A ritmo de son jarocho y con una obra de teatro vecinos y vendedores ambulantes del Este de Los Ángeles celebraron una posada en el corazón del barrio. En un ambiente de festejo, los celebrantes echaron luz sobre sus demandas por rentas más asequibles y la legalización de la venta ambulante, a través de canciones y diálogos teatrales. Los vendedores e inquilinos aprendieron la tradición del fandango directamente de maestros del son, que se dedican a vincular el arte con las luchas de la comunidad local. Nuestro corresponsal en Los Ángeles, Rubén Tapia estuvo presente en la posada y entrega este reportaje. Este reportaje es parte de la serie Raíces: Historias sobre los artistas del pueblo.
Se escuchan notas musicales…
Con veladora en mano y acompañados por varios músicos un grupo de residentes y organizadores comunitarios camina por las calles de los barrios latinos de Boyle Heights y el Este de Los Ángeles. A ritmo de son jarocho, música del estado de Veracruz, en el Golfo de México, cantan temas navideños.
“Naranjas y limas, limas y limones, a brindar la virgen de todas la flores…”
Siguiendo la tradición de las coplas, modifican las letras de populares canciones veracruzanas para incluir versos con contenido social.
“Señor presidente, le vengo a avisar, que no es un delito querer trabajar… Querer trabajar es parte del sueño, y de nuestras vidas usted no es el dueño”
Los temas principales que abordan los músicos en esta singular posada son sobre la importancia de organizarse y la necesidad de regularizar la venta ambulante que está prohibida en la ciudad de Los Ángeles.
“Señor presidente, tampoco es pecado, poner una ‘pulga’ o hacer un mercado…”
Isela Gracián representa la Corporación Comunitaria del Este de Los Ángeles, o ELACC, que organizó este evento:
“Se estima que en el condado de Los Ángeles hay 10 mil personas que venden así, en las banquetas. En nuestra organización durante los últimos dos años tenemos una lista de más de 400 vendedores aquí solo en Boyle Heights”
ELACC también está presionando al Condado de Los Ángeles a que desarrolle vivienda asequible para las familias de la comunidad, y por otras demandas.
Los músicos finalizan el recorrido en el centro cultural la Casa del Mexicano, donde los esperan centenares de vecinos de la comunidad para una posada navideña.
Sonido de ambiente de piñata y bienvenida…
Allí, les presentan una obra de teatro popular con el tema de la renta de vivienda.
“La realidad es que la mayoría de nosotros no podemos comprar casa en esta economía, los sueños son grandes pero los ingresos son muy pocos…”
Sigue un coro…
“El movimiento está creciente, la lucha está a todo dar, pa’ poder organizar” (aplausos).
Las letras de la mayoría de estas canciones resultaron de un taller de capacitación de 10 semanas que facilitó la Asociación de las Artes Tradicionales de California, o ACTA, para los vendedores ambulantes e inquilinos del área. Citlalli Chávez es coordinadora del proyecto:
“Para conectar el Fandango y la práctica del Son Jarocho con las causas y la justicia social, no solamente estamos practicando la música, sino que también allí estamos creando conciencia entre los participantes, del porqué estamos componiendo los versos de esa manera”
El músico jarocho, César Castro impartió los talleres.
Castro:
“Esta gente ha recibido esta satisfacción de vida: descubrir que sí son capaces de empezar a hacer algo”
Varios vendedores y vendedoras ambulantes compartieron sus experiencias para la formulación de los versos. Una de ellas es Caridad Vázquez:
“Duré diez años trabajando en un restaurante, nos lo cerraron, y entonces que se me ‘prende el foco’ y agarré un carrito de marqueta y empecé a vender chicharrones; unos así, duros, grandotes”
Vázquez, de 54 años de edad es originaria de Colima, México. Desde hace ocho años empezó a vender chicharrones en la calle; al principio no tuvo problemas pero después la policía empezó hostigarla. Luego se estableció frente a un supermercado donde ya había venta ambulante y logró estabilizar su negocio. Sin embargo hace cuatro años, patrullas rodearon la zona y les decomisaron a todos su mercancía, aunque además les advirtieron.
“A las persona que se ponga a vender aquí, desde hoy les estamos diciendo: Serán llevados a la cárcel”
Sigue la música…
“Señora Caridad nos vemos en la noche para las quesadillas de flor y huitlacoche…”
Vincular la música con la lucha social y la comunidad ya es una tradición latina, pero ellos quieren dar un paso más adelante, afirmó Quetzal Flores, destacado músico y coordinador de ACTA para el Sur de California:
“Hay una dinámica de poder bien sellado en la cultura; performer, escenario y público. Estamos queriendo borrar esa división, desmitificar el proceso; es decir, mira, todos somos comunidad y todos pueden participar. Es algo serio, y es algo divertido también”
Y mucho se divirtieron, como Caridad Vázquez y sus demás compañeros durante esta posada comunitaria, cantando los versos modificados de la canción clásica del compositor mexicano José Alfredo Jiménez, El Rey.
Vázquez:
“Una piedra en el camino, me enseño que mi destino era luchar y luchar…También me dijo un taquero, que no hay que hablar primero, pero hay que organizar…”
Coro:
“No tengo trono ni reina, ni nadie quien me comprenda pero sigo siendo el Rey”.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde el Este de Los Ángeles reporta Rubén Tapia.
Fotos: East LA Community Corporation by Pocho-one Fotography