De la redacción
Todos recordarán cómo el año pasado en un reconocimiento público al valor de los trabajadores en la primera línea de contacto con la pandemia, de farmacias, supermercados y restaurantes, entre otros oficios, fueron denominados trabajadores esenciales. Esto, justo cuando el país atravesaba por lo más álgido y pernicioso de la pandemia de Covid-19 y dichos trabajadores de las comunidades de color morían en cantidades desproporcionadas (de 3 a 1) en relación con los trabajadores blancos y con salarios más altos. Y la pregunta que se antoja es ¿Por qué todavía atraviesan tanta dificultad para ser vacunados?
Luego de aquel feliz reconocimiento público o un año después la mayoría de los trabajadores en la primera línea de contacto con el coronavirus siguen esperando turno para recibir las vacunas contra el Covid-19, y “con poca claridad sobre cuándo podría suceder”, dice Prensa Asociada (AP).
El problema más agudo de la administración pasada fue la falta de una estrategia nacional para hacerle frente a la pandemia. Y hoy, a menos de un mes de gestión de la nueva administración de Joe Biden-Kamala Harris, la campaña federal y descentralizada de vacunación “ha resultado en un mosaico de políticas que difieren de un estado a otro, e incluso de un condado a otro en algunas áreas, lo que resulta en una implementación inconsistente para los trabajadores esenciales mal pagados que están expuestos a cientos de clientes cada día”,
Dawn Hand, quien trabaja en un supermercado Kroger en Houston, Texas, dijo a la fuente que tres de sus compañeros de trabajo se habían enfermado con el virus la semana pasada. “Aparentemente, no somos trabajadores de primera línea cuando se trata de recibir la vacuna”, y agregó que “Eso fue una especie de shock”. Y agrega que siente un ligero malestar cuando ve que otra gente está siendo vacunada en las farmacias o los centros de vacunación sin saber cuándo le tocará su turno.
Texas se encuentra entre varios de los estados que han decidido excluir de la segunda fase de su esfuerzo de vacunación a los trabajadores de supermercados y otros trabajadores esenciales, y en su lugar de dar prioridad a los adultos mayores de 65 años y a las personas con enfermedades crónicas.
Dicen que centrarse en los adultos mayores de 65 años de edad, que de acuerdo con la fuente representa el 80 por ciento de los decesos en el país, ayudará a reducir más rápidamente las muertes y hospitalizaciones según muchos epidemiólogos. Esta opción ha sido tomada también por los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC).
“Nuestros principales objetivos con las vacunas deberían ser reducir las muertes y las hospitalizaciones”, dijo a la fuente William Moss, director ejecutivo del Centro Internacional de Vacunas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins: «Para hacer eso, debemos comenzar a vacunar a quienes corren el mayor riesgo».
Pero muchos trabajadores de supermercados se han sorprendido y desanimado al descubrir que se han quedado fuera de las políticas oficiales de vacunación, “en parte porque un panel de los CDC había aumentado sus expectativas al recomendar qu en la segunda fase del lanzamiento de la vacuna, 1B, se incluyera a los empleados de comestibles y otros trabajdores esenciales”, sostienen, pues “incluso cuando se prioriza a los trabajadores de las tiendas de comestibles, todavía se enfrentan a largas esperas”, dice la fuente.
Nueva York por ejemplo, puso las vacunas a disposición de los trabajadores de supermercados a principios de enero, junto con otros empleados esenciales y cualquier persona de 65 años o más. Sin embargo, no ha podido superar las limitaciones más comunes, como la dificultad para programar una cita. “Más aún para los trabajadores que no tienen grandes empresas o sindicatos que los defiendan”.
El sindicato United Food and Commercial Workers, que representa a 1.3 millones de trabajadores estadunidenses de abarrotes, empacadoras de carne y otros trabajadores de primera línea, dijo a la fuente que “Actualmente, sólo 13 estados permiten que los trabajadores de las tiendas de comestibles se inscriban para recibir vacunas”. Y añadió que algunos estados todavía están trabajando “en una fase inicial que da prioridad a los trabajadores de la salud y los residentes de hogares de ancianos”.
Con todo, muchos estados han dividido la segunda fase en niveles que “colocan a los trabajadores de las tiendas de comestibles, incluidas las personas de 65 años o más, los maestros y los socorristas”, dice AP.
Y según una investigación de United 4 Respect, un grupo laboral que aboga por los trabajadores de Walmart, Amazon y otros minoristas importantes, “11 estados no tienen un plan claro para priorizar a los trabajadores de supermercado”.
AP también señala que MOM’s Organic Market, una cadena de supermercados de 21 tiendas en la región del Atlántico Medio, según su director de cultura, Jon Croft, “inicialmente se pensó que los mil 500 trabajadores de la empresa serían vacunados a fines de enero. Ahora piensan que será más como en marzo o abril”.
Y afirma que la empresa sólo ha podido preinscribir a los trabajadores de dos tiendas en Maryland y dos en Virginia. “Las personas sienten que merecen tener la oportunidad de vacunarse después de haber estado en la primera línea… Los políticos y los departamentos de salud han estado cantando alabanzas a los trabajadores de las tiendas de comestibles, pero ahora han guardado silencio», deploró Croft■