De la redacción
De todos es sabido que la población estadunidense envejece, y ahí están los llamados baby boomers o nacidos a mediados del siglo pasado, luego de la Segunda Guerra Mundial, una población estimada en más de 76 millones de acuerdo con The Population Reference Bureau. Estas personas mayores necesitan no sólo de cuidados médicos, amenazados por cierto con las políticas oficiales del ramo en lo federal, sino simplemente de personas que les brinden cuidado domiciliario para ayudarlos con sus necesidades más básicas todos los días. Por eso, nada más pensar que el Presidente Trump se pudiera salir con la suya y él y sus asesores terminaran expulsando a los inmigrantes indocumentados que dicen querer deportar, gente pobre y de color, es para ponerse nervioso.
El tema del envejecimiento en la población de Estados Unidos comienza a inundar titulares. En Dallas, Texas, por ejemplo, una mujer estadunidense de 93 años de edad está preocupada por la mujer qué, durante años, ha venido a su casa cuatro días a la semana para ayudar con las compras, la lavandería, la limpieza de la casa y la conducción de los asuntos del hogar, apunta hoy The New York Times: “Ella es simplemente una persona maravillosa, alguien en quien siento que puedo confiar por completo», dijo la mujer mayor.
Pero dicha mujer a la que se refiere –cuyo nombre se omite en la historia por obvias razones-, que asume todas esas tareas con diligencia y que se ha ganado el cariño y el respeto de la mujer anciana, resulta que es indocumentada; de México para más señas. Y vive con el constante temor, como los más de 11 millones que están en su situación, de ser deportada en cualquier momento. Ambas mujeres viven con este estrés todos los días, dice el Times, quien reproduce muchos casos como este a manera de ejemplo.
Por su parte, el Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicio, el SEIU está pensando activamente en esta cuestión. El jueves 8 de febrero su Local 2015 será la sede del Foro Gubernativo de California sobre Cuidado a Largo Plazo. Otro componente de este foro, el Instituto Milken, sin fines de lucro, proporcionará “datos y perspectivas sobre el impacto económico de la atención a largo plazo”.
Además, la Asociación Americana de Personas Retiradas, la AARP discutirá próximamente los “cambios demográficos del envejecimiento de la población de California y sus necesidades”. En ese foro de discusión pondrán por primera vez en el centro del debate de la agenda de los candidatos a gobernador este delicado tema de la atención a largo plazo para los californianos que envejecen, dice un comunicado del sindicato. La intensión puede extenderse a todo el país.
En este contexto, la pérdida del estatus de DACA daría lugar a que los individuos pierdan la autorización de trabajo y potencialmente sean blanco de deportación. De esta suerte, es muy probable que los empleadores de un ‘Dacamentado’ que pierde la autorización de trabajo lo tenga que despedir, lo que no sólo lleva a la pérdida del empleo junto con la pérdida de la cobertura de salud de esos inmigrantes, sino que muchos de ellos en la actualidad se desempeñan en un sector laboral que precisamente provee servicios de cuidado a domicilio a personas de avanzada edad, o a enfermos.
Y “sin acceso a la cobertura a través de un empleador, muchas personas con DACA probablemente no estarían aseguradas ya que no son elegibles para inscribirse en Medicaid o CHIP, o para comprar cobertura a través de los mercados privados de salud”, que son tan caros. Las pérdidas de empleo y de su cobertura médica llevarían pues, “a una mayor presión financiera a estos inmigrantes y a un acceso reducido a la atención médica para los miembros de sus familias, lo que puede incluir a niños ciudadanos”, dice un estudio de la fundación Kaiser Family.
(Lea “Política de disparidades”, un interesante y completo compendio de datos clave sobre las personas elegibles para el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, DACA).
En Brooklyn, Mary DiGangi, directora de recursos humanos del Centro de Rehabilitación y Cuidados de Enfermería de Menorah solicitó recientemente a las agencias de empleo locales que encuentren entre 20 y 25 nuevos asistentes de enfermería y enfermeras prácticas, reporta por su parte el Times.
DiGangi piensa que «las políticas de inmigración y la retórica de la administración Trump han desalentado a los trabajadores potenciales». Menorah es parte del Sistema de Salud (MJHS), que incluye atención domiciliaria, cuidados paliativos y de hospicio para adultos y niños, rehabilitación y cuidado de enfermería, y se basa en gran medida en sus 3 mil 500 empleados, que son inmigrantes.
Entre ellos se encuentran 25 asistentes de enfermería haitiano-estadunidenses y enfermeras prácticas cuyo estado de protección temporal finalizó en noviembre. Tendrán que irse en julio de 2019, a menos que el Departamento de Seguridad Nacional cambie de opinión. Otros miembros de Menorah traídos a este país cuando eran niños, ahora receptores de DACA, también permanecen en el limbo, sostiene la fuente.
En el referido foro del SEIU, que se realizará este jueves 8 de febrero de 2018 de 6 p.m. a 8 p.m. Teimpo del Pacífico, en la Escuela Comunitaria Robert F. Kennedy, Teatro Cocoanut Grove 701 South Catalina Street, Los Ángeles, 90005, participan las siguientes personas y organizaciones:
- Instituto Milken
- Nancy McPherson, directora estatal, AARP California
- Dra. Deb Saliba, presidenta de la Sociedad Estadunidense de Geriatría y directora del Centro Borun de Investigación Gerontológica
- Dr. Fernando Torres-Gil, Director, Centro de Políticas e Investigación y Envejecimiento de UCLA
- Dr. Zaldy Tan, Director Médico del Programa de Atención de Alzheimer y Demencia de la UCLA
- Ana Matosantos, Miembra del Consejo del Centro de Presupuesto y Política de California
El tema está candente, y es oportuno dado el clima político de incertidumbre que genera la actual administración y que viene a agravar un problema de por sí serio desde antes de la llegada de este presidente■