De Johanes Roselló, Reporting on Health Collaborative
Juan Rodela llevaba casi ocho meses preso en el Centro de Detención de Inmigración de Stewart en Georgia y ya iba por el tercer abogado, cuando un cambio en la estrategia de su defensa resultó en su sorpresiva liberación.
Los niños del mexicano, de 12, 9 y 3 años, estaban afectados emocionalmente por su situación. Desde que fue arrestado el 15 de noviembre de 2012 por no mostrar una licencia tras una infracción vial en el condado de Coweta, donde reside, sus hijos quedaron devastados, en especial el de 9 años.
“Llegó a pasar momentos en los que se quería matar, ya no quería vivir. Y le preguntaban por qué y él decía que porque yo no estaba aquí y que posiblemente yo no iba a regresar”, recordó Rodela.
Sin embargo, cuando las esperanzas del padre se esfumaban, una nueva estrategia de la defensa, logró el anhelado reencuentro.
El abogado de inmigración Michael Urbina recomendó uno de los recursos que muchos letrados utilizan con frecuencia en sus defensas contra la deportación: una evaluación psicológica para demostrar “sufrimiento extremo e inusual” en los familiares que son ciudadanos estadounidenses.
“La ley le puede dar un perdón a esa persona que va a ser deportada si la separación del esposo y la esposa o del padre y los hijos va a ser extremadamente cruel para la persona que se queda en el país”, explicó Alonso Romero, psicoterapeuta que con frecuencia evalúa familiares de inmigrantes en proceso de deportación.
El pasado 3 de julio, en una audiencia ante inmigración, se presentó el informe de evaluación psicológico de los hijos de Rodela.
“Ese fue uno de los motivos más fuertes por los que el juez consideró mi caso y me dejó salir porque ya yo había intentado salir”, explicó el mexicano, que lleva 15 años en el país y quien está casado con una estadounidense, razones por las que había pedido la cancelación de su deportación en audiencias previas. Esto, sin embargo, no había funcionado.
El problema de Rodela era que su tiempo de estancia en el país había sido interrumpido por una salida a México. Además, dos cargos por manejar bajo los efectos del alcohol (DUI) hace 10 años afectaban su defensa.
Aunque su caso aún no ha sido cerrado, su abogado no espera que Rodela tenga problemas en el futuro, pues confía en que tendrá un buen final.
“Si no se hubiese presentado un informe psicológico probablemente le hubiesen negado la fianza y no le hubiese quedado otra opción que haber tomado una salida voluntaria o la deportación”, explicó Urbina
¿Éxito de estos informes?
Muchos abogados de inmigración piden a sus clientes buscar una evaluación psicológica porque se considera un elemento importante en la defensa contra la deportación. Sin embargo, explican que deben ser parte de otras pruebas, ya que un caso no se puede sostener exclusivamente con el informe.
“Ayudan mucho los reportes psicológicos, pero no es que solamente por tener un informe psicológico se va a ganar un caso. Tenemos que tener algo adicional que nos ayude a ganar el caso. Nuestro trabajo es mostrar que este caso no es como todos”, comentó Julio Moreno, abogado en The Fogle Law Firm, una firma con oficinas en Georgia, Carolina del Norte y California.
Para la abogada Carolina Antonini, de Antonini & Cohen Immigration Law Group, que ha usado este tipo de informe por mucho años, el diagnóstico que da el psicólogo al paciente es clave para la decisión del juez.
“Para propósitos de defensa contra deportación, normalmente yo puedo sentirme segura con el respaldo de evaluaciones psicológicas, si la conclusión va a ser depresión severa o depresión crónica”, dijo.
Al igual que Antonini, el psicólogo colombiano Romero afirma que no cualquier diagnóstico de alguna condición mental es considerado para que un magistrado ejerza discreción.
“Cualquier persona que se separe en una separación o divorcio va a sufrir, pero la ley dice que si esta persona va a sufrir mucho más que cualquier otra persona en circunstancias similares, el juez puede usar discreción para poder perdonar que esa persona sea expulsada del país”, explicó Romero.
Joseph Cervantes, profesor de la Universidad Estatal de California, en Fullerton, que ha realizado unos 400 informes psicológicos para las cortes de inmigración, explica que uno de los diagnósticos más comunes de estos reportes es el de la ansiedad por separación.
“Si hay una ansiedad por la separación, eso va a causar daño, ya sabemos eso, pero no es suficiente en la corte. Tiene que ser una depresión o algo más fuerte, donde el niño necesita tratamiento”, dijo el experto.
Cervantes, que ha realizado investigaciones académicas sobre la salud mental de inmigrantes, señala que la corte requiere que se demuestre que existe enfermedad o necesidades especiales en el niño, que, de ser enviado al país del padre o la madre deportado, sufriría daño.
“Si hay problemas de aprendizaje, por ejemplo, el niño está en educación especial o, al contrario, el niño es muy talentoso y tiene bastante oportunidad si se queda aquí. O si hay problemas de abuso, donde el menor necesita tratamiento”, sostuvo.
Depresión y crueldad
El caso de la familia Rodela es ejemplo de un caso extremo, ya que sus pequeños hijos no solo sufrieron por la separación y arresto de su padre, sino que también fueron maltratados.
“La situación aquí no fue solo que los niños sufrieron mentalmente, sino que los niños fueron literalmente abandonados por la madre, cuando el padre estaba en custodia de inmigración”, explicó Urbina. Sostuvo que si la situación hubiese sido únicamente que los niños tenían una depresión a raíz de la separación familiar, posiblemente ello no hubiera sido suficiente para parar la deportación.
De hecho en medio del proceso de encarcelación del mexicano, su esposa y madre de los niños perdió la custodia de los pequeños por su adicción a las drogas. El Departamento de Servicios a Familias y Niños (DFCS) tomó la custodia de los pequeños.
Según el abogado de la familia, debido a que los menores fueron abandonados por la madre, se pidió la consideración del juez argumentando que los niños sufrieron “crueldad extrema” infligida por una ciudadana estadounidense.
“Lo que ayudó aquí es que han sufrido a raíz de que su mamá los abandonó, que su mamá es adicta a las drogas y para empeorar la situación, su papá está detenido por Inmigración y su papá ha sido víctima de todas las circunstancias que les han causado daños mentales a ellos”, agregó.
Y es que, en casos como este, asegura Urbina, cuando los abogados no cuentan con informes policiales que demuestren abusos contra los niños, los juristas usan las pruebas circunstanciales y los informes psicológicos para presentar la dura realidad que viven sus clientes.
Divergencia en los resultados
Tras su experiencia en las cortes de Georgia y de algunos estados aledaños, el abogado Julio Moreno explica que las posibilidades de ganar un caso con un informe psicológico varía de un estado a otro.
Por ejemplo, explicó Moreno, las posibilidades de ganar con un caso en Charlotte, Carolina del Norte, es de un 50 por ciento frente a Atlanta, que es solo un 10 por ciento.
“De cancelación de deportación en este último año creo que hemos ganado unos tres casos de unos 30 que hemos llevado aquí en Atlanta”, comentó Moreno.
En California, la experiencia de Cervantes dista de la de los abogados en Georgia. El profesor dijo que con el paso de los años y una lucha sostenida a favor de los inmigrantes indocumentados, así como la aprobación de la acción diferida (DACA), los jueces de inmigración se han vuelto más sensibles ante una posible separación de familias.
“Los jueces parece que ponen más preocupación a lo que está pasando con las familias y les dan la oportunidad (de quedarse en el país)”, aseveró Cervantes.
Antonini considera problemático el hecho de que los abogados en otras partes del país tengan mejores resultados que ella al defender casos similares en Atlanta.
“No importa donde tú estés en este país, tú deberías esperar que las leyes migratorias sean aplicadas igualmente”, sostuvo.
De acuerdo con la jurista venezolana, en su experiencia en las cortes de Georgia se ha topado con jueces que “devalúan los informes psicológicos”.
“Hay una tendencia de disminuir el impacto de una evaluación psicológica hacia un niño ciudadano, si la conclusión de la evaluación es que ese niño o esa niña está sufriendo rasgos de depresión y ansiedad porque sus padres están en proceso de deportación”, afirmó Antonini.
“Yo he tenido casos que se han perdido porque el único problema era una depresión nueva de una niña o una ansiedad de la esposa. Es malo, es triste, pero no es un dolor suficientemente extremo para ameritar a una persona a quedarse”, dijo.
Según Antonini, las decisiones de los jueces en Georgia ante estos casos y la divergencia en los resultados en diferentes estados le dice que para muchos magistrados la salud mental no es un factor importante en sus dictámenes, así como no ha sido un tema importantes a nivel federal cuando se discuten leyes migratorias.
“Nadie en Washington DC discute el tema de salud mental cuando hablan de leyes migratorias”, recalcó.
“La razón por la que un juez en San Francisco tiene más probabilidad de ayudar a un niño americano que tiene una evaluación de depresión que un juez en Atlanta es porque ninguno de los dos ha sido informado por Washington de que la salud mental es un factor importante, lo que significa que si un juez dice que es importante y el otro dice que no es importante, ambos tienen razón”, añadió la venezolana.
En espera
Hoy día, Rodela aguarda su juicio y continúa viviendo con sus niños en la ciudad de Moreland, en Coweta.
Luego de salir de la cárcel pudo obtener la custodia de sus pequeños, a quienes mantiene con su empleo como operador de maquinaria pesada con una compañía con la que labora desde hace ocho años.
Su esposa continúa rehabilitándose y bajo la supervisión de DFCS. De querer recuperar a sus hijos, tendría que pelear su custodia una vez acabe el tratamiento.
“Los niños están perfectamente, volvieron a la normalidad”, dijo el padre, que no se rindió en su lucha para evitar la deportación.
“Todo esto fue un martirio para mí. Yo lo soporté por mis hijos”, sostuvo.
Sobre Vivir en Las Sombras: Este proyecto es el resultado del Reporting On Health Collaborative (Informe en Colaboración sobre la Salud), en el que participan Mundo Hispánico en Atlanta, New America Media en California y Nueva York, Radio Bilingüe en Oakland, WESA Pittsburgh (afiliada de NPR) Univisión Los Ángeles (KMEX 34); Univisión Arizona (KTVW 33) y ReportingonHealth.org. Este proyecto en colaboración es una iniciativa de The California Endowment Health Journalism Fellowships de la Facultad Annenberg de Comunicación y Periodismo de la University of Southern California.
¡Sus opiniones y comentarios son bienvenidos! Por favor comparta sus pensamientos e ideas acerca de Vivir en Las Sombras. Tú también eres parte de la historia y te invitamos a compartir tu perspectiva y experiencias escribiendo a immigranthealth@reportingonhealth.org. También puedes llamarnos al (213) 640-7534 o compartir una conversación sobre estos temas en Facebook a https://www.facebook.com/immigrantshealth y Twitter a @immighealth.