Pero ahora la “nueva” iniciativa revisada incluye enmiendas de la propuesta del senador conservador de Texas, Ted Cruz, que permitirían a las aseguradoras ofrecer planes de salud de bajo costo, simplificados y que garanticen por lo menos la oferta básica del Obamacare, para cubrir beneficios como la maternidad y el cuidado al recién nacido, servicios de salud mental y tratamiento de adicciones; así como visitas al médico, atención ambulatoria, hospitalización, ingreso a emergencias y medicamentos con receta.
De la redacción
Mientras el presidente Donald Trump copa los titulares de la prensa con una inagotable fuente de revelaciones sobre actos personales, familiares y de su círculo más cercano que bordean el límite de la ilegalidad, silenciosamente –lo más que se puede-, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell hace malabares para empujar su propuesta de Ley de Salud para retrasar otra vez una votación pero hasta poder asegurar su aprobación en la cámara alta. Esta vez se vale del estado de salud del senador por Arizona, John McCain.
Porque McConnel, reputado estratega político experto en amarrar consensos camerales quiere un voto tan pronto como sea posible, pero no puede darse el lujo de perder un solo voto republicano, pues necesita 51 para pasar su proyecto. Así que ha tenido que esperar otra vez.
Como se dio a conocer, la semana pasada este líder de la mayoría en el Senado volvió a posponer la votación, aunque prometió que tal vez sometería a votación su «nueva» propuesta tan pronto como esta misma semana, dicen diversas fuentes informativas; pero ha dicho que espera que el senador John McCain regrese al Senado después de que se le extraiga un coágulo de sangre.
Expertos afirman sin embargo que cuanto más se retrase un to sobre dicho proyecto de ley, es más probable un nuevo fracaso. Y es que hasta los propios grupos de cabildeo que representan los intereses de médicos y hospitales no están tan de acuerdo con los datos que han podido conocer, de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), que tiene que revisar el proyecto antes de ser sometido a una votación.
Además, dice la prensa, el calendario del Senado pronto estará lleno de otras leyes, como un aumento al límite legal del endeudamiento del gobierno federal, y las facturas de gastos para el año fiscal que comienza el 1 de octubre, o la reforma al código fiscal, entre otros temas.
Como pudo verse, la pasada propuesta de McConnell dividió a sus correligionarios, que controlan el Senado, y generó tal oposición tanto entre los moderados como los conservadores de línea dura, como señalamos oportunamente aquí.
Pero ahora la “nueva” iniciativa revisada incluye enmiendas de la propuesta del senador conservador de Texas, Ted Cruz, que permitirían a las aseguradoras ofrecer planes de salud de bajo costo, simplificados y que garanticen por lo menos la oferta básica del Obamacare, para cubrir beneficios como la maternidad y el cuidado al recién nacido, servicios de salud mental y tratamiento de adicciones, así como visitas al médico, atención ambulatoria, hospitalización, ingreso a emergencias y medicamentos con receta.
Y es aquí donde las compañías de seguros, como por ejemplo las de alcance nacional como Blue Cross y Blue Shield Association, señalan que la propuesta de McConnell elevaría el costo de las primas -una de las principales críticas al Obamacare-, se desestabilizaría el mercado individual de seguros y se dañarían las protecciones para los usuarios con condiciones médicas preexistentes, quizás el punto más contencioso.
Otro aspecto controversial de la “nueva” propuesta es que mantiene dos impuestos a las personas de más altos ingresos o más adineradas, para ayudar a financiar el Obamacare: la carga impositiva de 3.8 por ciento sobre los ingresos netos procedentes de inversiones, para individuos con ingresos anuales de más de 200 mil dólares, y para matrimonios que ganen más de 250 mil. Además, una sobretasa de 0.9 por ciento a gente con estos ingresos, que ayude a solventar el programa de cobertura de la personas mayores, o el Medicare.
Se esperaba que la referida oficina de presupuesto, no partidista, emitiera un informe sobre el último borrador del proyecto de ley hoy lunes, pero ahora planea tomar más tiempo, reportan agencias.
“Los legisladores más reticentes están ansiosos por ver lo que CBO dice acerca de la referida propuesta con las enmiendas de Cruz agregadas a la ley la semana pasada, para sumar su apoyo -o no- al de los senadores republicanos más conservadores”, dice por su parte The New York Tmes.
Bajo dicha propuesta revisada, las aseguradoras podrían ofrecer planes de salud más baratos y menos integrales si también ofrecen tres planes estándar con todos los beneficios requeridos por la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio. Pero en el pasado ya estos planes “básicos” han resultado en una estafa y millonarias compensaciones económicas. Pues ofrecen servicios que no brindan al consumidor cuando más los necesitan, como intervenciones médicas, intervenciones quirúrgicas, hospitales, tratamientos principalmente de quimioterapia, etcétera.
Pero «Estos planes de seguro basura podrían cobrar a las personas más o simplemente negarles cobertura basada en condiciones preexistentes», dijo la Senadora María Cantwell, demócrata de Washington. Y hasta el propio presidente Trump ya en una oportunidad pidió a sus correligionarios republicanos del Senado un plan de salud «con corazón» y «más generoso», del aprobado en mayo por la cámara baja.
Entre hoy y mañana veremos quizás el desenlace de un intento más por desmantelar la actual ley de salud. Pero con un tinte intimidatorio, tal vez, el propio McConnel advirtió a sus colegas republicanos que si su proyecto no pasara en esta ocasión, no les va a quedar otra que trabajar con los demócratas del Congreso para mejorar el Obamacare■