El presidente Trump presentó esta semana su presupuesto para el 2018, un plan que incluye recortes por miles de millones de dólares al gasto social, entre ellos al programa de salud pública, Medicaid, y a servicios de nutrición para los pobres; en cambio prevé una fuerte dotación al gasto de la seguridad fronteriza. El plan fue recibido con elogios por líderes de la fracción ultraconservadora del Congreso, y con muestras de repudio por la contraparte demócrata y por líderes sociales. Sobre este acalorado debate nos reporta desde la ciudad de Washington, José López Zamorano.
Se escuchan las cámaras fotográficas en la Casa Blanca y la voz de Mick Mulvaney…
El director de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney no sólo presumió el masivo presupuesto de cuatro millones de millones de dólares, sino que además develó la nueva filosofía económica y fiscal de la era Trump:
“Vemos este presupuesto a través de la gente que paga… durante años vimos el programa sólo desde la óptica de los que reciben beneficios de los impuestos…. Hay que tener compasión por la gente que recibe los fondos federales pero también hay que tener compasión por la gente que los paga”
El plan plantea un inédito recorte de 800 mil millones de dólares en 10 años al programa de salud para los más pobres, el Medicaid. También recorta casi 200 millones al programa SNAP de estampillas de comida y al programa Meals on Wheels, de alimento para ancianos; a la cobertura médica infantil, y a decenas de otros programas.
En cambio, pide aumento del presupuesto militar, mil 600 millones de dólares para construir el muro en la frontera con México, y 800 millones para seguridad fronteriza, incluida la contratación de miles de agentes del Servicio de Inmigración y control de Aduana, ICE, así como para la Patrulla Fronteriza, que serán la columna de la llamada fuerza de deportación del gobierno federal. El plan avergonzó al senador Bernie Sanders.
«El presupuesto de Trump representa una masiva transferencia de riqueza de las familias trabajadoras, ancianos y niños, los pobres y los enfermos, al 1 por ciento más rico de la población», dijo Sanders.
Combinado con la propuesta de salud de los republicanos, el plan dejaría sin cobertura médica a 23 millones de personas, incluidos millones de hispanos.
Renato Rocha es analista financiero del Consejo Nacional de la Raza (NCLR):
“El presupuesto de Trump representa un ataque en contra de los niños y las familias trabajadoras latinas. Es una amenaza a los estándares de vida básicos de millones de estadunidenses. Pone en riesgo la salud de las familias, le roba a los contribuyentes, quita la comida de las mesas a muchas personas y representa un obstáculo para la educación de nuestros hijos”
También para organizaciones independientes que representan a las persona mayores, como el Seguro complementario de Medicare, la AARP, que declararon la guerra al presupuesto de Trump. Belén Mendoza es su portavoz.
“Este presupuesto no sólo hace recortes de miles de millones de dólares de los programas de los que los adultos mayores dependen. Nos oponemos y nos comprometemos a luchar contra estos recortes radicales en cada paso del proceso”
El presupuesto del pasado año fiscal derivó en una intensa pelea política que estuvo a punto de provocar la parálisis del gobierno federal. Muchos esperan una batalla de intensidad similar desde ahora hasta el inicio del nuevo año fiscal el primero de octubre.