Trabajadores de comida rápida salen a las calles en más de cien ciudades del país en demanda de un aumento salarial a 15 dólares la hora. Esta es la mayor protesta en contra de una industria valorada en 200 mil millones de dólares, pero que paga un salario promedio de menos de 9 dólares la hora. Según estudios, la mitad de los trabajadores de esta industria depende de programas públicos, como las estampillas de comida, para alimentar a su familia. Rubén Tapia reporta desde una de las protestas frente a un restaurante McDonald’s en Los Ángeles.
Consignas…
Más de un centenar de trabajadores, grupos religiosos y comunitarios exigen a viva voz aumento de salario a 15 dólares la hora.
Más consignas…
Después, al interior del establecimiento una religiosa pidió una oración en favor de los trabajadores, mientras que los trabajadores y el gerente la miraban con rostro de sorpresa.
Oración…
Uno de los manifestantes es Bartolomé Pérez, de 41 años de edad. Él ha trabajado en un restaurante McDonald’s la mitad de su vida.
Pérez:
“Tres años atrás ellos me redujeron las horas, me dejaron 15 horas por semana. Me bajaron todos los privilegios hasta segregarme de la posición”
Bartolomé puede sobrevivir gracias a que su esposa trabaja en el Distrito Escolar y a que su hija ya consiguió un empleo.
Otro de los manifestantes que acudió con 10 de sus compañeros de trabajo es el joven Alberto Castro, de 22 años de edad. Hace un año que trabaja en otro McDonald’s. Por falta de dinero ya no pudo continuar sus estudios.
“Ocho dólares la hora ya no es suficiente para pagar renta, los biles, los libros y las clases… así es que tenía que bajar del colegio”, dijo Bartolomé.
En Los Ángeles se calcula que más de cien mil trabajadores son empleados de esta industria que, se calcula, reporta ingresos a nivel nacional por más de 200 mil millones de dólares anuales. Sin embargo, según un reciente estudio de la Universidad de California en Berkeley, el público tiene que ayudar a sostener a una gran parte de sus empleados.
Ken Jacobs es uno de los investigadores:
“Más de la mitad de las familias de trabajadores de la industria de la comida rápida están participando en programas públicos, y el costo es de siete mil millones de dólares al año”.
Una de estas trabajadoras es Isela Briones. Tiene 3 hijos y dos nietos, y lleva siete años trabajando en un McDonald’s, pero le han reducido las horas de trabajo a 4 horas sólo cuatro días de la semana.
“Yo pido ayuda para pagar la renta, me dan 317 dólares. Es lo que dan de ayuda por un niño”
Esta movilización es parte de una protesta nacional, que según los organizadores se llevó a cabo en más de 100 ciudades de Estados Unidos para presionar a las principales empresas de comida rápida del país como McDonalds, Wendy’s, Burger King, Taco Bell y otras, a que aumenten el salario a 15 dólares la hora y que garanticen el derecho a formar un sindicato. Según el trabajador Bartolomé Perez, esto último es una necesidad:
“Es bien difícil vivir así, ahora bien, y pensar por un salario justo para nosotros ahorita, pero también pensando en los que vienen a trabajar después de nosotros en comida rápida, porque si no, van a vivir la misma situación que nosotros”
Una representante de la corporación McDonald’s respondió mediante un comunicado que la empresa provee a su trabajadores oportunidades de desarrollo, salarios competitivos y beneficios, y que respetan el derecho de los trabajadores a manifestarse. Sin embargo, dicen que las acciones que llevaron a cabo los trabajadores no pueden llamarse huelgas y que grupos externos están participando en las movilizaciones.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, reportó desde Los Ángeles, Rubén Tapia.