Las detenciones de ciudadanos estadunidenses ocurren a cientos de kilómetros de la frontera. Hay redadas contra las drogas en todo el estado y las estadísticas son cambiantes. Los datos con los que el gobernador de Texas, Greg Abbott presume sobre la Operación Lone Star, plantean más preguntas que respuestas.
Sus afirmaciones del éxito que el estado anuncia se han basado en métricas cambiantes, incluidos delitos no relacionados con asuntos fronterizos, trabajos realizados por oficiales asignados a condados específicos antes de la referida operación, y acciones de arresto e incautación de drogas que no distinguen claramente el papel del Departamento de Seguridad Pública, DSP, del de otras agencias, según una investigación abordada en cuatro entregas realizada por ProPublica, The Texas Tribune y The Marshall Project que hoy publicamos a continuación.
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