De la redacción
Por extrañas y francamente horrendas coincidencias del destino, nuevamente otro 19 de septiembre, sólo que 32 años después, vuelve a temblar la tierra y a causar pérdidas dolorosamente irreparables para muchos en México. Las cifras no son precisas y se espera que estén cambando al alza con el paso de las horas, pero al tiempo de escribir estas líneas el último balance de las víctimas fatales se reportaba en 217 muertes. Los daños materiales son todavía incalculables.
No obstante, en medio del inmenso dolor una buena noticia son las muestras inmediatas de una ejemplar solidaridad de los mexicanos para darse la mano, en las primeras labores de rescate y apoyo con lo más elemental en estos momentos. Muchos taxistas brindaron sus servicios gratis para trasladar heridos a los hospitales. Y como en el terremoto del ’85, haciendo cadenas humanas de manera organizada los habitantes y vecinos de las construcciones colapsadas, en ‘operación hormiga’ trasladaron los escombros pasados de mano en mano para despejar el camino a los rescatistas profesionales, como los reconocidos ‘Topos’ y las unidades caninas entrenadas para detectar y localizar víctimas atrapadas, vivas o muertas.
Las imágenes de la destrucción son sin embargo horrendas, y más aún para la psique colectiva de los mexicanos en la capital del país, la Ciudad de México (CDMX), que llevan grabado como un tatuaje en la mente el destructivo sismo del 19 de septiembre que devastó la ciudad en 1985 y arrojó un saldo de muerte que cifras conservadoras calculan en unas 10 mil; aunque existen versiones no confirmadas, y que parecen sacadas de la febril imaginación popular, que ubican esta cifra en el triple de dicho tamaño.
Y es que el potente sismo de ayer de 7.1 grados en la Escala de Richter sacudió con fuerza el centro y el sur de México. Axochiapan, Morelos fue el epicentro; y hasta la noche de ayer se habían registrado 17 réplicas.
El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente ha confirmado en Twitter que la suma es de 225 fallecidos: 94 en la CDMX ; 71 en Morelos; 43 en Puebla; 12 en el Estado de México; 4 en Guerrero y 1 Oaxaca. En la capital habían colapsado por lo menos 44 inmuebles. En la CDMX los peores daños se registran en las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Coyoacán e Iztapalapa. Centenas de viviendas también se derrumbaron en la CDMX y en los estados afectados.
Según imágenes vistas a través de las televisoras, los equipos de rescate están excavando frenéticamente en busca personas que pudieran haber quedado atrapadas entre, o bajo los escombros de edificios derrumbados. El desastre ocurrió menos de dos semanas después del terremoto más poderoso del país en un siglo. «Es como Sodoma y Gomorra, como si Dios está enojado con nosotros», dijo a la televisión un residente de la Ciudad de México.
En un tuit el presidente de México enfatiza que «la prioridad es el rescate de víctimas y la atención a los heridos».
Por su parte, el periódico mexicano La Jornada, reporta en su edición de hoy que “La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó del despliegue, de forma preliminar, de 3 mil 677 elementos; 15 binomios caninos, ocho helicópteros y seis equipos de maquinaria pesada.
“En tanto, la Secretaría de Marina envió 644 elementos para labores de rescate; el personal naval apoya en las delegaciones Tlalpan, Coyoacán y Álvaro Obregón… La Secretaría de Gobernación emitió una declaratoria de emergencia extraordinaria para las delegaciones de la Ciudad de México… Con la declaratoria se activan los recursos del Fondo de Atención de Emergencias (Fonden) y las autoridades contarán con recursos para atender las necesidades alimenticias, de abrigo y de salud de la población afectada”. ¡Ya veremos!
Se espera que en el curso de las próximas horas, días y hasta meses irán saliendo a la luz conmovedoras historias de horror y de muerte, pero también de solidaridad y de organización popular que tienda a prevenir mejor estas catástrofes.
Ironías de la vida, algunas de las víctimas cuentan que unas horas antes apenas de que iniciara el temblor, muchos habían participado en un ejercicio o simulacro para estar preparados contra un sismo similar. Algunos habitantes de la CDMX se quejaban ayer que las alarmas antisísmicas sonaron cuando comenzó a temblar la tierra. “¡¿Y ya para qué?!”, reclamó una mujer a la televisión. Y otras alarmas simplemente no sonaron.
Radio Bilingüe lamenta también la destrucción que ha causado el huracán María en Puerto Rico. De igual manera se pide la solidaridad internacional con esa isla y en general con los otros países afectados en El Caribe■