Veto a viajeros de 7 paises moviliza masas, juzgados y la Casa Blanca retrocede

En el aeropuerto de San Francisco, CA. Foto: www.morror.com

En el aeropuerto de San Francisco, CA. Foto: www.morror.com

De la Redacción

El país ha entrado en estado de agitación con masivas movilizaciones callejeras que no cesan desde el día previo al que Donald Trump tomó posesión como presidente de Estados Unidos. Las más recientes protestas han tenido lugar en aeropuertos del país, pero han generado caos también en otros países del mundo, y en el propio sistema de migración estadunidense, así como nerviosismo y tropiezos al interior de la nueva administración y diversas acciones legales han sido iniciadas contra el nuevo gobierno federal que le han hecho dar marcha atrás parcialmente.

La orden ejecutiva que firmó este viernes Trump suspende la entrada al país durante 120 días y la concesión de visados durante tres meses, “a todos los refugiados, y a los viajeros provenientes de siete países de mayoría musulmana con historial terrorista (Irak, Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen), hasta que se establezcan nuevos mecanismos de escrutinio”.

El texto del veto presidencial puede hallarse en inglés aquí.

Tras la firma de la referida orden estudiantes, visitantes y residentes permanentes legales de Estados Unidos, procedentes de los referidos siete países -y refugiados de todo el mundo- fueron detenidos en aeropuertos de este país y del extranjero, incluyendo El Cairo, Dubai y Estambul. Algunos fueron bloqueados de entrar a Estados Unidos y fueron incluso enviados de regreso al extranjero, reporta The New York Times.
Vale aclarar que los ataques terroristas del 11 de septiembre fueron perpetrados por 19 miembros de la red yihadista Al Qaeda, de Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Egipto y Líbano, naciones que no pertenecen a ninguno de los países vetados el viernes por Trump.

Esta situación ha generado también confusión hacia el interior de la propia administración Trump, por la cantidad de órdenes ejecutivas y el contenido arbitrario de dichas regulaciones que firma todos los días el presidente, y que rebasan algunas de ellas el propio ámbito legal que les corresponde.

La Casa Blanca retiró por ejemplo parte de la prohibición temporal que el Sr. Trump intentó imponer en un primer momento a los visitantes de los referidos siete países, aun con residencia legal permanente, y tuvo que dar marcha atrás al declarar que los alcances de dicha orden, como inicialmente se pretendía, no se aplicarán a aquellos con tarjetas verdes (green card), que les otorga residencia permanente en Estados Unidos. Tampoco afectará a los ciudadanos de dichos países que se han naturalizado estadunidenses. Esta es la teoría, habrá que ver, pasada la confusión entre las autoridades migratoria de los aeropuertos, cuál es alcance de la discrecionalidad de los agentes en los puertos de entrada al país.

Haciendo malabares los propios líderes republicanos, bajo el fuego de la crítica partidista y social han corregido sobre la marcha y declarado a la opinión pública que no se trata de una prohibición a la religión musulmana, sino de “medidas antiterroristas para mantener a salvo el país”, dice la prensa nacional.

Algunos analistas piensan que la febril emisión de estas órdenes ejecutivas busca principalmente demostrar que el flamante presidente está cumpliendo sus promesas de campaña, pero que éste no se ha dado cuenta todavía que la campaña ya concluyó y que ahora debe comportarse como el presidente de todos los estadunidenses y no sólo de las bases que votaron por él.

Ante esto, miles de personas protestaron el sábado por la orden ejecutiva en ciudades de todo el país, muchas de ellas en aeropuertos. Esas protestas continuaron el domingo, y un gran mitin se celebró fuera de la Casa Blanca.

El sábado por la noche, un juez federal de Brooklyn bloqueó parte de la referida orden estableciendo que los refugiados y otros que se encuentran detenidos en aeropuertos de todo Estados Unidos no deben ser devueltos a sus países de origen. Pero el juez se detuvo para dejarlos entrar en el país o emitir un fallo más amplio sobre la constitucionalidad de las acciones del Sr. Trump, sostiene la fuente.

Además, otros jueces federales en tres estados -Massachusetts, Virginia y Washington- emitieron pronto sentencias similares para impedir que el gobierno retire a refugiados y otras personas con visas válidas. El juez en Massachusetts también dijo que el gobierno no podía detener a los viajeros.

El domingo por la mañana el Departamento de Seguridad Nacional declaró que cumpliría con las sentencias, mientras continuaba haciendo cumplir todas las órdenes ejecutivas del presidente. «Los viajes prohibidos seguirán siendo prohibidos», dijo en un comunicado.

Reince Priebus, jefe de personal de la Casa Blanca dijo sin embargo en el programa de análisis noticiosos Meet The Press, que los agentes migratorios tendrán la discrecionalidad o autoridad para someter a escrutinios adicionales a cualquier viajero, incluidos los ciudadanos estadunidenses que hayan estado en alguno de los mencionados siete países vetados el viernes.

No estaba claro todavía ayer si los funcionarios aeroportuarios de todo el país estaban cumpliendo con las sentencias judiciales que bloquearon parcialmente la orden ejecutiva del Sr. Trump, así como tampoco cuál era el criterio general para admitir o rechazar a los viajeros a su llegada a los aeropuertos del país.

“El proceso por el que se preparó esta orden ejecutiva tampoco es claro. La Casa Blanca dijo que el Departamento de Estado y DHS habían estado involucrados en su preparación durante varias semanas, pero varios funcionarios de ambas agencias negaron esa afirmación”, dice el Times.

Dos funcionarios dijeron que los líderes de Aduanas y Protección Fronteriza, y del Servicio de Ciudadanía e Inmigración -las dos agencias más directamente afectadas por la orden-, así como otras agencias habían sido informados por teléfono sobre la nueva política migratoria en el momento en que el Sr. Trump firmó dicha orden ejecutiva el viernes.

Algunos republicanos se han manifestado alarmados cada vez más por la reacción pública y partidista a dicho veto. «Esta orden ejecutiva envía una señal, intencional o no, de que Estados Unidos no quiere que los musulmanes vengan a nuestro país», dijeron los senadores John McCain de Arizona y Lindsey Graham de Carolina del Sur en un comunicado. «Por eso tememos que esta orden ejecutiva pueda hacer más para ayudar al reclutamiento terrorista que para mejorar nuestra seguridad».

Incluso fuertes donantes del Partido Republicano como los activistas conservadores multimillonarios, Charles G. y David H. Koch también criticaron la decisión de prohibir la entrada a musulmanes. El domingo lanzaron una declaración “criticando el manejo que hizo Trump del tema”.
De acuerdo con el Times, el senador republicano Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores, dijo que la orden fue «mal implementada», e instó al presidente a «hacer las revisiones apropiadas». Otros republicanos fueron más circunspectos, como el senador Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana, quien dijo que el asunto sería decidido por los tribunales.

Entre tanto, las movilizaciones seguirán agitando las calles y los aeropuertos del país en varias de las grandes ciudades, como Atlanta, Chicago, Los Ángeles, Nueva York, San Francisco. Incluso en ciudades com Fresno, California, ayer domingo fueron escenario de protestas en el aeropuerto de esa ciudad.

Otras ciudades también planean nuevas manifestaciones de protesta contra las políticas que busca imponer Trump sobre la migración y los inmigrantes, y la construcción del muro fronterizo.

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