La masacre de niños y maestras en una escuela de Uvalde, Texas, puso de nuevo a la orden del día en el Congreso de la nación el debate sobre las restricciones a la compra de armas de asalto. Líderes latinos y padres de las víctimas exigieron al Congreso dejar atrás las recriminaciones mutuas y tomar medidas urgentes para frenar futuras masacres. Con los detalles, desde la capital, Washington, José López Zamorano.
La frustración del presidente Biden estalló ante los ojos del país ante la inacción de la mayoría republicana del Congreso para ayudar a contener la hemorragia de víctimas de la violencia armada.
“Las armas son el asesino número 1 de armas en Estados Unidos… más que los accidentes de auto, más que el cáncer”
Biden exigió restablecer la prohibición de las armas de asalto, prohibir cargadores de alta capacidad, elevar la edad para la compra de armas de 18 a 21 años y hacer universal la revisión de antecedentes criminales para los compradores de armas en ferias e Internet, y entre particulares, y nuevas leyes “red flag” para bloquear la compra para personas con problemas mentales.
“Creo que la mayoría de ustedes deberían convertir su malestar en un asunto central para votar. Basta, basta, basta”
Biden se reunió con los padres de los menos masacrados en Uvalde. En un monumento improvisado, el presidente recibió los reclamos de residentes frustrados… José Flores, el padre de una de las víctimas externó su decepción ante las cámaras de la televisión.
“Nada, era nada más pura publicidad, fotos, no hizo preguntas, qué podemos arreglar, nada, pura foto”
Pero las organizaciones no se están quedando de brazos cruzados. Cansados por la parálisis de los políticos de Washington en el tema de las armas, emprendieron acciones para presionar.
Claudia Tristán pertenece a la organización Moms Rising, que impulsa una campaña de seguridad de las armas.
“Estamos organizando a nuestros miembros para que hablen con sus representantes y senadores para que tomen acción en relación con el acceso a las armas de fuego, en especial automáticas”
La Prohibición de las Armas de Asalto tipo AR-15 fue promulgada por el demócrata Bill Clinton en 1994, pero expiró durante la presidencia del republicano George W. Bush. Desde que fue restablecida se ha triplicado el número de masacres multitudinarias y el número de armas en circulación ascendió a 400 millones, que causan más de 10 mil muertes al año, sin contar suicidios.
En el piso del Senado el senador demócrata, Chris Murphy no pudo contener su molestia con los senadores del otro partido. Para mover cualquier propuesta sobre armas de fuego se requiere el voto de al menos 10 senadores republicanos.
“¿Por qué quieren llegar al Senado de Estados Unidos? ?¿Por qué se molestan en conseguir este trabajo, en colocarse en una posición de autoridad?”
Sus palabras parecieron caer en oídos sordos. Casi al mismo tiempo que el presidente apeló a la racionalidad de los republicanos, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes aprobó un nuevo paquete de leyes, para endurecer el acceso a las armas. Fue aprobado por 25 votos a favor y 19 en contra. Ningún republicano votó a favor.
Pero a cinco meses de las elecciones, el presidente y los demócratas no planean quitar el dedo del renglón y planean presentar la próxima semana una serie de proyectos legislativos para implementar las propuestas del presidente y exhibir ante el país quién está a favor y quién en en contra del mayor acceso a las armas.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Washington, José López Zamorano.