II
Algunas mujeres que han sido víctimas de violencia doméstica y emigran a este país, por lo general lo hacen bajo el auspicio de un hombre que puede ser el esposo, su empleador o algún familiar. En este sentido dicha mujer depende casi en absoluto la mayoría de las veces de su patrocinador, que a menudo las abusa de diversas formas y en distintos grados. Este problemático pasaje de la inmigración, muestra sin embargo un patrón de dolor que exige de mucha entereza para sobre vivirlo, y que se lleva de manera aislada y en silencio por razones similares a las que sufrió María Hernández. Tales son entre otras la falta de amistades y redes de apoyo familiar, la barrera del lenguaje, el desconocimiento de la ayuda disponible, oficial y privada, y desde luego el miedo a la deportación. Porque aunque estando en un proceso de ajuste de estatus muchas veces son extorsionadas por sus parejas o patrones con amenazas incluso como la de llamar a la migra. La dependencia económica es también un fuerte factor, aunque en mujeres como María Hernámdez, el cerco termina rompiéndose -no sin mucho sacrificio-, más o menos pronto. Porque mujeres como María se ven obligadas a integrarse al mercado de la fuerza laboral, donde también se les explota. Este asunto forma parte de unas pláticas para la confección de una reforma migratoria que se debaten actualmente en Washington, dice Chelis López al iniciar la segunda parte del programa Línea Abierta que condujo el 21 de octubre.
De víctima de violencia doméstica a defensora de mujeres (Primera de dos Partes)
En este momento se suma al programa como invitada Andrea Cristina Mercado, directora de Campaña de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, en Miami (FL). La pregunta del arranque de esta Línea Abierta fue si ¿serán los hombres los más perjudicados, o las mujeres, de morir la reforma migratoria?
“Nosotros hemos lanzado una campaña que se llama, Pertenecemos Juntos, para levantar la voz de la mujer pro reforma migratoria. Y se nos hace algo sumamente importante porque muchas veces no estamos hablando, no estamos pensando, y las leyes migratoria muchas veces no toman en cuenta a la mujer ni a las necesidades específicas que tienen la mujeres. Como ilustra la historia de María Hernández, las mujeres son vulnerables ante la violencia doméstica en muchos diferentes tipos de abuso y explotación, y es bien importante que la ley tome en cuenta a la mujer; y no solamente a la mujer sino a los niños también, porque sabemos que muchas veces las mujeres, las madres son las que están pensando en los hijos también”, dice Mercado, quien busca las maneras como la reforma migratoria puede tener un impacto positivo para las mujeres y para los niños.
Para las mujeres que sufren violencia doméstica y que por las razones antes descritas viven esta dolorosa experiencia en silencio, aisladas, sin saber cómo y a quién acudir para romper sus ataduras en tanto indocumentadas, Mercado afirma que “actualmente sólo una cuarta parte de todas las visas de trabajo son otorgadas directamente a mujeres”. Agrega que el resto de estas visas, o sea, las tres cuartas partes restantes son otorgadas directamente a los hombres. Apunta que incluso con esas visas con que entran a este país dependientes de sus esposos o patrocinadores, estas mujeres no tienen derecho a trabajar; como vimos en la entrega pasada, forman parte de causas que perpetúan o mantiene su estado de opresión. “Obviamente esto impide a estas mujeres contribuir al país con sus habilidades, y al mismo tiempo las vuelve más vulnerables ante un esposo abusivo”. Mercado sostiene además que su organización, la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas ha estado peleando por este tipo de cláusulas, “y de hecho ganamos, por primera vez en la ley que pasó el Senado, lo que incluye más visas de empleo para profesiones u oficios donde tradicionalmente tenemos más mujeres”.
Como se sabe, existen dos proyectos de reforma migratoria: el del Senado y el de la Cámara baja, de rasgos muy similares este último al primero. En la versión de la Cámara, eliminaron de la propuesta del Senado unos apartados que habían introducido al final, que se llaman las enmiendas Corker–Hoeven (por los senadores, John Hoeven, republicano de Dakota del Norte, y Bob Corker, republicano de Tennessee, para reforzar la seguridad en la frontera), que realmente afectarían negativamente a todas las mujeres y a los niños por la militarización de la zona fronteriza. Además, señala Mercado, “entraron otras enmiendas, como la enmienda McCaull (del congresista republicano por Texas, Michael McCaul) en la propuesta de la Cámara, que no están tan horribles como las enmiendas del Senado”. Esta última incluye aproximadamente una cuarta parte de los 40 mil millones de dólares del presupuesto de la ley destinado a la militarización de la frontera. “Por eso pensamos que la de la Cámara, que introdujeron los demócratas, tendría un impacto mejor”.
Andrea Mercadoaclara que todo es perfectible, y que por eso sus organización aboga por incluir más demandas. “Queremos por ejemplo más visas U, para víctimas de violencia doméstica; queremos más visas familiares, porque la gran mayoría de mujeres entran a través de una visa familiar, por lo que todavía tenemos trabajo que hacer”.
Sobre la dificultad para conseguir las visas U, María Hernández, quien pasó por esta experiencia interviene: “Pues no es tan fácil, verdad… Primero, tienes que tener un reporte de la policía, una manera de cómo comprobar que fuiste víctima de crimen o de violencia doméstica. Sin ese reporte es más difícil obtener la visa U. Aparte, tienes que cooperar con las autoridades sobre la situación, y muchas de las mujeres tienen mucho miedo”. Además, debe haber una prueba física de maltrato, sin cuya huella es prácticamente imposible, afirma María. “Ese fue mi caso: como no encontraron la prueba física, entonces no se pudo obtener ni una orden de restricción, no fue posible”. Por otro lado, continúa María, “muchas mujeres no quieren reportar a sus parejas; todavía tienen esperanzas de que van a cambiar estas cosas, y también tienen miedo… ‘Si hago el reporte, si llamo a la policía, qué me va a hacer, qué me va a pasar, ¿me va a quitar a mis hijos?’. Porque -los agresores- usan mucho eso: ‘Si me reportas a la policía te voy a quitar a los niños, voy a hacer esto’; o empiezan a asustarlas, de que las van a acusar de muchas cosas para quitarle a sus hijos”.
El radioescucha José llama por teléfono para sugerir cambiar el rostro de las protestas pro reforma migratoria, y hacerlas ahora con puras mujeres y niños. María contestó: “Yo creo que ya las mujeres y los niños siempre estamos el frente… pero para mi sería más bonito que lo hicieran las familias enteras; con el apoyo todos podemos hacer el cambio”, y redobló la invitación a participar en el movimiento pro la reforma migratoria, a vencer el miedo. “Porque sabemos que hay muchas mujeres que les da miedo, pero sabemos que hay muchas organizaciones que nos respaldan, que no nos van a poner en riesgo si salimos a protestar, cuando nos hagamos visibles para realmente lograr este cambio”.
Araceli, otra radioescucha llamó con una pregunta a María: “Yo fui víctima de violencia doméstica, en el 2001, y yo llamé para eso pero me dijeron que no, que yo no podía… Yo tengo una orden de restricción… Sí le hicieron juicio a mi exesposo…, no me pegó hasta dejarme -marcas de- golpes pero ya tenía mucho tiempo, me violaba, me abusaba (casi 7.8 millones de mujeres han sido violadas por una pareja íntima en algún momento de sus vidas, según un estudio de la Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica, NCADV); pero hasta aquí fue que yo lo denuncié… y yo quería ver si podían ustedes orientarme un poco, si yo podía todavía hacer eso”, preguntó Araceli.
María: “Mire, quiero aclarar que yo no soy abogada, no sé cómo es su caso… Tal vez, si nos puede hablar a la organización para saber más de su historia, y también yo la invitaría a llamar a la Línea Nacional de Violencia Doméstica (1-800-799-7233)”.
Mercado interviene para hacer una recomendación, llamar a la línea de Mujeres Activas. “Yo creo que es una de las únicas líneas en español, y que otras mujeres, como María, que son sobrevivientes están ahí asistiendo, al teléfono (Línea de Crisis: 415-431-2562, y 415-621-8140)”. También está el teléfono de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas: 646-360-5806.
Entonces fue cuando llamó José, de Salinas (CA), para hacer una revelación con sorprendente valentía: “Yo tuve una experiencia que cambió mi vida. Yo por años lastimé a mi familia, a mis hijos, a mi esposa; y llegó el día en que tenía que poner un alto. Yo acosaba a mis hijos, lo obligaba a que fueran estudiantes excelentes, pero no sabía de qué manera hacerlo. Y cuando uno de mis hijos cursaba la high school (preparatoria), lo agredí; lo agredí y tuve que ir con el sicólogo de la escuela…, llegó el trabajador social a la casa, y estuvo -el hijo- en un tratamiento por un año. Cuando yo me di cuenta de esto mi vida cambió, y hasta la fecha sigo con el sicólogo y me doy cuenta de que yo también fui afectado, cuando fui niño. Cuando fui niño…, también me marcaron mi vida (niños testigos de la violencia entre sus padres o cuidadores tienen el factor de riesgo más fuerte para transmitir el comportamiento violento de un generación a la siguiente; de abusar de sus propios socios y niños cuando sean adultos, según la NCADV). “Y yo también marque la vida de mis hijos de una manera… yo no entendía de qué manera hacerlo. Hoy en día mi vida es diferente, mi vida ha cambiado mucho, el trato con mi esposa, con mis hijos, es totalmente diferente, pero han tenido que pasar muchos años. Y yo los invito a los padres de familia que están escuchando, a que se acerquen con un sicólogo; que vayan a la escuela, que vayan con una trabajadora social… al trabajador social siempre lo tenemos en una imagen como si fuera un policía, como que nos va a llevar a la cárcel. Pero no es así, si nosotros les llamamos de una manera… y confiamos en ellos, y nos expresamos, ¿sabe qué?, vamos a ayudar a muchas familias”. La violencia doméstica en Estados Unidos, sobre todo entre los latinos, continuó José, “es un problema muy grave; porque traemos problemas, de México (o del país de origen), no tanto de nuestras familias, sino también del gobierno en el que vivimos, nos enseñan y nos golpean verbalmente desde que somos niños”. Hoy en día eso ha cambiado, sigue, “yo los invito a los padres a que busquen ayuda en cualquier lugar aquí en Estados Unidos… Les recomiendo que tengan un mentor que los ayude a orientar su vida. Yo no quiero decir que su vida es desordenada, pero sí necesitamos a alguien que guíe nuestra vida”.
José, dice Mercado, señala la necesidad de hacerle saber a los padres “la importancia de no marcar la vida a nuestros hijos. No es nuestra misma historia, tenemos que cambiar la historia. Tenemos que cortar con estas cadenas, y estas situaciones. Nuestros hijos no merecen esto”.
Entra entoces la llamada de Guadalupe, desde Merced (CA): “Hola, buenas tardes a todos. Es un placer escuchar a María Hernández, su historia, tan similar a la de tantas de nosotras. Indocumentadas, o con ciudadanía, la cosa es que uno, por alguna razón o motivo, como mencionó en compañero (José)…, situaciones pasadas que te cierran el mundo, pero aun así, yo siempre he compartido una frase que me encanta y lo digo por experiencia propia: En la ignorancia está el espíritu de sobrevivencia; a veces entre uno más ignorante sea, uno sabe sobre hallarse y sobrevivir en cualquier área. Entonces creo que lo ha compartido la señora María, el espíritu de sobrevivencia sobre todas las cosas. Yo también soy del club de los restaurados… ya lo pasado quedó… y vamos a seguir adelante porque tenemos, como dijo la señora María, ojos que nos ven; y no son dos, son hasta cuatro, ochos, diez ojos, según los hijos que tengamos. Así es que me da un gusto y un placer pertenecer al club de los restaurados”.
Salta María: “…Estoy de acuerdo con usted en que su historia y mi historia es la historia de muchas mujeres. Pero que seamos del club de los restaurados me gusta, verdad. Que ya no estamos en el papel de víctimas. Que estamos en otra situación, y que podemos ayudarle a otras mujeres. Porque me imagino que usted es el oído de muchas mujeres. Que entonces usted puede dar apoyo, y sugerencias para que otra mujer salga adelante”.
En estas circunstancias, lo que el sentido común aconseja pertinente en una reforma migratoria, dice Cristina Mercado, es la Visa U. La visa U no es solamente para víctimas de violencia doméstica, sino para cualquier persona no ciudadana que es víctima de un crimen, afirma. “Básicamente es una manera de apoyar, para que una personas que no tenga estatus legal, hable con la policía”. Así que tanto quienes ha experimentado violencia doméstica, así como “también otros tipos de crimen han podido arreglar su estatus a través de la visa U”, sostuvo la directora de la Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas, una organización que, afirma Mercado, “siempre estamos pelando por más visas U; en el límite del número que dan cada año”. Esta petición por más visas U, agrega, se está haciendo en el marco de las discusiones del proyecto de reforma migratoria en el Congreso. “Necesitamos una reforma que deje que las familias puedan seguir juntas… dejarnos trabajar, todas las cosas que mencionó María antes. Pero las leyes que estamos viendo en la Cámara y el Senado también incluyen cosas que no nos favorecen… Vamos a ver las deportaciones, la militarización de la frontera… lo que nosotros estamos haciendo dentro de Pertenecemos Juntos, y dentro del movimiento por los derechos delos inmigrantes, ¡es seguir pelando!, por la justicia, por los derechos humanos de los inmigrantes, y también haciendo más visibles los impactos de las deportaciones”.
Mercado añade que “aunque todavía no hemos ganado una reforma migratoria, creo que hemos logrado… Sabemos que el público norteamericano está con nosotros, la gran mayoría de los americanos apoyan una reforma migratoria, y estamos pasando leyes proinmigrantes en todo el país. Acabamos de pasar el Acta de la Confianza en California, que limita la colaboración entre la policía y la migra; hemos pasado también licencias (de conducir) en California y en muchos Estados…”.
La realización de una reforma migratoria está por verse. De llegar a pasar este año en el Congreso, cosa que se mira cuesta arriba, esta es el área de la reforma migratoria que contribuiría a reducir el problema de la Violencia Doméstica.