De la redacción
Un nuevo proyecto de ley ha sido propuesto por dos senadores republicanos, David Perdue, de Georgia, y Tom Cotton de Alaska. Busca no sólo frenar la inmigración legal a Estados Unidos sino reducirla a la mitad, supeditando el ingreso de nuevos inmigrantes al país, a un sistema de inmigración basado en habilidades y en el dominio del idioma inglés de los solicitantes, principalmente. El proyecto recibió el apoyo del presidente Trump desde la Casa Blanca, pero también el desinterés de muchos legisladores, incluidos los propios republicanos.
El plan llamado “Reformando la Ley de Inmigración Estadunidense para una Fuerza Económica» (Reforming American Immigration for a Strong Economy Act), que aparentemente enfrenta grandes probabilidades en el Congreso, recibió sin embargo una respuesta marcada por el escepticismo de la mayoría de los miembros de ambos partidos, reportó hoy la cadena CNN.
MSNBC afirma por su parte que un contingente republicano adopta una postura dura, condenando por ejemplo los esfuerzos para alcanzar una reforma migratoria o «amnistía», mientras por otro lado una visión más progresista de los demócratas hacia los inmigrantes indocumentados apoya medidas como la Ley del Sueño o el Dream Act, y un camino hacia la ciudadanía.
Sin embargo, “este marco es en última instancia incompleto, porque hay un montón de republicanos que no sólo se ocupan de los inmigrantes que han entrado en el país ilegalmente, sino que también quieren reducir la inmigración legal”. Tales han sido las manifestaciones de los nativistas asesores cercanos al presidente, Steve Bannon y Steve Miller, y también del Procurador General, Jeff Sessions y del propio presidente.
Además, el plan busca reducir la capacidad de ciudadanos y residentes legales para traer a miembros de sus familias a este país; la medida promulgaría también “los cambios más profundos en el sistema de inmigración legal de las últimas décadas”, declara Steve Miller, para detener el flujo de recién llegados a Estados Unidos, dice por otro lado The New York Times.
“Desde que asumió el cargo –el presidente-, ha prohibido la visita de muchos países de mayoría musulmana; limitó la afluencia de refugiados; aumentó los arrestos de los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE); y presionó para construir un muro a lo largo de la frontera sur”. Este último proyecto arrancó por cierto en días pasados con una partida presupuestaria de mil 600 millones de dólares aprobada por el Congreso.
De acuerdo con el rotativo neoyorquino, “Al pedirle al Congreso que frenara la inmigración legal, el Sr. Trump intensificó un debate sobre la identidad nacional, el crecimiento económico, la equidad de los trabajadores y los valores estadunidenses que animaron su campaña –de odio- el año pasado”.
No obstante, los críticos de Trump han dicho que la referida propuesta “socavaría la visión fundamental de Estados Unidos”, entendido tradicionalmente como “un refugio para las masas pobres” que buscan una mejor vida, o muchas veces salvar directamente la vida de la violencia que reina en sus países de origen.
Entre tanto, el presidente y sus aliados dijeron que “el país ha tomado demasiados inmigrantes poco calificados durante demasiado tiempo en detrimento de los trabajadores estadunidenses”, afirma la fuente. Esta noción, como hemos demostrado en su oportunidad, es sin embargo sumamente falsa.
Como se recordará, de acuerdo con un estudio, el primero en su tipo, que por cierto publicamos oportunamente en este mismo espacio, las contribuciones económicas de la comunidad latina a Estados Unidos convierten a esta comunidad en una importante fuente de ingresos y motor de la economía nacional e internacional.
El estudio titulado, ‘Reporte del Producto Interno Bruto Latino. Cuantificando el Impacto del Crecimiento Económico de los Hispanos de Estados Unidos’, sostiene que “si el Producto Interno Bruto de los latinos que residen en Estados Unidos fuera un país autónomo, sería ¡la séptima! mayor economía en todo el mundo. Mayor que la de India e incluso que el de Italia y Brasil. Y además, el PIB de los latinos sería la tercera economía de más rápido crecimiento en el mundo, como reportó en su oportunidad Línea Abierta de Radio Bilingüe.
Con todo, la legislación propuesta Perdue y Cotton fue anunciada ayer con bombo y latillo Por Steve Miller en medio de una acalorada discusión con los miembros de la prensa en la Casa Blanca. Antes, acompañado por los dos senadores que patrocinan la legislación de marras, el presidente Trump declaró que dicho proyecto de ley “no sólo restaurará nuestra ventaja competitiva en el siglo XXI, sino que restaurará los sagrados lazos de confianza entre Estados Unidos y sus ciudadanos».
Peo al arrojar su apoyo con todo el peso presidencial detrás de este proyecto de ley, sostiene el Times, “Trump añadió una prioridad más a una larga agenda legislativa”, colmada ya de sinsabores sobre todo a raíz de la estrepitosa derrota legislativa en el intento de los republicanos por derogar y reemplazar la ley vigente de salud, uno de los mayores legados de la administración Obama.
Sin embargo esta última derrota ha abierto la posibilidad de que por fin el Congreso busque como alternativa una vía bipartidista para encarar los temas pendientes de la agenda del gobierno federal, como son mejorar la actual ley de salud o reformar el código tributario, y emprender el tema de la infraestructura del país, respecto a la construcción o reparación de puentes, carreteras y aeropuertos entre otro, concluye CNN.
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