De la redacción
A un año del comienzo el Covid-19 se acerca a 28 millones de casos en Estados Unidos, y en dos o tres días se alcanzará el medio millón de decesos, aunque se ha registrado un leve descenso en las hospitalizaciones. Y tras el histórico juicio político al expresidente en el Senado, que los principales medios de comunicación califican de racista, hoy el presidente Biden se enfoca de lleno en la piedra angular de su ambiciosa agenda, o el proyecto de alivio económico por la pandemia, de 1 millón 900 mil millones de dólares para luego pasar a los trabajos de infraestructura, inmigración, cambio climático y otras prioridades importantes.
En una declaración después del juicio politico al expresidente, que mostró a los republicanos imbuidos en un culto a la personalidad sobreponiendo sus propios intereses a los de la nación, según coinciden en señalar expertos, Biden enfocó sus esperanzas en un apoyo bipartidista a su plan económico contra la pandemia.
El presidente prometió trabajar con ambos partidos para «curar el alma misma de la nación», reportó The New York Times. Sin embargo, sus planes se miran cuesta arriba si se considera que gran parte de su agenda tiene que pasar obligadamente por la desarticulación de las aviesas políticas de Trump, entre otras, «su torpe respuesta a la pandemia».
Para ello, vale recordar que los siete republicanos que tuvieron el valor de alinearse con el voto de los demócratas para condenar culpable al expresidente, catalogado por el líder de la minoría republicana en el Senado como un criminal y como una desgracia para el país, no necesariamente votarán por el paquete de ayuda que impulsa la actual administración. Es decir, quien sabe si esta pequeña minoría de senadores republicanos estaría dispuesta a desafiar a su propio partido en temas de política económica y gasto público.
Es un hecho que la influencia del expresidente derrotado en las urnas en noviembre 3 seguirá siendo un obstáculo para las prioridades de Biden, aun cuando los demócratas tienen bajo su control ambas cámaras del Congreso y la Casa Blanca. Pues en muchos de los asuntos de la agenda demócrata seguirán necesitando del apoyo de algunos republicanos para sobreponer el obstruccionismo en el Senado, una advertencia sobre la cual no hay engaño.
Entre tanto, Winnie Stachelberg, vicepresidenta ejecutiva del Center for American Progress, un grupo de expertos liberales dijo a la fuente que “El presidente Biden se centrará en el bienestar del pueblo estadunidense. No se va a descarrilar ni distraer de esa misión principal, sea lo que sea que el expresidente esté tramando como espectáculo secundario».
Al parecer, sería en marzo cuando Biden pronuncie un discurso conjunto ante el Congreso, como es tradicional en el primer año de mandato de un presidente, señala el Times. “Los funcionarios de la administración reconocen que ahora habrá más atención pública sobre Biden, una realidad que planean capitalizar a principios de esta semana con el primer viaje sustancial del presidente fuera de Washington”.
Y es que Biden participará en una especie de asamblea comunitaria auspiciada por CNN mañana martes en Milwaukee, y viajará a otra parte del país el jueves. “Habrá más atención que la semana pasada por razones comprensibles”, dijo a la television Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca. «Ahora puede volver a centrarse en la agenda del presidente, de hacer llegar el socorro al pueblo estadunidense».
Las encuestas públicas muestran que la agenda del presidente es ampliamente popular, incluso entre algunos republicanos. Eso ha contribuido a la presión de los demócratas progresistas para que renuncien a cualquier compromiso con los republicanos que pudiera diluir las propuestas presidenciales de políticas públicas. “Y los republicanos, que todavía se están adaptando a la pérdida del Senado y la Casa Blanca, aún no se han unido en torno a un ataque sustancial y consistente a la agenda del presidente”.
De acuerdo con analistas, Biden ha utilizado a su predecesor como un contraste político de efectivo repudio a las políticas y el comportamiento personal de su antecesor. Como se recordará, las primeras acciones de Biden en su primer día en el puesto fueron un bombardeo de órdenes ejecutivas destinadas a desmantelar muchas de las políticas de la pasada administración en un solo día. “Y a menudo presenta su agenda más amplia como la respuesta necesaria a las acciones tomadas, o no tomadas, por su predecesor, que “dejó al gobierno con muy pocas herramientas para combatir la pandemia de coronavirus”.
Joe Lockhart, secretario de prensa del expresidente Clinton, dijo a la fuente que “lo más importante que puede hacer Biden para avanzar en su amplia agenda es tener éxito en la lucha contra la pandemia y los esfuerzos para reparar la maltrecha economía”.
Con todo, un senador demócrata cercano del presidente, Chris Coons declaró sin embargo que Biden continuaría presionando por la cooperación bipartidista en el proyecto de ley de alivio al coronavirus y otras prioridades, y que el presidente no dejaría que la oposición de los republicanos lo disuada de cumplir lo prometido al pueblo de Estados Unidos■