Marco Vinicio González
Noticiero Latino, Nueva York
En días recientes la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) dio a conocer un nuevo reporte sobre los efectos de la Ley de Salud Costeable del presidente Obama, desatando el avispero político en Washington. La manera como fue presentado este nuevo hallazgo, algo así como “La Ley de Salud cortará 2.3 millones de plazas a la fuerza laboral”, puede leerse como, “Obamacare mata trabajos”. Esto, como era de esperarse proveyó de municiones a los republicanos, que se montaron ávida y súbitamente a este nuevo caballo de batalla para revivir el tema -o sus viejas obsesiones- de derogar una ley no sólo aprobada hace años por el Congreso sino ratificada también por la Suprema Corte de Justicia.
“La nueva ley de salud proyecta reducir el número total de horas que trabajan los estadunidenses, equivalente a 2.3 millones de puestos de trabajo de tiempo completo para 2021. Un impacto en la fuerza de trabajo mayor de lo esperado, dice un informe no partidista del Congreso”, reportó en su oportunidad el periódico conservador, The Washington Post.
El análisis provisto por la Oficina de Presupuesto del Congreso -y en general difundido en los medios informativos-, señala que las personas preferirán trabajar menos, o no trabajar sólo para poder obtener cobertura médica, ahora que la Ley de Asistencia Costeable, y más concretamente la expansión nacional del Medicare lo permite (aunque no todos los estados aceptaron implementar esta disposición que el gobierno federal paga por ella), sostiene el Post.
Sin embargo, lo que dice la Oficina de Presupuesto del Congreso no es exactamente así. El reporte ciertamente anuncia que para 2017 declinará la fuerza laboral de tiempo completo en un equivalente a dos millones de trabajos, cifra que crecerá a 2.5 millones en 2021. Estos es, el reporte indica que el Obamacare ayudará a más de dos millones de personas a depender menos o a estar menos atado a la cobertura médica provista por el empleador. Lo que significa que el trabajador tiene la opción de reducir su jornada laboral, quizás para pasar más tiempo con la familia, o para retirarse temprano del empleo si así lo desea. En otras palabras, ejercer un acto de libre decisión en el país de la libertad, que es en lo que descansa el espíritu fundacional de esta nación según todo mundo sabe y pregona; fundamento que presuntamente lo pone por encima de las naciones del orbe en este rubro de las libertades, al permitirle decidir y escoger libremente el estilo de vida que más se le antoje.
Este precepto podría incluir no hacer nada si así lo desea el libre ciudadano. Entonces, ¿en dónde está el peligro y la traición a la economía que denuncian los republicanos?, en el caso de que efectivamente los 2.3 o 2.5 millones de trabajadores decidan abandonar el empleo. Después de todo, la fuerza laboral estadunidense se calcula en más de 130 millones de trabajadores.
Desatados los primeros escándalos sobre el provocativo anuncio inicial de CBO, el director de esta oficina, Douglas Elmendorf salió al paso en una comparecencia en el Congreso, en la que se dirige al congresista republicano, Paul Ryan: “La razón por la que nosotros no usamos el término ‘matar trabajos’, congresista, es porque hay una diferencia crítica entre las personas que quieren trabajar, pero no pueden encontrar empleo, por razones que no están bajo su control, y las personas que escogen no trabajar. Si alguien viene y te dice: ‘Decidí retirarme, o decidí quedarme en casa para pasar más tiempo con mi familia, o pasar más tiempo entregado a mi pasatiempo favorito (hobby), ellos no se sienten mal por eso; se sienten bien al respecto, y nosotros no simpatizamos con ello, simplemente decimos: Felicidades…”, cita la cadena NBC.
Y es que en recientes declaraciones Ryan acusa al Obamacare de “matar la dignidad del trabajo… renunciar a ascender en el escalafón social, para comenzar a trabajar, ganar la dignidad que brinda el trabajo, tener más oportunidades, elevar el ingreso, unirse a la clase media”.
Desde luego estas buenas aspiraciones de los republicanos pasan por alto las dificultades que significa conseguir un trabajo y que el gobierno -incluida su rama legislativa- ha fracasado en este rubro, a pesar de que la tasa de desempleo ha bajado, aunque no lo suficiente dice el Presidente, quien sostiene que aun es inaceptable. Los críticos de Obamacare también omiten que el jueves pasado el partido del elefante bloqueó una medida que extendería aunque sea por tres meses el seguro de desempleo para 1.7 millones de estadunidenses desempleados, muchos de ellos con medio año o más sin encontrar trabajo, lo que no habla precisamente de dignidad en el empleo como reclaman en esta nueva oportunidad.
Ya la media corporativa comenzó a dar un viraje en la interpretación del anuncio de CBO tras los primeros escándalos desatados por los republicanos: “No. Obamacare no matará dos millones de empleos” (The Washington Post); “No. Obamacare no está matando 2 millones de trabajos” (The New York Times); “Cómo los críticos están mal interpretando el reporte del gobierno” (New Republic), y “No. Obamacare no está repartiendo dos millones de cartas de despido laboral” (MSNBC).
Sirva esta primera introducción al reciente anuncio de CBO para poner en el radar de nuestra atención los intensos debates que se esperan van a volver a poner en el centro de la discusión nacional lo que debiera ser a estas alturas una discusión caduca y ciertamente estéril; lo que seguramente distraerá de sus verdaderas tareas a los congresistas de ambos partidos, como son la reforma migratoria, el alza a los salarios, y la reforma energética, entre otros importantes temas de un Congreso caracterizado por la peor productividad en la historia estadunidenses según dicen los expertos. En esta red de emisoras de radio pública latina, continuaremos trayendo los pormenores de dicha discusión.
Vale recordar no obstante que lo primero que salta a la vista es la critica a la libertad de escoger el estilo de vida que más le conviene a una persona, precisamente en la “meca” de las libertades.