Agrupaciones civiles de varias ciudades del país denuncian que agentes fronterizos mantienen a cientos de familias migrantes en condiciones inhumanas, citando a congresistas y abogados defensores que visitaron centros de detención. En Los Ángeles, Rubén Tapia cubrió uno de los actos de protesta.
Se oyen consignas de protesta…
Más de un centenar de activistas con fotos de migrantes muertos bajo la custodia de agentes fronterizos, con varios ataúdes de cartón y fotos de tragedias fronterizas, inician una caminata de 3 cuadras desde la iglesia de La Placita Olvera, donde nació la ciudad de Los Ángeles, hasta la cárcel de ICE.
Richard Estrada es un veterano religioso y activista angelino.
“Levantando las voces, y pidiendo que la gente se levante también contra todo lo que está pasando con los niños, con las familias detenidas por la inmigración. Hay que dar la bienvenida a los migrantes”, dice.
La indignación era muy grande para Evelin Hernández, una beneficiaria del Programa de Protección Temporal, TPS:
“Y como madre estoy dolida, me da mucho sentimiento que muchos niños estén en los centros de detención, que parecen animales, los tienen enjaulados. Muchos niños están muriendo, están sufriendo por las negligencias del gobierno de Trump”
También las personas transgénero son abusadas, humilladas y algunas han muerto en los centros de detención fronterizos, denuncia Raisa Daniela, que pasó 7 meses en una de esas cárceles de Inmigración:
“Los que hemos estado allí sabemos del maltrato, del acoso que sexual que vivimos por parte incluso de los custodios y personas que muchas veces me manoseaban”
Jorge Mario Cabrera de la organización pro inmigrante, Chirla:
“Decidimos hacer esta movilización para denunciar el trato que está recibiendo nuestra comunidad de parte de ICE”
Cabrera destaca que una responsabilidad del Congreso es supervisar las atrocidades que está cometiendo esta administración:
“Los estadunidenses tenemos una responsabilidad de decirle al gobierno, ‘quiero que gaste dinero en esto, y en esto no’. En este momento el dinero de los estadunidenses está bañado en sangre, porque se está utilizando para descuidar, maltratar e incluso matar a inmigrantes”
Esta ola de indignación nacional inició semanas atrás cuando un grupo de abogados que visitaron el centro de detención de Clint, Texas, hicieron públicas las condiciones inhumanas e insalubres en que se mantenían a cientos de niños que se entregaron a las autoridades pidiendo asilo. Tenían semanas detenidos, enfermos, durmiendo en el suelo; mal alimentados y mal supervisados, violentándose el Acuerdo Flores, un arreglo judicial que establece condiciones mínimas para la detención y liberación de los menores, señala Carlos Holguín, asesor general del Centro de Derechos Humanos y Ley Constitucional, organización que encabezó las negociaciones que estableció dicho acuerdo.
“El gobierno usa la cantidad de menores y la cantidad de gente que están llegando en familias a la frontera, como pretexto para violar todas la garantías del Acuerdo Flores y de la ley federal en general”, dice Holguín.
Al conocerse las denuncias, un grupo de legisladores coordinados por el Caucus hispano del Congreso visitó varios centros de detención; de allí salió horrorizada la más joven legisladora del congreso, Alexandira Ocasio-Cortes.
“Ningún niño debería de ser separado de sus padres…”, dijo.
Las denuncias confirman las conclusiones de un reporte interno federal que critica los peligrosos hacinamientos. Más aun -según una nota de la agencia noticiosa por internet ProPublic-, en una página de Facebook privada agentes migratorios en funciones y retirados comparten mensajes racistas donde se burlan de los inmigrantes muertos y bajo su custodia. También incluye montajes fotográficos sexuales explícitos en contra de la congresista Ocasio–Cortez.
Se escuchan más consignas…
Mientras esta semana en más de 150 ciudades del país exigían que se cerraran los campos de detención y se diera la liberación de los niños y familias detenidas, el presidente Trump minimizó las críticas. Mediante un tuit, dijo que si no les gustan las condiciones “díganles que no vengan… los agentes migratorios no son trabajadores de hospital, médicos o enfermeras”.
Por su parte, legisladores demócratas declararon públicamente que llamarían a cuentas a altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional■