El campo mexicano es una buena muestra de resistencia ante estos días aciagos que amenazan con despojarlo una vez más. A pesar del abandono y las heridas mortales que le ha propinado el sistema político y económico imperante al campo, a los campesinos y a los pequeños productores, siguen unidos a la tierra. En México, “Con todas las limitaciones que se quiera, los núcleos agrarios han permitido hasta ahora la sobrevivencia de la pequeña producción campesina y sus formas de vida. En ellos se ocupa alrededor de 70 por ciento de la población rural, y se produce cerca de 40 por ciento de los alimentos”, dice el escritor Luís Hernández Navarro, coordinador de la sección de Opinión del periódico La Jornada. Los campesinos mexicanos se hallan -claro está- en enorme desventaja, ante al valor de los precios de garantía y los productos agrícolas en el mercado, contrastados con cada vez más altos costos de producción, sin apoyo institucional ni de ningún otro.
En tanto, las corporaciones transnacionales se adueñan aceleradamente de México y se consuma uno de los peores atracos de la historia con la reforma a las leyes energéticas que acaba de suceder. “La nueva legislación no sólo permite el despojo de los predios y territorios de ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios, sino que reconcentra una parte significativa de la tierra en pocas manos: las de las grandes compañías de hidrocarburos y eléctricas”, señala Hernández Navarro en un bien informado artículo de opinión.
Porque esta ley confiere la potestad sobre el territorio y el subsuelo mexicanos a las corporaciones, barriendo con la propiedad privada, en supuesto interés de “la nación”. Una artimaña a modo de una entidad del gobierno que no rinde cuentas a nadie ni repara daños causados a los mexicanos o a la tierra si se equivocan o lesionan intereses de otros. En fin, un despojo consumado en sesiones extraordinariamente rápidas del Congreso, en conjunto con la Presidencia y solapado por los partidos políticos y en general por los medios de comunicación, con sus honrosas excepciones, claro. El tema es relevante para todos los mexicanos sin importar dónde residan. Porque lo que se avecina es verdaderamente severo. Pero como suele pasar en la historia de México cuando se dan condiciones de vida tan precarias para los mexicanos, similares a las de estos tiempos “modernos”, se generan convulsiones y estallidos sociales, levantamientos, revoluciones que no dejan nada de pie, aunque nada garantiza que un potencial cambio de régimen necesariamente vaya a ser bueno para todos si no hay una buena conducción.
Para que estos estallidos sociales resulten benéficos al pueblo, más allá del duro golpe que le depara a la mayoría de los mexicanos el futuro inmediato, lo cierto es que no bastan los buenos deseos y simpatizar con las buenas causas. Para que esos estallidos sociales se activen benéficamente, históricamente ha hecho falta siempre un cierto grado de organización social, premeditado o espontáneo, que hoy se antoja a simple vista ausente por parte de la sociedad en general. Existen sin embargo algunas muestras sólidas que inspiran esperanza en el campo. Y aunque son pocas las agrupaciones sociales democráticamente organizadas en las ciudades, que basan sus dichos en acciones realizadas, están afortunadamente los indígenas de México, quienes -muchos de ellos- llevan más de 500 años organizándose y resistiendo a condiciones deplorables, como las de ahora. Por ejemplo las de La Realidad zapatista en Chiapas, los municipios autónomos y las Juntas de Buen Gobierno, etcétera, los usos y costumbres de allí y también de otros estados de la República Mexicana con fuerte presencia indígena, esa otra forma de organización social que vive paralela a las masas urbanas pero entremezclada con ellas, que va siempre surcando viejas y nuevas rutas, y a la que lastimosamente el pueblo mestizo mexicano -en general- ha vuelto la espalda.
Y así, frente a este dramático y oscuro horizonte, en el extremo sur del país mexicano se reúnen por estos días muchos y diversos grupos indígenas para reiterar la persistencia de las raíces de lo que hoy conocemos como México; su significado profundo, en un evento auspiciado por los indígenas en Ciapas, zapatistas, bases de apoyo y comandancia del EZLN, quienes lo dan a conocer de esta manera:
PALABRAS DEL COMANDANTE TACHO, A NOMBRE DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDÍGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EZLN, EN LA INAUGURACIÓN DE LA PRIMERA COMPARTICIÓN DE PUEBLOS ORIGINARIOS DE MÉXICO CON PUEBLOS ZAPATISTAS.
3 DE AGOSTO DEL 2014.
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA:
COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS DE PUEBLOS ORIGINARIOS QUE NOS VISITAN:
Los saludamos esperando que todas y todos llegaron con bien a estas tierras zapatistas.
En este largo viaje que han hecho desde lejanas tierras, para encontrarnos aquí en este otro rincón de estas tierras rebeldes Zapatistas del sureste mexicano.
Compañeras y compañeros:
Bienvenidas y bienvenidos, compañeras y compañeros de los pueblos originarios, los guardianes y guardianas de la madre Tierra.
Bienvenidos, bienvenidas los pueblos, naciones y tribus.
Bienvenidas y bienvenidos hermanas y hermanos:
NAHUAS.
PURÉPECHAS
MAYA PENINSULARES
MAZAHUA
ZOQUE
WIXARIKA
MIGRANTE
TEPEHUANO
COCA
HÑAHÑU
MAYO
TRIQUI
NAZA BI
BINNI ZAA
CHINANTECO
IKOOT
AFROMEXICANO
POPOLUCA
TZOTZIL
CHOL
TOJOLABAL
TZELTAL
TOTONACO
CHOL
KUMIAI
AMUZGO
HUARIJIO
MIXE
ÑHATO
CHONTAL
¡BIENVENIDOS PUEBLOS ORIGINARIOS!
Bienvenidas y bienvenidos todas y todos los y las representantes bases de apoyo de los pueblos Zapatistas.
Bienvenidos compañeros subcomandantes insurgentes.
Subcomandante insurgente Moisés.
Subcomandante insurgente Galeano.
De la Comandancia general del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Esperamos que todas y todos llegaron bien para poder llevar a cabo esta primera compartición tan importante entre el Congreso Nacional Indígena y los pueblos Zapatistas.
Compartición que lleva por nombre del compañero “David Ruiz García”.
También mandamos nuestros más sinceros saludos a todos y todas nuestros compañer@s insurgentes e insurgentas.
A las compañeras y compañeros, ancianos, jóvenes y niños, bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Como también a todos los compañeros y compañeras de las Fuerzas Mexicanas de Milicias de todo el EZLN.
A los miembros de todos los MAREZ (Municipios Autónomos Rebelde Zapatistas) y a todos y todas las y los compañer@s que forman todos las Juntas de Buen Gobierno.
Compañeros y compañeras del Congreso Nacional Indígena.
Venimos para compartir nuestros sufrimientos y dolores que nos han hecho este sistema Neoliberal.
Pero no sólo.
También es seguro que venimos a compartir los valiosos conocimientos, experiencias de lucha, de organización, retos y desafíos.
Frente a los capitalistas invasores Neoliberales que tanto daño nos han causado.
Estos invasores no se llenaron, no les bastó con el robo y saqueo que hicieron los conquistadores en 1492.
Esos conquistadores encontraron resistencia de los pueblos, tribus, naciones originarios de estas tierras, de este país que es México.
Asesinaron a quienes se opusieron a ser sometidos bajo el poder de la monarquía española.
Estos malvados verdugos invasores mancharon sus manos de sangre indígena, robaron las riquezas que cuidaban nuestros más viejos abuelos.
Pero no sólo persiguieron a los pueblos indios de México y de toda América Latina con el propósito de desaparecer la existencia de los pueblos originarios y desterrar su existencia.
Eso no lo consiguieron, la muestra es que aquí estamos presentes.
Así se perdió la comunicación de los pueblos de nuestros ancestros, se perdió la relación de los pueblos.
Pero la sabiduría y la inteligencia de nuestros más viejos abuelos, se ocultaron de la invasión española.
Así hicieron que otra vez se existieran los pueblos originarios.
Nos crecimos bajo el olvido de los poderosos, y así pasaron los 500 años en todos los rincones de nuestra patria mexicana.
Nosotros los pueblos originarios fuimos ignorados, engañados, olvidados, explotados, por más de 500 años esclavizados en el dominio.
Y ahora de nuevo está el invento de los poderosos neoliberales, es la maquinaria de destrucción de desaparición de nuestros pueblos.
Lo han hecho más grande y moderna amparados con leyes y malos gobernantes para invadirnos de nueva cuenta.
Con su nuevo plan de despojo, despojándonos en nuestra madre tierra, con la maquinaria del poder del dinero y saquear todas las riquezas que la madre tierra tiene, que hace millones de años ahí las tiene guardada.
Con esta máquina viene acompañada la muerte y destrucción de nuestros pueblos y de nuestra madre tierra.
Y cuando decimos estas dos palabras tan conocidas por nuestros pueblos, estas palabras de muerte y destrucción, llevamos nuestro corazón y nuestra mirada hasta el pueblo PALESTINO. Porque lo escuchamos y lo leemos que dicen que “el conflicto de Gaza”, como si fueran dos fuerzas iguales que se están enfrentando, como si al decir “conflicto” se escondieran la muerte y la destrucción y así ya no matara la muerte y ya no destruyera la destrucción.
Pero como indígenas que somos lo sabemos bien que lo que está pasando no es un “conflicto”, sino que es UNA MASACRE, que lo que hay es el gobierno de Israel haciendo una guerra de exterminio en contra del pueblo PALESTINO. Lo demás son palabras que quieren esconder la realidad.
Pero también sabemos, como indígenas que somos, que el pueblo de PALESTINA resistirá y se levantará de nuevo y volverá a andar y sabrá entonces que, aunque lejos en los mapas, los pueblos zapatistas los abrazamos hoy como lo hicimos antes, como lo haremos siempre, o sea que los abrazamos con nuestro corazón colectivo.
Y acá en nuestro mapa, esta máquina de guerra del poder del dinero, está sin cerebro, está desmemoriada, malvados, son animales salvajes, contra nuestros pueblos indígenas de México.
No les importa la destrucción, la muerte de nuestros pueblos enteros, de tribus y naciones.
Nosotros los pueblos originarios de México estamos desprotegidos de leyes y malos gobiernos.
La esperanza que hay somos nosotros mismos.
Nadie va venir a salvarnos, nadie absolutamente nadie va a luchar por nosotros.
Ni partidos políticos, ni políticos, ni leyes, ni nada hay para nosotros.
Compañeras y compañeros. Los partidos políticos, leyes, y malos gobiernos ya lo demostraron claro.
Ya no van a poder seguir engañando, pues ya lo demostraron estos 83 años. Todos ésos están al servicio de los capitalistas transnacionales.
Por eso tenemos que luchar juntos para defendernos y a defender nuestra madre tierra.
La tierra que nos vio nacer, que nos da vida y finalmente descansamos en ella eternamente.
Por eso somos todos los colores que somos, todas las lenguas que hablan nuestros corazones, por eso somos pueblos, somos tribus y somos nación. Somos los y las guardianas y guardianes de estas tierras, de este país México, de este continente y del mundo.
Así que compañeras y compañeros hoy será nuestro comienzo de caminar y la búsqueda de cómo debemos de hacer nuestra defensa comúnmente, no hay más tiempo.
Con sabiduría e inteligencia trabajemos estos días.
Que hoy estamos inaugurando este nuestro encuentro de compartición de nombre al compañero David Ruiz García, que su corazón siga caminando en nuestro paso, siendo las 10 horas con 21 minutos, del día de hoy 3 de agosto del 2014.
A nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena- Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y a nombre todas las mujeres, niños, hombres y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional…
Declaro formalmente inaugurada esta primera Compartición.
Sean todos y todas bienvenidos.
Bienvenida la palabra de quienes resisten y luchan. Bienvenido el oído que escucha y el corazón compañero.
Muchas gracias.
Desde la Realidad Zapatista.
Comandante Tacho.
México, Agosto del 2014. En el año 20 del inicio de la guerra contra el olvido.