Esta semana el presidente Donald Trump se convirtió en blanco del fiscal especial, Robert Mueller, que investiga la interferencia de Rusia en las elecciones del 8 de noviembre. Mientras que el procurador de justicia, Jeff Sessions buscó exonerar al mandatario y a sus colaboradores durante su audiencia ante el Comité de Inteligencia del Senado, legisladores demócratas aumentan la presión para que se llegue al fondo de este escándalo sin precedentes y del silencio de los republicanos que controlan el Congreso. Desde la ciudad de Washington, José López Zamorano tiene los detalles.
Se escucha bullicio de reporteros…
En conferencia de prensa en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca el presidente Trump rechaza haberse coludido con Rusia, y se pone a disposición del fiscal especial, Robert Mueller, para aclarar las discrepantes versiones sobre si él buscó torpedear la investigación federal.
“Ciento por ciento. Me encantaría decirle –a Muller- exactamente lo que acabo de decir”
La oferta de Trump podría hacerse realidad. El periódico The Washington Post reportó que Mueller investiga si el presidente obstruyó la justicia. Unos días antes el ex director del FBI, James Comey testificó que Trump le pidió terminar con la averiguación sobre el entonces asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, algo que el presidente niega y además contrataca a Comey:
“No hubo colusión, no hubo obstrucción… Comey es un filtrador”
Mientras las encuestas de opinión señalan que el público concede más credibilidad al FBI que al presidente, su procurador de Justicia, Jeff Sessions, desafiante, testifica ante el Comité de Inteligencia del Senado:
“Cualquier sugerencia de que participé en alguna colusión o que conocí cualquier colusión con el gobierno de Rusia para dañar a este país…, o para socavar la integridad del proceso democrático, es una mentira espantosa y detestable”
Pero su testimonio no impresiona a los demócratas, que durante la comparecencia y de manera insistente le preguntaron detalles sobre sus conversaciones con Trump y otros encuentros no reportados con funcionarios rusos; como las preguntas hechas por la recién electa senadora por California, Kamala Harris:
“¿Tuvo conversaciones con funcionarios rusos por cualquier razón durante la campaña, que no hayan sido conocidas de manera pública o por este comité?”
La respuesta del Procurador fue similar a otras:
“No lo recuerdo”
En las inmediaciones del Congreso, legisladores demócratas latinos se suman a la presión para que se llegue al fondo de este escándalo político sin precedentes.
“… Número uno, es malo para el país siempre y cuando un presidente está siendo investigado por cargos criminales”
Luis Gutiérrez es un legislador demócrata por Illinois:
“Pero vamos a ser claros: el presidente de Estados Unidos nunca va a enfrentar un juicio en una corte judicial, un proceso judicial criminal, hasta que el Congreso no tome acción y lo desaforare, lo saque como presidente”
El escándalo apenas ha entrado en el quinto mes del nuevo gobierno, y ha paralizado la agenda política y legislativa del presidente y de los republicanos. Si el fiscal especial acusa a Trump de obstrucción, eso podría abrir la puerta a un juicio político en el Congreso y hundir aún más la posibilidad de logros legislativos antes de las elecciones intermedias del 2018■