliviar parte de la carga de los tribunales de Inmigración llenos de atrasos■

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