De La Redacción
Como se ha publicado por todos los medios, sobre todo desde la aparición del movimiento social, Occupy Wall Street, la ciudad de Nueva York experimenta una suerte de darwinismo en cuanto a la concentración de la riqueza material, donde el 1 por ciento de la población, o una fracción incluso menor, detenta la mayor riqueza: los ingresos promedio de este 1 por ciento más rico en la ciudad crecieron de 452 mil dólares al año en 1990, a 717 mil en 2010.
Este comportamiento también se experimenta entre la población mexicana con mayores ingresos en la ciudad de Nueva York, donde sus recursos aumentaron en las últimas dos décadas, y cada vez concentran un mayor porcentaje de la riqueza generada por esta población, de acuerdo a un estudio de prestigiosa institución académica, dado a conocer por la agencia mexicana Aristegui Noticias.
Publicado por el Centro de Estudios Latinos y para América Latina y El Caribe, de la Universidad de la ciudad de Nueva York (CUNY), el informe indicó que el 20 por ciento de los hogares mexicanos más acaudalados de la urbe concentra el 49.7 por ciento de los ingresos generados por esta población.
Es decir, que el fenómeno de polarización de la riqueza que se experimenta en la población general de Nueva York observa el mismo comportamiento entre los mexicanos que residen en esta ciudad donde se concentra buena parte de la riqueza del mundo en transacciones bursátiles que circulan diariamente en una de las mayores bolsas de valores del mundo: Wall Street.
De esta suerte, “los mexicanos más ricos en Nueva York ostentan cada vez más recursos, mientras que los hogares más pobres entre este grupo poblacional tienen cada vez una menor participación dentro de la generación de la riqueza en la ciudad”.
El documento -turnado por el despacho de Aristegui Noticias- asentó que “el 20 por ciento de los hogares con mayores ingresos vio crecer su participación en la generación de riqueza entre este grupo poblacional de 42.1 por ciento en 1990 a 49.7 por ciento en 2010”.
En tanto, el 20 por ciento de los hogares más pobres vio disminuir su participación en la riqueza generada por los mexicanos en Nueva York, “de 5.0 por ciento en 1990 a 4.6 por ciento en 2010”.
Y agrega que de 1990 a 2010 se registró “un claro patrón de concentración del ingreso entre los hogares con más recursos de cada una de los cinco grupos nacionales latinos más grandes de Nueva York”. Es decir, puertorriqueño, dominicano, mexicano, ecuatoriano y colombiano, en este orden decreciente.
Los hogares mexicanos se ubicaron por debajo de los puertorriqueños, estos últimos los que reportan la mayor concentración del ingreso entre la población latina de Nueva York.
Si se toma en cuenta tan sólo el 5.0 por ciento de los hogares mexicanos que más ganan, continúa el estudio, “éstos concentraron el 20.6 por ciento de la riqueza, en tanto que el 40 por ciento de los hogares más pobres entre la comunidad controlan sólo el 13.3 por ciento de los recursos de este grupo en Nueva York”.
Así, la quinta parte de los hogares más ricos de la ciudad concentró en 1990 casi la mitad (48%) de los recursos, en tanto que para 2010 controlaba el 54 por ciento de la riqueza.
Y los ingresos promedio del 1.0 por ciento más rico de la ciudad, continúa la fuente, “crecieron de 452 mil dólares al año en 1990 a 717 mil en 2010, en tanto que los del 20 por ciento de los hogares más pobres apenas se expandió de 13 mil dólares anuales en 1990 a 14 mil dólares en 2010”.
De acuerdo con Laird Bergad, investigador de la Universidad pública de la Ciudad de Nueva York (CUNY), citado por Notimex, los datos analizados ofrecen una evidencia inconfundible de que “los más ricos neoyorquinos se hicieron cada vez más ricos entre 1990 y 2010, y que el proceso de concentración de la riqueza fue evidente dentro de cada gran grupo étnico de la ciudad”.