Una mujer latina es la candidata demócrata a la gubernatura de Texas

La flamante candidata a la gubernatura de Texas, ex sheriff del condado de Dallas, Lupe Valdez, llega a un podio después de su victoria en el desempate en una celebración del Partido Demócrata en Dallas. Foto: Ashley Landis / The Dallas Morning News vía AP.

La flamante candidata a la gubernatura de Texas, ex Sheriff del condado de Dallas, Lupe Valdez, llega a un podio después de su victoria en el desempate en una celebración del Partido Demócrata en Dallas. Foto: Ashley Landis / The Dallas Morning News vía AP.

De la redacción

Lupe Valdez acaba de romper históricas barreras al convertirse en la primera candidata del Partido Demócrata a la gubernatura de Texas, un estado que ha sido gobernado por los republicanos durante los últimos 25 años. La señora Valdez representa a tres sectores de la sociedad en una sola persona: es mujer, es latina, y es la primera candidata a la gubernatura de Texas que se autodenomina lesbiana, o de la comunidad LGBT (Lesbiana, Gay, Bisexual y Transgénero). Tras imponerse a su contrincante en las primarias demócratas recientemente, hoy se perfila hacia una batalla cuesta arriba, contra el gobernador de turno, un republicano bien financiado y bien posicionado. Pero Valdez dice sentirse segura y que es «campeona en las batallas cuesta arriba».

Lupe Valdez, ex Sheriff del condado de Dallas, de 70 años de edad, acaba de ganar en una segunda vuelta la nominación para contender por la gubernatura de Texas, por parte de un partido importante en ese estado: Partido Demócrata. Ahora tendrá que contender contra el gobernador republicano, Greg Abbott, en las elecciones generales de noviembre.

Valdez dice estar cansada de las promesas vacías de los políticos, «que no miran a todas las personas por igual». Existe un paralelo similar y muy reciente en otro estado del sur, donde los demócratas de Georgia acaban de nominar también a una mujer de la minoría, la abogada afroestadunidense de Atlanta, Stacey Abrams, quien fue apoyada de manera importante por un sector progresista de la comunidad joven latina, como publicamos oportunamente en este espacio.

El triunfo de Valdez se esperaba, ya que ella siempre mantuvo una amplia ventaja contra su correligionario y contrincante, Andrew White, durante las primarias de marzo en las que compitieron nueve candidatos.

“En Valdez, los Demócratas de Texas eligieron a una mujer lesbiana de color que corría con una plataforma progresista, contra Andrew White -su oponente más cercano-, un hombre de negocios blanco de Houston muy bien financiado, hijo de un ex gobernador y quien compitió con una plataforma centrista”, dice The Huffington Post.

«Déjame encontrar un camino para ti», dijo Valdez al electorado texano en una entrevista reciente con el periódico The Texas Tribune. «Déjame encontrar una vía para tu atención médica. Déjame encontrar una ruta hacia tu salario digno».

Andrew White, el hijo del difunto gobernador Mark White, vio un gran impulso en su condado natal, Harris, pero no fue suficiente para superar a Valdez. Ahora, él prometió su total apoyo a Valdez y dijo a la fuente estar «listo para ayudar de cualquier manera que pueda para darle a Greg Abbott una fiesta de jubilación anticipada».

Valdez hizo una gran actuación en el condado de Dallas, donde había servido como Sheriff, y en el vecino condado de Tarrant. También ganó en grandes condados fronterizos y populosos como El Paso, Hidalgo y Webb.

Partidarios de Valdez dijeron al Tribuene que su estilo de campaña “se centró en los problemas de la mesa de la cocina” y que esto “resonó en los votantes”, a pesar de que los partidarios de White tuvieron más dinero para su campaña durante todo el año. También dijeron que “su carrera profesional como agente federal –Alguacil- y su experiencia política previa en el condado de Dallas marcaron la diferencia”.

De acuerdo con Time Magazine, Lupe Valdez sostiene que para ella las cosas nunca han sido fáciles. “Todos me dicen que es una batalla cuesta arriba (competir contra el gobernador titular). Pero mi respuesta siempre es: ¿cuándo no ha sido así?”.

Y afirma que durante su niñez, “atravesé la ciudad en un autobús público para poder obtener una educación decente. Eso no fue una caminata». Y pregunta: «¿Fue fácil cuando estaba trabajando dos o tres turnos para terminar la universidad? ¿Fue una excursión de campo cuando estaba en el ejército, en un batallón de tanques? ¿Fue fácil cuando asumí una organización dominada por hombres, que no quería el liderazgo femenino?».

Y remata: «Me estoy volviendo buena en las batallas cuesta arriba, y no he terminado todavía, eh… tengo otra que ahí viene”.

Valdez sostiene que las preocupaciones cotidianas del texano “no son a cuál baño van a ir, o muéstreme sus papeles”, haciendo alusión a un par de perniciosas leyes, relativamente nuevas, que firmó el gobernador contra el uso de los baños públicos para una persona transgénero, o la SB4, que faculta a la policía local y estatal para fungir como agente federal de Inmigración contra la población que “parece” indocumentada.

“La preocupación del texano de todos los días tiene que ver con la forma en que van a educar a sus hijos. Los niños de Texas tienen que competir en una economía global», sostuvo.

«¿Cómo vamos a asegurarnos de que obtengan una educación pública decente? ¿Cómo los vamos a enviar a la educación superior? ¿Cómo vamos a recibir atención médica? Estas son las cosas que nos deberían preocupar”, declaró Valdez a la revista Time.

En otra ocasión la candidata demócrata a la gubernatura texana señaló que “Texas no es un estado rojo, es un estado sin derecho a voto. Y tenemos que salir y votar, hablar con la gente, hacerles saber que alguien está aquí luchando por ellos. Voy a ser su voz y voy a luchar por ellos lo más que pueda, y eso es lo que marcará la diferencia”.

Las elecciones de noviembre están siendo observadas por la nación entera, en medio de un clima político nacional antinmigrante, xenófobo y homofóbico, aunque a la espera de una ‘marea azul’ que promete cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso federal, a pesar de que Texas, como otros estados, vive una grosera supresión del voto de las minorías.

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