Vacunas destinadas a comunidades latinas de NY, aprovechadas por gente mayor, de afuera

De la redacción

La escasez de vacunas ha obligado a los gobiernos federal y estatales a priorizar los grupos de población para recibir las primeras vacunas, como el personal que atiende a los enfermos en los hospitales, los trabajadores esenciales en la primera línea de contacto con el coronavirus, o las personas mayores. Como los latinos padecen mayormente y de forma desproporcionada las infecciones, hospitalizaciones y muertes por esta causa, los vecindarios latinos son -o debieran ser- una prioridad de las campañas de vacunación.

El vecindario de Washington Heights, que es mayoritariamente latino tiene la mayor positividad de pruebas y tasas de casos de infección en Manhattan. Los médicos de ese  vecindario están preocupados porque los residentes de la zona reciban un acceso equitativo a la vacuna del Covid-19.

Atendiendo a la inequidad social que prevalece en estas comunidades en plena pandemia de Covid-19, en Nueva York el gobernador Andrew Cuomo destinó un incipiente pero importante número de vacunas al Fort Washington Armory, en el vecindario de Washington Heights en el norte de Manhattan, para ser compartidas por comunidades del sur de El Bronx, mayormente trabajadores latinos y pobres.

Según estadísticas, los residentes de estas comunidades tienen menos posibilidades de recibir las vacunas contra el Covid-19 que otros neoyorquinos y estadunidenses. Sin embargo, desde el primer día en que se abrió este centro de vacunación en Washington Heights, muchas personas de estados vecinos como Westchester y Nueva Jersey –no necesariamente latinos ni pobres- estaban recibiendo las vacunas en dicho sitio de vacunación del Washington Armory, mientras que algunos latinos hispanohablantes locales se quedaron varados sin citas ni servicios de interpretación”, reportó el miércoles la publicación local, THE CITY.

Y es que ese mismo miércoles el 23 por ciento de las personas que recibieron las primeras dosis de la vacuna no eran residentes de la ciudad de Nueva York, según datos de la Alcaldía. Dichas cifras no incluyen la vacunas en la instalación estatal del inmenso centro de convenciones, Javits Center, en el midtown que vacuna a cualquier residente del estado de Nueva York que es elegible, de acuerdo al calendario de prioridades, y no publica estadísticas sobre dónde vive.

En rueda de prensa virtual el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio dijo ese miércoles estar indignado con la noticia sobre la gente de 65 años o más, manejando desde suburbios de otros estados para aprovechar las vacunas destinadas originalmente por el gobierno para los residentes de ese vencidario latino del Washington Heights.

«Cuanto más sé sobre esto, más me enfado… En lugar de enfocarse en la comunidad latina de Washington Heights, un lugar que realmente fue golpeado por el Covid-19, el enfoque fue de alguna manera propicio para que personas de fuera de la comunidad vinieran y se vacunaran; pero no las personas que viven allí en Washington Heights. Totalmente al revés”. E hizo un enérgico llamado público: «Las personas que viven en otros condados deben ir a los sitios de distribución en sus propios condados y recibir ahí su vacuna».

Y es que según la fuente, Olga, una mujer latina que habla español y que entre otros latinos “había intentado repetidamente llamar a varias líneas directas para hacer una cita de vacunación, no pudo comunicarse o las instrucciones estaban sólo en inglés”.

La mujer agrega que en la puerta del NewYork-Presbyterian Hospital, cerca del complejo del centro médico de Washington Heights donde pretendía vacunarse, “la mayoría de las personas que entraban parecían ser blancas y no estar familiarizadas con el vecindario”. Fuera del sitio, Olga se encontró con otra barrera, del idioma: “Ninguno de los pocos guías y guardias de seguridad que dirigían a las personas afuera hablaba español”.

Ya de por sí las encuestas muestran escepticismo hacia la vacuna entre los estadunidenses de raza negra y latina debido a la historia de negligencia médica hacia ambos grupos, como hemos dicho aquí. Otros dicen que las comunicaciones inconexas y a veces contradictorias relacionadas con las pruebas y el equipo de protección durante la pandemia no ayudaron a tampoco a aliviar las preocupaciones de la comunidad respecto a las instituciones del gobierno.

Al parecer la manera como se implementan proyectos bien inencionados no es la correcta.

Beverly-Xaviera Watkins, epidemióloga social de la Universidad de California en Irvine y anteriormente en la Escuela de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York, NYU, dijo a THE CITY: «Tienes que preguntar a los residentes qué es lo que les preocupa y cómo superarlo… para llegar a los grupos vulnerables y más afectados de neoyorquinos negros e hispanos, es fundamental trabajar con organizaciones comunitarias y grupos de ayuda mutua”.

Mientras tanto, de Blasio anunció un plan para intensificar estos esfuerzos y la apertura de un centro de vacunación masiva las 24 horas, los 7 días de la semana, una vez que la ciudad reciba dosis ampliadas del gobierno federal. «Podremos vacunar a medio millón de personas a la semana a partir de febrero… pero necesitamos el suministro», dijo■

Notas de Interés (inglés):

Even in Poorer Neighborhoods, the Wealthy Are Lining Up for Vaccines

(Las autoridades reconocieron que los codiciados despachos de vacunas iban desproporcionadamente a los blancos. Los esfuerzos de los planificadores para corregir el rumbo han tenido un efecto limitado).

(Las tasas de vacunación están rezagadas en algunas de las comunidades que han sido las más afectadas por el virus).

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